El programa marco del Partido Popular para las autonómicas y municipales arremete inmisericorde contra los protagonistas emergentes del tablero nacional: Podemos y Ciudadanos. Sin mencionarlos, se dirige a ellos en forma contundente, al apelar a la conciencia de los ciudadanos a desoír "los populismos, los cantos de sirena, las soluciones demagógicas, los reclamos y eslóganes propios del oportunismo político que sólo contribuyen a la destrucción de lo que hemos construido". La primera, en la frente. El PP se presenta ante los electores como el factor de la estabilidad política y la recuperación económica. Apoyar a los nuevos partidos, que no han gobernado y de los que no se conoce algo más que no sean sus frases y sus eslóganes, implica abandonar cuanto se ha conseguido en aras de un horizonte plagado de incertidumbres.
Es un programa en el que se repasan los logros alcanzados en los últimos años de gobierno de los populares, en especial en materia económica, y se subraya la importancia de la Constitución y el Estado de las autonomías como herramientas fundamentales para potenciar la concordia y el entendimiento entre españoles, esa 'obra colectiva' de la que todos hemos de sentirnos orgullosos. Incluso se hace una referencia a la labor, la inteligencia y el patriotismo, tanto del rey don Juan Carlos como del propio Adolfo Suárez y se menciona, naturalmente, a Felipe VI como garante de todo lo conseguido merced al espíritu de la transición. "Una España plural, un proyecto común y no la agregación de territorios", sentencia en su enunciado, como uno de los grandes logros conseguidos merced a la convivencia y el consenso.
El programa incluso hace una referencia a la labor, la inteligencia y el patriotismo, tanto del rey don Juan Carlos como del propio Adolfo Suárez
La corrupción como problema
Párrafo aparte del programa merece la corrupción, uno de los problemas que ha perseguido al PP y a otras fuerzas políticas en los últimos tiempos, y que aquí se aborda desde un planteamiento muy genérico, casi como una obligación. "La transparencia, la cercanía a los ciudadanos, la ejemplaridad, la rendición de cuentas y la exigencia de responsabilidad deben ser incorporadas al ADN de nuestro sistema institucional". No cabe mención a la autocrítica en un documento de esta índole. Pero sí se menciona que "tenemos que perseguir con todos los medios que nos dan las leyes y el Estado de Derecho a quienes usen la política de forma ilícita con fines personales. Hemos de derrotar la corrupción en las instituciones y en otros ámbitos de la sociedad". También aborda, sin demasiados detalles, que "daremos prioridad a la recuperación de las cantidades sustraídas por los corruptos, así como para la gestión de los bienes decomisados en casos de corrupción para que la sociedad pueda resarcirse del daño que haya sufrido creando una oficina al respecto". ¿De quién dependerá esa oficina?. No se sabe, pero habla también de potenciar la independencia de la Justicia.
Medidas estrella
Incluye el documento también un paquete de 25 'medidas estrella', que se basan fundamentalmente en el crecimiento económico y las medidas de índole social, algo que aparecía en otros programas pero en forma menos precisa que lo hace ahora. En este sentido intenta subrayar la idea de la rebaja de impuestos como baza para acelerar el crecimiento, una de las asignaturas pendientes del PP desde su llegada al Gobierno y que ha intentado modificar en el presente curso. Habla de revisión de tramos autonómicos del IRPF, de medidas para fomentar el empleo mediante los tributos autonómicos, de reducciones a los empresarios, y de retoques en el impuesto de Sucesiones y Donaciones. Es decir, un amago de rectificación en un asunto que su votante le ha reclamado con insistencia.
El PP no olvida un párrafo dedicado a Ciudadanos, casi utilizando su mismo libreto, al referirse a "una gran nación de ciudadanos libres e iguales, democrática, constitucional, diversa y respetuosa de la legalidad"
La sanidad, la educación, la creación de empleo de mayor calidad, el progreso de los jóvenes, la igualdad de oportunidades, el esfuerzo, el mérito... son algunos de los aspectos que merecen capítulos especiales. Siempre con un repaso a lo conseguido hasta ahora, a la gestión de cuatro años de entidades locales y autonómicas en manos de Gobiernos del PP y a un trienio de Rajoy en la Moncloa.
Promete también meterle mano a las administraciones, auténticos engullidores de presupuesto, para hacerlas más austeras y eficaces y, por supuesto, se centra en medidas de ámbito social, como la infancia, las familias, la pobreza, el bienestar, las desigualdades y la exclusión. Este es el apartado 'antiPodemos' del programa. De los recortes, una frase: "Hemos gastado menos pero hemos gastado mejor".
Y no olvida un párrafo dedicado a Ciudadanos, casi utilizando su mismo libreto, al referirse a "una gran nación de ciudadanos libres e iguales, democrática, constitucional, diversa y respetuosa de la legalidad".
Frente a los reclamos secesionistas y los planteamientos rupturistas, más Constitución, respeto de las leyes y la defensa del Estado de las Autonomías. Nada de reformar la Constitución, que "nos ha integrado a todos y nos ha permitido, por primera vez en nuestra historia contemporánea, transformarnos en uno de los primeros países de Europa". Al cumplir 36 años, nuestro texto constitucional sigue vigente, pese a algunos errores. El PP proclama su firme defensa del edificio institucional y de las reglas de juego. No están los tiempos para experimentos.
El Partido Popular difunde su programa a sólo unas horas de que la Junta Directiva Nacional celebre su primera reunión en dos años. Hay vientos de tormenta y turbulencias notables en la interna de la formación. Toca aplacar las aguas, suturas las heridas y animar al esfuerzo común de acudir a las urnas con ánimo de victoria. Rajoy se dirige mañana al medio millar de cargos de su partido que forman este cónclave. Ya tendrán el programa. Toca 'ponerse las pilas', como mencionó el presidente hace unas semanas.
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