El escrito de defensa de Luis Bárcenas presentado en el juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional sostiene que entre los años 1982 y 1986 Alianza Popular, hoy Partido Popular, utilizó distintas sociedades constituidas por las máximas instancias del partido para recibir ingresos por donativos -una práctica que, dice el escrito, también empleó en 1990 el PP, estando presidido por José María Aznar; bajo la presidencia de Mariano Rajoy sería el mismo presidente quien recibía los donativos importantes mientras que el resto eran gestionados por Álvaro Lapuerta-. El entonces presidente de AP, Manuel Fraga, era quien recibía fundamentalmente dichos donativos, y el tesorero, Ángel Sanchís, puso en marcha distintas fórmulas para captar fondos, según el escrito.
El que fuera secretario general de AP entre los años 1979 y 1986, Jorge Verstrynge, no sólo admite dichos hechos denunciados por la defensa de Bárcenas, sino que, en una conversación telefónica mantenida con Vozpópuli, explica con detalle algunas de las fórmulas empleadas por el partido dirigido entonces por Fraga.
"Aquello era el salvaje Oeste", dice Jorge Verstrynge cuando recuerda su época de secretario general y cómo se financiaba Alianza Popular. "Yo puedo hablar de lo que ocurría en los años en los que yo estaba en el partido, de lo ocurrido después no puedo hablar", advierte. El hoy profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid explica que se utilizaban distintas vías para conseguir dinero. "Una era a través de una fundación alemana", dice, "otra era a través de una empresa, que tenía despacho en la sede del partido, y que hacía informes para compañías, Gabinete de Orientación y Documentación, Godsa". Al entonces tesorero de AP, Ángel Sanchís, "se le ocurrió que el gabinete vendiera los informes, a través de tres sociedades, pero eran sociedades pantalla".
"En una campaña electoral en Galicia nos faltaban 40 millones de pesetas", recuerda Verstrynge. "Sanchís me dijo que llamara a una compañía eléctrica, no recuerdo el nombre ahora, que ahí me darían el dinero", cuenta. "Llamé a esa compañía y me dijeron que sí, que tenían el dinero preparado, que enviara a una secretaria de mi confianza, que me lo darían en un maletín", explica. "Me dijeron que sería bueno que enviara a cambio un informe de esos como los que hacía Godsa, un informe sobre una cuenca hidrográfica; llamé a Godsa y me dijeron que no tenían ningún informe como el que pedía la compañía eléctrica, así que les llamé para decirles que no había un informe como el que pedían", dice. La solución aportada por la compañía eléctrica fue grotesca: "Me dijeron, compra el Interviú de esta semana, coge la página 70 y copia el contenido, era una información sobre un crimen pasional, que lo pasen a máquina y le pones el título de informe de cuenca hidrográfica". A cambio de ese informe fantasma AP logró el maletín con los 40 millones de pesetas. "Entonces fue cuando llamé a Sanchís para pedir explicaciones y me dieron de baja", añade. "Había dos cosas sobre las que Fraga no permitía discrepancias, el Rey y la financiación del partido; le pedí explicaciones y me llevó a su despacho: De financiación solo hablo yo ¿comprende?, me dijo".
El exsecretario general de AP señala que las finanzas del partido en las provincias era independiente de la sede central, "no había ningún control y nadie preguntaba". En cada provincia "había cajas B", apunta.
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