Jesús P.H., la expareja Juana Canal, volvió a cambiar este jueves por la noche su testimonio sobre lo que ocurrió hace 19 años. Este vendedor de comida ambulante aseguró ante los agentes que mató a su novia de un golpe en la cabeza y después descuartizó su cuerpo en la bañera del piso que compartían en el barrio de Pueblo Nuevo de Madrid, según han confirmado fuentes policiales a Vozpópuli.
La presión de los investigadores y las pruebas recogidas en la finca familiar de Navalacruz (Ávila) pusieron contra las cuerdas a este feriante. Primero aseguró que la mató a golpes pero después dijo que la encontró muerta en la casa que compartían en Madrid.
La Policía estuvo la noche del crimen en el piso
Con el paso de las horas y la visita de la que ahora es su mujer a los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil de Ávila, Jesús decidió dar una tercera versión a los agentes. No llegó a confesar a su actual pareja que fuera el autor del crimen. Su familia estaba recaudando fondos para contratar un abogado pero este hombre declinó la oferta de sus allegados y decidió quedarse con un letrado de oficio. Firmó junto a este profesional su acta de declaración.
Los investigadores consideran que esta tercera declaración si que concuerda con sus sospechas de como sucedieron los hechos durante la noche del 22 de febrero de 2003 en el número 2 de la Calle Boldano.
Juana Canal y Jesús mantuvieron una acalorada discusión en la que la agredió por temas económicos. La mujer incluso llegó a llamar a la Policía Nacional, quienes se personaron en el domicilio. A pesar de ello, Juana no quiso denunciar la agresión y los policías se marcharon del lugar.
La descuartizó en la bañera de la casa de Madrid
Ya de madrugada, tras un nuevo enfrentamiento, su pareja le propinó un fuerte golpe que acabó con su vida, tal como adelantó Vozpópuli. Jesús ha confesado que descuartizó el cuerpo en la bañera de la casa y lo trasladó en dos maletas hasta la finca familiar de Navaluenga (Ávila). Todo con el nerviosismo de que regresara al domicilio el hijo de Juana.
Ese punto es donde están centrando ahora sus esfuerzos la Policía Nacional y la Guardia Civil. En la casa familiar, los agentes del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil estuvieron buscando las herramientas con las que presuntamente descuartizó el cadáver de Juana. Jesús señaló en un mapa los puntos donde enterró los restos. Es la zona donde un senderista halló el cráneo de la fallecida en 2019.
Los agentes han delimitado la zona en cuadrículas y continuarán su búsqueda de 10 en 10 centímetros. "Hay que ir con cuidado por el estado en el que pueden estar los restos", señalan estas fuentes del caso. Ayer se encontraron más huesos que han sido recogidos por los agentes que tratarán de identificar si pertenecen a la fallecida. Todo hace indicar que así es. Este viernes proseguirán estos trabajos de recuperación.
Uno de los detalles que siempre ha dejado claro Jesús en sus confesiones es que esa noche no tuvo ayuda a la hora de transportar el cuerpo de Juana Canal. Los investigadores en un primer momento dudaron de esta declaración. Las pesquisas determinarán si hay otras personas implicadas en el crimen.
"Lo dejé todo muy limpio"
El cerco sobre este vendedor de comida ambulante tras 19 años se produjo gracias a las escuchas telefónicas que autorizó el juez el pasado mes de septiembre. En un primer momento se mostraba como un padre y un marido ideal.
Sin embargo, los registros en la casa que compartían en Madrid y la recuperación de más restos de Juana cambiaron su panorama. En conversaciones con tercera personas llegó a hacer afirmaciones como "no nos van a pillar" o "lo dejé todo muy limpio" lo que hacía sospechar a los investigadores que contó con la ayuda de una tercera persona para trasladar el cuerpo de Juana Canal.
El asesino confeso se encuentra ya en el edificio de los Juzgados de la capital abulense para prestar declaración. Ha llegado al lugar, situado en el casco histórico de Ávila, en un furgón de la Guardia Civil, según informa EFE. Tras bajarse custodiado por los agentes ha recorrido unos cinco metros caminando hasta adentrarse en el edificio, ante un gran despliegue policial y de medios de comunicación.
Tras la declaración del arrestado ante el Juzgado de Instrucción Número 3 de Ávila, que se ocupa del caso, el magistrado analizará la gravedad del delito, las pruebas que incriminan al investigado, el riesgo de fuga o de eliminación de pruebas para decidir si ordena su ingreso en prisión provisional, según fuentes jurídicas.
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