Conseguir que el Gobierno de Pedro Sánchez ceda la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV) y reactivar las negociaciones sobre más transferencias pendientes son los grandes objetivos del lehendakari, Íñigo Urkullu, en su particular suma y sigue de arañar competencias. Esas dos serán sus próximas exigencias al jefe del Ejecutivo, una vez consumada la cesión sobre la recaudación de tres impuestos que se hará efectiva este mismo jueves.
La comisión mixta del Concierto Económico, en la que se sientan el Gobierno central y el Ejecutivo vasco, se reunirá para cerrar esas tres cesiones (IVA de venta a distancia, tasa Google y tasa Tobin) así como para abordar la cifra de déficit de 2022 para Euskadi. Precisamente eso, la cifra del déficit para este año, es lo que consiguió justo hace un año el lehendakari cuando amagó, como acaba de hacer, con no acudir a la conferencia de presidentes. Misma estrategia y parecido botín para Urkullu a cambio de acudir al cónclave con Sánchez y sus homólogos.
El consejero de Hacienda del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu, destacaba lo conseguido este miércoles y que se ratificará este jueves porque "llevamos tiempo trabajando con discreción y mucha intensidad" en ello y porque es "muy importante en clave de autogobierno". El propio Urkullu también destacaba lo logrado aunque admitía que esta no era la mejor manera de cerrar su asistencia al encuentro autonómico. Para él, en todo caso, lo más importante es recuperar la "bilateralidad" en las negociaciones de ambos ejecutivos.
El ingreso mínimo...y más competencias
El acuerdo de estos días y la asistencia de Urkullu al acto de Salamanca parecen acercar posturas entre ambos socios. En todo caso, en este momento el verdadero caballo de batalla para Urkullu y para todo el PNV se llama Ingreso Mínimo Vital. Son conocidas las discrepancias entre los peneuvistas y el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, precisamente por este asunto.
A Urkullu le enfadó que Sánchez ni siquiera respondiese a sus últimas demandas sobre la gestión de la pandemia. Para arreglar el desaguisado, Moncloa hizo dos movimientos
Los jeltzales repiten a quienes quieran escucharles que, según lo acordado en su momento, esa cesión sobre la recaudación del IMV tendría que haberse cerrado en octubre de 2020 pero ahora no termina de concretarse por "la cerrazón" de Escrivá. Por ello, reclaman a Sánchez que tome cartas en el asunto para desbloquear la situación. Como llegó a verbalizar el propio Andoni Ortuzar, presidente del PNV, "esto llegará a la mesa de Sánchez y tendrá que decidir". No sería extraño que se anunciase un acuerdo sobre el tema en las próximas semanas, al decir de las fuentes consultadas por este diario.
Más allá de los acuerdos concretos, lo cierto es que han sido días difíciles en las relaciones entre ambos socios. A Urkullu le enfadó que Sánchez ni siquiera respondiese a sus últimas demandas sobre la gestión de la pandemia. Para arreglar el desaguisado, Moncloa hizo dos movimientos. El lunes envió una respuesta formal a la Lehendakaritza. Y el martes, según desveló El Correo, la ministra de Política Territorial y portavoz, Isabel Rodríguez, telefoneó al lehendakari para pedirle que acudiera a la conferencia de presidentes.
En esa conversación Urkullu recalcó la necesidad de volver a activar las negociaciones bilaterales para consumar la cesión de todas las trasferencias pendientes del Estatuto de Gernika. Pero antes, como se ha dicho ya, está el entuerto del ingreso mínimo.
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