Los últimos datos del Euskobarómetro casi pasaron inadvertidos en medio del monumental embrollo de la investidura fallida de Pedro Sánchez. Otro sondeo relevante que edifica una verdad que descontenta a los independentistas vascos: el espejo del 'procés' de Cataluña está ahuyentando las ansias soberanistas en el País Vasco. Hoy el "no" a la independencia de Euskadi supera en 17 puntos porcentuales al "sí". Un 48% de los vascos votarían en contra de separarse del resto de España y un 31% votaría a favor de la separación en un hipotético referéndum de autodeterminación.
El Euskobarómetro es la herramienta de la Universidad del País Vasco para elaborar encuestas y está dirigido por el reputado profesor Francisco José Llera. Este último explicó, durante la presentación de los datos, a mediados de julio, que "los vascos están descubriendo el valor de la estabilidad y las consecuencias negativas de la inestabilidad" porque lo acontecido en Cataluña evidencia que "la inestabilidad tiene un precio y que la estabilidad no está garantizada". Además, expuso que los datos recabados por el Euskobarómetro durante el procés mostraron que "la sociedad vasca se alejaba de esta cuestión y del riesgo catalán".
Datos reveladores
La última encuesta del Euskobarómetro señala que existe "una división crónica entre nacionalistas (46%) y no nacionalistas (50%)". Y, pese a esa igualdad de casi dos mitades, resulta que "una mayoría de dos
tercios de la sociedad vasca (el 67%) dicen tener pocos (29%) o ningún (38%) deseo de independencia", frente al separatismo de una cuarta parte de la ciudadanía vasca (27%), que sigue expresando tener "deseos grandes de independencia".
La encuesta también señala que una amplia mayoría de los vascos (83%) siente satisfacción con el Estatuto de Gernika. Si se votase ahora la aprobación de este texto, lo respaldarían el 57% de los vascos frente al 53% que lo respaldó cuando se aprobó, en 1979. Y, como dato más revelador, este Euskobarómetro de la UPV indica que si se celebrase un referéndum de independencia, un 48% votaría "no" y un 31% votaría "sí", de manera que "el empate técnico de hace cinco años se ha convertido en una diferencia de 17 puntos a favor del no", reza el estudio.
Otros sondeos, en la misma línea
Todos los sondeos relevantes que se hacen en Euskadi van en la misma línea. A finales de junio se conoció el resultado del Deustobarómetro, dependiente de la Universidad de Deusto. Según esta encuesta, el 35% de los vascos quiere aumentar el nivel actual de autonomía, un 28% quiere mantener dicho nivel como está y solo un 17% ansía la creación de un estado independiente.
En tercer lugar, los datos del Sociómetro, organismo dependiente del propio Gobierno vasco, indicaban también el pasado junio que solo el 23% de los vascos reivindican la independencia frente a un 34% que la rechaza abiertamente. Datos reveladores, todos ellos, pero que parecen contrastar con los resultados de las elecciones autonómicas y municipales, donde PNV y Bildu acumulan más de la mitad de los apoyos.
El PNV no acelera...por ahora
Esa diferencia entre los votos y las encuestas se explica, claro está, por la posición del PNV, que no está defendiendo la independencia. Los peneuvistas, que gozan con holgura de la hegemonía política, abogan por una actualización del Estatuto de Gernika que suponga "más autogobierno" y, además, implique el reconocimiento de Euskadi como "nación". El espejo del 'procés' y el mal recuerdo del plan Ibarretxe pesan demasiado entre Íñigo Urkullu y sus correligionarios. Por ello, en el PNV no quieren experimentos ni imitar la vía catalana, como siempre explica Aitor Esteban.
Más datos fehacientes apuntan a que la mayoría de la sociedad vasca aboga por esa estabilidad porque está feliz debido a sus niveles de bienestar y a su grado de autonomía. La plataforma soberanista Gure Esku Dago, defensora del derecho a decidir y que podría ser el equivalente vasco a las catalanas ANC y Omnium, organizó consultas independentistas en más de 200 pueblos del País Vasco y Navarra. La participación fue mucho más baja de la esperada y, de hecho, esta plataforma no convocará más. Por ejemplo, en San Sebastián, ciudad más importante donde se celebró el referéndum, participó el 13% del censo.
No parece, volviendo a los partidos, que el PNV pretenda pisar el acelerador del independentismo pese a la presión de Bildu. Ambas formaciones aprobaron en 2018 el texto del "nuevo estatus" de Euskadi que incluirá la reforma del Estatuto de Gernika. Pero, como ya ha contado este diario, dicha reforma se enfrió en el Parlamento vasco y no llegará, al menos, hasta la próxima legislatura. El espejo catalán demuestra que no son tiempos para el independentismo. Al menos, hasta que el PNV cambie de postura.
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