Desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno de PSOE y Podemos, las cosas han cambiado mucho para EH Bildu. La formación abertzale que comanda Arnaldo Otegi dejó de estar prácticamente aislada en el Congreso de los Diputados y se convirtió en un socio más del Ejecutivo que, sin ir más lejos, acaba de resultar decisivo para la aprobación del decreto para luchar contra la crisis derivada de la guerra de Ucrania. Durante lo que va de legislatura las cesiones que han conseguido arañar los bildutarras son varias, la mayoría conocidas y otras no publicitadas pero sí evidentes.
Entre las cuestiones públicas que el Ejecutivo de Sánchez ya ha cedido a Bildu destaca el reciente y polémico movimiento gubernamental para dar acceso a la formación abertzale a los secretos oficiales del Estado. Una clarísima contrapartida para contentar a los bildutarras tras el escándalo del espionaje a políticos independentistas utilizando el célebre sistema de escuchas ilegales Pegasus.
Tradicionalmente los partidos secesionistas no accedían a esta información sensible, pero un cambio en el Parlamento lo permitirá a partir de ahora. Algo que ha granjeado las fuertes críticas del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para quien esto resulta "inaceptable" porque solo se ha hecho para "dar oxígeno a un Gobierno convaleciente". Pero las críticas de los populares no han hecho mella en el Ejecutivo, que sigue acordando cosas con los bildutarras. Por aprobar el decreto, vendrán más cesiones negociadas, como admite Bildu.
Euskera, amianto, desahucios... por Presupuestos
No obstante, la citada decisión para calmar a Bildu por sus críticas al espionaje o las contrapartidas por aprobar el decreto de este jueves no son, ni mucho menos, el primer acuerdo relevante entre el Gobierno y la formación de Otegi. El pasado noviembre el Ejecutivo de PSOE y Podemos negoció con Bildu una serie de contrapartidas a cambio del apoyo de los abertzales a los Presupuestos Generales del Estado. Unas contrapartidas que se hicieron públicas y entre las que se destacó sobremanera en los medios que los bildutarras arrancaron al Gobierno la emisión en Navarra de EITB3, el canal en euskera para niños.
Entre lo pactado por los dos socios también destacaba que el Gobierno entregó a Bildu la enmienda más costosa de las aceptadas para las cuentas públicas: 25 millones de euros para las víctimas del amianto. Asimismo, el acuerdo incluía el compromiso gubernamental para que la suspensión de desahucios y el aplazamiento del pago del alquiler a personas vulnerables fueran permanentes.
De todos los acuerdos entre el Gobierno de Sánchez y Bildu, el más polémico tiene que ver con el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles del País Vasco y Navarra. Los socios no admiten que exista un pacto pero es obvio el cambio que se ha producido en la política penitenciaria del Ejecutivo
El acuerdo presentado en su día por la líder bildutarra en el Congreso, Mertxe Aizpurua, incluía asimismo una serie de partidas menores: 500.000 euros para digitalización y gestión inteligente de medios audiovisuales en vasco; la dotación de 6 millones para el proyecto cultural de la fábrica Luzuriaga en Pasajes Ancho; y 500.000 euros para redactar proyecto para construcción variante NA-4000 a su paso por Lesaca, para sacar el tráfico rodado del centro de la localidad.
Los presos de ETA, al País Vasco
De todos los acuerdos entre el Gobierno de Sánchez y Bildu, el más polémico es el más opaco. Porque tiene que ver con el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles del País Vasco y Navarra. Curiosamente ninguno de los dos socios admite que exista un pacto en este sentido pero es obvio el cambio que se ha producido en la política penitenciaria del Ejecutivo para con los reclusos etarras.
Asimismo es obvio que desde hace años Otegi y los suyos tienen este tema como su prioridad. Y no solo por el famoso mensaje del líder de Bildu en una reunión cerrada con militantes de la coalición, celebrada en octubre de 2021, donde hablaba claramente de ello, sino porque al menos desde un año antes esa exigencia ya era evidente, como en aquel entonces publicó Vozpópuli.
El citado acto de Otegi con bildutarras de carné, precisamente el mismo día en que lanzó públicamente un mensaje a las víctimas de ETA, sirvió, por tanto, para que quedase clara una prioridad que estaba cantada: "Si para que salgan los 200 presos hay que votar los Presupuestos, los votaremos". Lo que está claro es que ese plan de "presupuestos por presos" es anterior a esas palabras. La realidad es que desde que Sánchez gobierna la dispersión de reclusos etarras se ha terminado. Así lo dicen todas las cifras publicadas. Algo que las principales asociaciones de víctimas de ETA denuncian como una cesión encubierta del Gobierno a Bildu.
Como ya se ha dicho, el Gobierno niega por activa y por pasiva que el final de la dispersión responda a un acuerdo oculto con Bildu. Sin embargo, en febrero de este mismo año saltaba el escándalo -ahora olvidado- acerca de las relaciones ocultas entre el entorno de los reclusos de ETA y el propio Ministerio del Interior. Los mensajes conocidos entonces apuntaban a que, en efecto, tal y como denuncian las asociaciones de damnificados, existe una agenda oculta en esta materia entre el Gobierno y la izquierda abertzale.
Más allá del complejo asunto de los reclusos y más allá de tanto los acuerdos conocidos como los que estén por venir, lo cierto es que la relación entre el Gobierno de Sánchez y Bildu ya quedó consolidada mucho tiempo atrás. Concretamente en mayo de 2020, cuando presentaron por sorpresa un acuerdo para la derogación íntegra de la reforma laboral.
En síntesis, cada vez parece más claro que, como en su día afirmó el entonces vicepresidente, Pablo Iglesias, Bildu forma parte de la dirección del Estado.
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