El Gobierno vasco que preside Íñigo Urkullu presume por su acuerdo con el Gobierno central para asumir íntegramente la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV). Cifra el descuento del cupo vasco en 187 millones de euros. También recuerda que todavía quedan pendientes otras cesiones ya acordadas en su día con el Ejecutivo de PSOE y Podemos. La principal de ellas es la gestión de la Seguridad Social, que exige para cuanto antes. Y una frase sintetiza su ansia por lograr más competencias: "Nada es intocable".
Quien este martes pronunció esa frase fue la consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno del Gobierno vasco, Olatz Garamendi, que compareció tras la reunión del Gabinete para explicar los detalles del acuerdo largamente trabajado, con no pocas trabas, entre los dos ejecutivos. Y, para quien tenga dudas, afirmó que van a por más. "El catálogo de transferencias no se agota con el ingreso mínimo vital, ni mucho menos; tenemos un inventario de traspasos aún pendientes".
La consejera del Ejecutivo autonómico explicó que una vez más la fórmula elegida para canalizar este traspaso es el célebre cupo vasco. Es decir, la administración vasca dejará de pagar una cantidad al Estado porque asume la competencia. Y dicha cantidad, calculada con el índice de imputación del 6,24% del coste total del IMV, es de 187 millones de euros.
El famoso cupo, una vez más
El citado cálculo del 6,24% se fijó en la ley de 1981 porque ese era el porcentaje de la riqueza de Euskadi en España, pero los críticos con el cupo señalan que el porcentaje de riqueza es hoy mayor, de manera que la comunidad pagaría menos de lo que le correspondería para ser solidaria.
Más allá de si el cálculo es justo o injusto, está claro que el Gobierno vasco se descontará esa cantidad, 187 millones, por la asunción de la competencia sobre el IMV. Estos descuentos del cupo vasco son ya casi una costumbre porque, sin ir más lejos, recientemente también se anunció la utilización de este instrumento para el otro gran acuerdo reciente entre ambas administraciones: las obras del Tren de Alta Velocidad, más conocido como el Ave vasco.
La Seguridad Social, próximo objetivo
Una vez lograda la compleja concesión del IMV, cerrado el histórico traspaso de Prisiones y anunciado el citado acuerdo sobre la alta velocidad, el siguiente objetivo del Gobierno de Urkullu es cerrar definitivamente el traspaso de la gestión de la Seguridad Social. No por casualidad la consejera Garamendi mencionaba este martes que el pacto sobre el ingreso mínimo supone "un gran paso en la descentralización de la gestión de la prestación de la Seguridad Social y de un modelo de distribución territorial".
A su juicio, el autogobierno vasco ha salido reforzado pero todavía queda mucho por hacer. Quedan, en efecto, unas cuantas competencias para completar lo que estipula el Estatuto de Gernika. Pero de todas ellas la principal, la más ansiada, es la gestión de la Seguridad Social. Su traspaso ya quedó apalabrado por el Gobierno de Urkullu y el Ejecutivo de Sánchez tiempo atrás. Pero la letra pequeña del asunto se antoja aún más complicada que los pormenores del IMV. No obstante, en el PNV confían en lograrlo, porque, como dijo la consejera este martes, "nada es intocable".
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