Lo que empezó siendo una petición está mutando en ruego. El Gobierno vasco que preside Íñigo Urkullu está reclamando por tierra, mar y aire al Ejecutivo central de Pedro Sánchez que mantenga el estado de alarma más allá del 9 de mayo. No es una petición caprichosa, porque lo cierto es que la cuarta ola de la pandemia está siendo especialmente virulenta en el País Vasco. Récord nacional de contagios y de ingresos hospitalarios. Y las UCI, más cerca del colapso.
El último formato para pedir que el estado de alarma continúe vigente es una carta enviada el pasado jueves por el lehendakari. Pero parece, salvo sorpresa mayúscula, que la respuesta del Palacio de la Moncloa volverá a ser negativa. El Gobierno tiene claro que es hora de levantar la alarma porque en la mayoría de comunidades el combate a la pandemia funciona y porque va creciendo el número de vacunados. Prueba de ello es que este mismo viernes el Ejecutivo animaba a los ciudadanos a planear sus vacaciones de verano.
La perspectiva es distinta en Euskadi. Es evidente que el Gobierno vasco necesitará mantener las restricciones después del 9 de mayo. En su misiva enviada a Sánchez, Urkullu reclama que se prorrogue el estado de alarma. Y para ello argumenta, según recogió Europa Press, que desde el punto de vista epidemiológico, restricciones como la limitación de movilidad nocturna, la prohibición de las agrupaciones de personas o los cierres perimetrales desempeñan una función preventiva "fundamental" como barreras "eficaces" para reducir los contextos de transmisión del virus.
Cifras demoledoras
Lo cierto es que el nerviosismo cunde en el Ejecutivo de PNV y PSE ante la virulencia de esta cuarta ola. Las cifras son sencillamente demoledoras. La tasa de incidencia de los últimos 14 días es de 540 casos por cada 100.000 habitantes. Los contagios han crecido durante 44 días consecutivos. Más y más infecciones desde el 10 de marzo hasta el pasado jueves, cuando la tasa alcanzaba el techo de toda España.
Los pacientes por coronavirus ocupan ya el 80% de las camas de las UCI en los hospitales vascos. Y la previsión es que esos números crezcan en las próximas semanas
Los pacientes por coronavirus ocupan ya el 80% de las camas de las UCI en los hospitales vascos. Y la previsión es que esos números crezcan en las próximas semanas. Porque aunque previsiblemente bajarán los contagios, continuarán los ingresos hospitalarios y, salvo milagro, también aumentarán los pacientes en estado crítico por la enfermedad. El viernes bajaba la cifra de positivos, pero de forma poco acusada, además de que la tasa de positividad de las pruebas realizadas subió al 9%.
La cuarta ola ha vuelto a desbordar al Ejecutivo de Urkullu. En esta ocasión, además, de forma más inesperada, ya que a finales de febrero y en los primeros días de marzo parecía que la pandemia estaba controlada en la comunidad. Nada más lejos de la realidad.
Buscando un paraguas legal
Teniendo en cuenta que el Gobierno de Sánchez no parece dispuesto a prorrogar el estado de alarma, en el Ejecutivo de Urkullu buscan alternativas para poder mantener las restricciones. Tal y como informó Vozpópuli, en primer lugar el Gobierno vasco quiere utilizar como paraguas legal la ley de emergencia sanitaria, que permite restricciones severas, pero no tantas como las del estado de alarma.
Para el futuro, el Ejecutivo de PNV y PSE ha puesto en marcha en el Parlamento vasco la tramitación urgente de una ley antipademias vasca. El problema para Urkullu y sus socios es que dicha legislación, que se votó por primera vez precisamente esta semana en la Cámara de Vitoria, no será aprobada hasta finales de junio. La necesidad de un armazón legal para mantener las restricciones es patente ahora mismo y lo seguirá siendo después del 9 de mayo.
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