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Pánico en Moncloa al encarcelamiento del nexo de la corrupción socialista: "Aldama cantará"

Víctor Gonzalo de Aldama está vinculado al 'caso Koldo', a la visita de Delcy a España, al rescate de Air Europa y a los negocios de la esposa de Sánchez, Begoña Gómez

Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Europa Press / Alejandro Martínez Vélez

Víctor Gonzalo de Aldama es el nexo que une a toda la corrupción socialista. El hombre que negociaba con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, el rescate de Air Europa, mientras se reunía también con la esposa del presidente, Begoña Gómez, y se paseaba como si fuera un funcionario más, sin ningún tipo de restricción, por los pasillos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Ahora, tras ser detenido por su presunta participación en una red dedicada al fraude de hidrocarburos, que habría estafado 182 millones de euros en el impuesto del IVA, está en prisión provisional en la cárcel madrileña de Soto del Real. Su inesperada privación de libertad ha sembrado el pánico en el Palacio de La Moncloa. Y hay miedo a que pueda aprovechar toda la información que tiene, para lograr beneficios penitenciarios. En el entorno del presidente están seguros de que, tarde o temprano, "Aldama cantará". Aunque dicen, también, tener "preocupación cero" con que pueda salpicar directamente a Sánchez. De hecho, anoche, fuentes de Moncloa trataban de marcar distancias con todo lo que rodea a Ábalos y Koldo García.

La gran duda que existe es hacia dónde disparará el hombre que presuntamente recaudaba las comisiones de la 'trama Koldo'. Pues Víctor Gonzalo de Aldama, expresidente y ex dueño del Zamora Club de Futbol, tenía relación prácticamente con todos en Moncloa y en Ferraz. Era, según los informes de la UCO, una persona de la máxima confianza del asesor del entonces exministro de Transportes, Agenda Urbana y Movilidad Sostenible, José Luis Ábalos.  Durante ese periodo, Aldama, también habría sido contratado por parte de Globalia para gestionar el cobro de una deuda por parte de Venezuela con la aerolínea Air Europa. Todo coincidió, en el año 2020, con el rescate de la compañía de la familia Hidalgo por parte del Consejo de Ministros. El 16 de julio de ese año, en plena pandemia, Sánchez, Ábalos y la exvicepresidenta Nadia Calviño se reunieron para hablar del rescate de la aerolínea. En secreto, en las oficinas de la empresa en Pozuelo de Alarcón, Víctor de Aldama se reunía también con la esposa del presidente, Begoña Gómez, a la que Air Europa le patrocinaba algunos eventos. Sobre el rescate, fuentes del Ejecutivo recuerdan que "hubo voluntad expresa de rescatar más de treinta empresas para salvar muchos puestos de trabajo".

Aldama es un pozo sin fondo de información. Alguien que guarda a buen recaudo algunos de los secretos más bien guardados del entorno del presidente del Gobierno, incluyendo aquí a la propia mujer del inquilino de La Moncloa, y del partido que en la actualidad gobierna España. De ahí que el temor a todo lo que pueda llegar a contar, una vez está privado de libertad, y con el objetivo de colaborar con la Justicia para ver si logra algún tipo de beneficio que incluso le pueda permitir recuperar la libertad, mientras está a la espera de juicio, es total. Absoluto. Los que conocen a este empresario con ínfulas de algo más, que durante los primeros años de Sánchez en el Gobierno se movía por las altas esferas como un pudiente conseguidor capaz de abrir las puertas más acorazadas del poder español, aseguran en conversación con Vozpópuli que "es imprevisible, es capaz de todo". Hasta ahora, Aldama, se había movido con cierta discreción. Sin estirar mucho de la manta que, durante todo este tiempo, ha tapado la corrupción socialista. Pero "eso era antes de ser detenido, ahora que está en prisión, a saber". Pues el conseguidor "no se esperaba en ningún momento ser encarcelado".

Nervios, silencio y avaluación

En Moncloa, sede de la presidencia del Gobierno, la aparición de Pedro Sánchez en el informe de la UCO, por el mensaje que le mandó Ábalos sobre la visita de Delcy Rodríguez a España, ha caído como un jarro de agua fría. El líder socialista siempre se había desvinculado del tema y afirmado que la presencia de su número dos en el partido allí, no tenía otro acometido que evitar la entrada a suelo español de la vicepresidenta chavista. Lo mismo que defendían fuentes del Gobierno anoche. La número dos de la narco dictadura de Nicolás Maduro tenía prohibida la entrada al territorio Schengen, teniendo en cuenta las sanciones impuestas por la Unión Europea. Algo que, según esas mismas fuentes, Sánchez desconocía. Pero el informe policial tira por tierra toda su versión. Y evidencia que el presidente era consciente de todo lo que estaba ocurriendo.

La publicación de esta parte del informe, por parte de este periódico, ha coincidido prácticamente en el tiempo con el encarcelamiento de Aldama. El combo perfecto para los intereses monclovitas. De ahí que este jueves se haya impuesto el silencio en el complejo presidencial, hasta última hora de la jornada cuando se salió en privado a negarlo todo. Los nervios, aseguran fuentes cercanas a Sánchez, son evidentes. Pero se tratan de disimular en público. Lo principal, añaden, es hacer una "avaluación del impacto" que todo pueda acabar teniendo sobre el presidente del Gobierno y su entorno más directo.

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