Las elecciones vascas y las trasferencias del Gobierno de Pedro Sánchez al País Vasco están ligadas indefectiblemente. Porque las segundas influirán en las primeras. Por ahora, el lehendakari, Íñigo Urkullu, juega al despiste sobre la fecha de los comicios mientras que ambos gobiernos, reunidos este miércoles en Madrid, posponen hasta el 20 de febrero la aprobación de un calendario sobre las trasferencias. Un calendario que, en cualquier caso, empezará a funcionar en mitad de la precampaña (o incluso la campaña) electoral vasca.
Lo único seguro es que Urkullu piensa adelantar las elecciones, en principio previstas para el otoño. Pero la posible fecha de las mismas no está nada clara. Una vez que el propio Gobierno vasco desveló que el lehendakari había preguntado por esta cuestión a sus consejeros en el Consejo de Gobierno de este martes, se dispararon las especulaciones. Algo lógico si se tiene en cuenta que la Ley de Gobierno de Euskadi establece que dicha consulta a los miembros del Ejecutivo es obligatoria antes de convocar elecciones.
Varios medios vascos, incluida la pública EITB, daban ya por hecho este miércoles que las elecciones autonómicas se celebrarán el próximo 5 de abril. Para ello, Urkullu tendría que disolver el Parlamento vasco el próximo lunes, como tarde, ya que entre la disolución y la cita con las urnas han de pasar 54 días. Incluso, se informaba sobre la opción de que el jefe del Ejecutivo autonómico anuncie la fecha durante el pleno de este viernes, cuando tendrá que responder a preguntas precisamente sobre este tema.
Urkullu juega con las fechas
Sin embargo, el propio Urkullu se ponía a jugar con las fechas. Con una ambigüedad no disimulada, casi entre risas, decía este miércoles, antes de un acto en Bilbao, que "la horquilla es entre el 5 de abril y el 25 de octubre", para a continuación vincular la convocatoria electoral con "los procesos internos" del PNV. Esos "procesos" culminan el próximo 7 de marzo, cuando la Asamblea Nacional peneuvista confirmará las candidaturas.
Si el lehendakari espera, como parece deducirse de sus palabras, hasta después de esa fecha para convocar las elecciones autonómicas, estas se celebrarían a partir del mes de mayo. Es decir, seguiría con sus planes iniciales, que fueron trastocados en gran medida la pasada semana cuando el presidente de la Generalitat, Quim Torra, anunció que adelantaría las elecciones en Cataluña.
Así, parece que Urkullu esperará a ser designado oficialmente como candidato. Pero, en todo caso, otra posibilidad es que el PNV acelere su proceso interno para adecuarlo a las circunstancias, de forma que dicha designación se haga antes de lo previsto.
Las competencias, en precampaña o campaña
El inagotable debate sobre la posible fecha de los comicios ocupa casi toda la discusión pública en Euskadi. Pero el día elegido, en el fondo, no es tan decisivo. Más relevante es que los dos partidos que gobiernan la comunidad coaligados, PNV y PSOE, están diseñando un calendario de trasferencias de competencias que indudablemente repercutirán en la cita electoral.
Este mismo miércoles se reunían en Madrid la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, y el consejero de Autogobierno y portavoz del Ejecutivo vasco, Josu Erkoreka, para abordar las trasferencias de competencias pendientes. Se esperaba que de dicho encuentro saliera un calendario de trabajo para que, tal y como dice el pacto de investidura firmado por PSOE y PNV, esas competencias se transfieran en 2020.
En lugar de acordar ya dicho calendario, los dos gobiernos acordaron transferir de forma inmediata, antes de marzo, tres materias pendientes de traspaso a Euskadi. Se trata de asuntos menores: seguro escolar, productos farmacéuticos y ayudas previas a jubilaciones de trabajadores afectados por ERE. Y volvían a citarse para otra reunión, que se celebrará el 20 de febrero en Vitoria.
La Seguridad Social, incluida
Darias y Erkoreka cerrarán y presentarán el famoso calendario de trasferencias tras esa cita. En dicho calendario estará incluida, entre otros asuntos, la joya de la corona de las competencias que persigue el PNV: la gestión económica de la Seguridad Social. Ambos gobiernos consideran que las elecciones vascas no tienen por qué interferir en dicho calendario. O, dicho de otra manera, las trasferencias continuarán aunque Urkullu convoque los comicios.
En suma, los dos partidos gobernantes en el País Vasco, PNV y PSOE, van a propiciar que el Gobierno de Sánchez traspase competencias a la comunidad justo en medio de la precampaña electoral, o incluso durante la propia campaña. Algo que, por pura lógica, beneficiará los mensajes electorales del partido que lidera Urkullu y de la formación que dirige Idoia Mendia.
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