Entre el cisma del PP y la guerra entre Rusia y Ucrania, la pandemia de coronavirus empieza a teñirse de sueño de Resines. Ya nadie se pregunta qué fue del doctor Simón, ni se espera con ansia ningún Consejo Interterritorial a la espera de nuevas medidas que marquen nuestro día a día. Ómicron arrampló con fuerza en nuestras vidas alcanzando cotas récord de contagios, pero al mismo tiempo ha resultado ser como ese golpe de viento que en las películas del Oeste se lleva los matojos rodantes y da paso a una nueva historia. En esas están ahora el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, cuyos expertos de la Ponencia de Alertas analizan esta semana un cambio en el sistema de vigilancia epidemiológica que supondría el adiós a la pandemia tal y como la hemos conocido hasta ahora.
Estos expertos en Salud Pública estudian desde hace semanas la posibilidad de dejar de contabilizar todos y cada uno de los casos de coronavirus, como se ha hecho hasta ahora, un esfuerzo masivo que ha generado un gran desgaste en los equipos autonómicos. Lo que se plantea ahora desde las instituciones sanitarias es contar solo los contagios que se produzcan en personas vulnerables. La eliminación de la obligatoriedad de las mascarillas en interiores no está sobre la mesa de debate, por el momento.
"Estamos discutiendo que solo se hagan pruebas diagnósticas a personas vulnerables. Es decir, que dejaríamos de hacer pruebas para detectar la covid de forma masiva y solo nos centraríamos en estas personas", explica una fuente interna. "Todos estamos de acuerdo en que no podemos seguir como hasta ahora", añade.
El primer punto de discusión a lo largo de estos días ha sido la definición de personas vulnerables. Ojo, porque hay sorpresas. Algunas comunidades autónomas plantean que se incluya en dicho grupo no solo a las personas que por sus condiciones de salud puedan ser susceptibles de padecer la covid con mayor gravedad, sino que se tengan en cuenta otros parámetros. En este sentido, proponen que se sigan haciendo pruebas PCR a los inmigrantes ilegales con síntomas de covid, ya que así se podrá secuenciar el virus en busca de nuevas cepas. No hay que olvidar que la mayoría de las variantes de preocupación han venido zonas en vía de desarrollo.
Otras de las personas susceptibles de entrar en este grupo de vulnerables son las mujeres embarazadas y la gente mayor de 65 años. También, como no podía ser de otra manera, aquellos referidos en el grupo 7 de la Estrategia de Vacunación:
- Trasplante de progenitores hematopoyéticos.
- Trasplante de órgano sólido y en lista de espera para trasplante de órgano sólido.
- Tratamiento sustitutivo renal.
- Enfermedad oncohematológica.
- Cáncer de órgano sólido.
- Inmunodeficiencias primarias.
- Infección con VIH.
- Fibrosis quística.
- Síndrome de Down con 40 o más años de edad.
¿Cuándo?
Al margen de ponerse de acuerdo sobre qué se considera persona vulnerable y, por tanto, susceptible de que se le realice una prueba diagnóstica, hay otra cuestión más enquistada en el debate de los expertos: ¿Cuándo? ¿Cuándo se dará el paso a este nuevo sistema de vigilancia que suponga decir adiós a la pandemia que hemos conocido estos dos años? Sigue siendo una gran incógnita.
"Nuestro gran problema ahora es decidir cuándo entraría en vigor esta nueva estrategia. Reino Unido ya ha tomado esa decisión, pero nosotros somos más cautos. Seguimos un poco indecisos y desconfiados sobre cómo puede marchar la pandemia", apuntan.
No es de extrañar dado los virajes que ha dado la situación desde que la covid saliera de Wuhan en 2020. Ahora, los ojos de la Salud Pública internacional se fijan sobre todo en la posible aparición de nuevas variantes que nos hagan revivir los Consejos Interterritoriales semanales, las ruedas de prensa sobre contagios y fallecidos, en una suerte de bucle sin fin. Por cierto, ¿alguien se ha dado cuenta de que esta semana no ha habido Consejo Interterritorial para tratar la pandemia?
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