Arrancó ayer la Interparlamentaria del PP sobre los rescoldos del incendio provocado por la presentación del libro de José María Aznar. "Tomo nota", fue la frase que provocó perplejidades. "Ortega Lara ya no está en el PP y Bolinaga está en la calle", fue la más comentada. Lo previsto. La clamorosa ausencia del PP oficial en el acto aznarista originó una resaca en toda regla. Pero enseguida se entró en los trabajos del cónclave y el discurso de Dolores Cospedal pasaron página.
La secretaria general se vio impelida a referirse elípticamente a las declaraciones de Aznar. "No somos un partido de divisiones y de sectarismosm el PP no deja a nadie atrás". Cabe pensar que el expresidente enojado también "tomaría nota".
Olvido e indolencia
Andalucía es un territorio clave en el mapa político nacional. El PP busca su líder. Empeño complicado puesto que se trata de una comunidad en la que siempre ha gobernado el PSOE. Tras la amarga victoria de Javier Arenas en las últimas elecciones, en las que no logró respaldo suficiente para poder gobernar, los populares viven una indolente orfandad.
No había prisa por encontrar líder o cabeza de cartel. Hasta que apareció un torbellino llamado Susana Díaz, la nueva presidenta de la Junta, heredera de Chaves y de Griñán, el viento fresco que necesitaba el socialismo para dar impulso a sus siglas en un territorio arrasado por el desempleo y atenazado por la crisis. El PP tenía que ponerse las pilas. Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla y actual referente, a su pesar, de los populares, ha venido presionando a Génova y a Rajoy para hacer los deberes. Al menos en dos ocasiones se ha reunido con el presidente y la secretaria general de su partido para activar los pasos.
Dos perfiles
Parece que sus presiones han tenido éxito. Zoido y Cospedal han convencido a Rajoy de que la designación no puede esperar. El cónclave de los populares en Córdoba permitirá despejar muchas dudas y quizás estrechar el abanico de las candidaturas. Dos nombres tan sólo circulan en las quinielas. El alcade cordobés, José Antonio Nieto, 44 años, anfitrión este fin de semana y amparado por la secretaria general. Nieto tiene buena planta, gancho electoral, tirón con el voto femenino y experiencia de gobierno. Desalojó a los socialistas de un ayuntamiento como el cordobés, lo que le hizo ganar enteros en su partido y el respeto de sus contrincantes. Además es diputado autonómico, lo que le permite enfrentarse cara a cara con la líder socialista, circunstancia a tener en consideración.
José Luis Sanz, 46 años, es su más destacado contrincante. Tiene una dilatada trayectoria en responsabilidades orgánicas ya que milita en la formación conservadora desde hace dos décadas. Ha pasado por todo tipo de cargos y responsabilidades y actualmente es senador y secretario general del partido en la región. Zoido y Arenas son sus padrinos. Cospedal se empeñó en que esta 20 reunión interparlamentaria se celebrara en Córdoba, el territorio de su candidato. Sin buenas conexiones por avión y con dificultades de hospedaje por la coincidencia con el mitin mundial de agencias de viaje, no resultaba la opción más cómoda para reunir a la plana mayor del partido.
Anuncios y tiempos
Cospedal se reunió ayer con todos los dirigentes provinciales andaluces para conversar sobre la designación, que se da ya prácticamente por hecha. Otra cosa es cuándo se comunique. Los tiempos de Rajoy no se comparecen con el vértigo. En cualquier caso, parece que habrá anuncio oficial en las próximas semanas. El PP, al fin, se despereza en Andalucía, el coto vedado, la región inaccesible, la tierra de nunca jamás.
En la sesión inaugural, la secretaria general sacó pecho al frente de su partido. Su mensaje giró en paralelo a las líneas maestras del cónclave: elogio de las reformas económicas y esperanza en el futuro. "España ha salido de la recesión y se adentra en la senda de la recuperación" es el eslogan que se ha escuchado con fruición en estas últimas horas. Rajoy cierra hoy las jornadas con un discurso que se espera en términos parecidos.
Poder regional
En estos momentos de cataclismo en la Comunidad Valenciana, con los escándalos de Canal 9 y de la CAM en todas las portadas, los dirigentes regionales del PP se centran en mostrar a la galería sus logros y sus éixto. Por ejemplo, Castilla la Mancha, bajo el imperio de Cospedal, ha suprimido el defensor del Pueblo, su embajada en Bruselas y reducido el número y sueldo de diputados. Madrid, la única comunidad que crece en PIB y que crea empleo, también quiere reducir diputados. Ha cerrado más de 110 organismos y empresas públicas, siete consejerías y ha suprimido subvenciones a sindicatos y partidos. Y así sucesivamente. Los barones autonómicos quieren sacar pecho antes de enfilar la recta de las europeas, donde se anuncian retrocesos en magnitudes diversas.
Córdoba es el momento de Cospedal, después de unos meses muy difíciles por el caso Bárcenas y con el ex tesorero obsesionado con vengarse de la secretaria general de la formación, que fue quien le echó del despacho y del partido. La secretaria general aterrizó en el cónclave del PP con un CIS excelente bajo el brazo (siete puntos por encima del PSOE) y con un partido relativamente en orden, salvo el desastre valenciano y los sobresaltos de la "baronesa" de Cataluña. Es el fin de la era Arenas y el principio del mando de Cospedal en las tierras andaluces, sin liderazogo, sin cabeza y sin proyecto.
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