El Gobierno vasco no se aclara. O eso parece. Dos mensajes contradictorios en 24 horas. Este lunes el epidemiólogo del Ejecutivo vasco que lidera el combate contra la pandemia aseguraba que los confinamientos "no se contemplan" en Euskadi. Este martes el portavoz del mismo Gabinete autonómico admitía que "nada está descartado" y que "todas las posibilidades están sobre la mesa" en función de cómo evolucionen las cifras de contagios.
Al igual que ocurre en el resto de España la sensación es de descontrol de la pandemia. Los números son más que preocupantes. Este martes se registraban 625 nuevos positivos por coronavirus. El virus se expande cada vez con más fuerza en las tres provincias vascas. Los datos de las dos semanas precedentes, en especial la última, son equiparables a los guarismos de los peores días de la primera ola. Oscuras perspectivas para una comunidad donde llueve sobre mojado porque el inicio de la pandemia fue especialmente duro.
En ese contexto, también se extienden otra vez el miedo y, sobre todo, la incertidumbre. El Gobierno presidido por Íñigo Urkullu anunciaba justo antes del pasado fin de semana nuevas restricciones, como la de limitar las reuniones a un máximo de seis personas y como la reducción de aforos al 50% en toda la hostelería, pero las medidas quedaron en suspenso hasta que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) decida este jueves si son ajustadas a derecho. Más incertidumbre, en suma.
Tampoco ayuda a templar los ánimos el cercano ejemplo de la comunidad vecina, Navarra, con la tasa de contagios más alta y las medidas más restrictivas de todo el país
Poco a poco van creciendo tanto la sensación de descontrol de esta segunda ola de la covid-19 como la certidumbre sobre las nuevas restricciones que tendrán que aplicarse. Tampoco ayuda a templar los ánimos el cercano ejemplo de la comunidad vecina, Navarra, con la tasa de contagios más alta y las medidas más restrictivas de todo el país.
La contradicción de los dos últimos días es evidente. Ignacio Garitano es el coordinador del Programa de Vigilancia y Control de la pandemia. Este Fernando Simón vasco afirmaba este lunes con rotundidad que "los confinamientos tienen que demostrar que son útiles y hasta el momento el único que ha sido efectivo es el confinamiento total, pero eso es algo que no se contempla". También decía que los confinamientos parciales de las localidades más afectadas "no está en nuestra cabeza en estos momentos". O sea, nada de enclaustres.
Sin solución de continuidad, este martes el consejero portavoz del Ejecutivo, Bingen Zupiria, afirmaba casi lo contrario: "El Gobierno vasco no descarta nada. Están abiertas todas las posibilidades y se adoptarán en función de la situación sanitaria que los técnicos indiquen y diagnostiquen". Tampoco descartaba los toques de queda que, como informó en su día este diario, están contemplados en el plan de contingencia del Ejecutivo desde hace meses.
A la espera del TSJPV
Antes de tomar decisiones más drásticas, todos en el País Vasco, tanto el PNV y el PSE gobernantes como los partidos de la oposición, esperan a la decisión del TSJPV del jueves. Cuatro magistrados de la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-administrativo decidirán previsiblemente el jueves (aunque podría adelantarse al miércoles) si dan luz verde o no a la última ordenanza del Departamento de Salud del Ejecutivo.
La consejera del ramo, Gotzone Sagardui, anunciaba el pasado viernes fuertes restricciones como las ya mencionadas sobre las reuniones de seis personas y sobre el aforo al 50% en la hostelería. El plan gubernamental incluye adelantar el horario de cierre de la hostelería a las 00.00 horas, así como la prohibición de la actividad en txokos y sociedades. Los parques, jardines y parques infantiles tendrán que cerrar a las 23.00 horas. Y se suspenderán las competiciones de deporte no federado.
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