El 23 de enero de 1995, fue asesinado en San Sebastián por un pistolero de ETA el concejal y presidente del PP de Guipúzcoa Gregorio Ordóñez. Desde 1996, el PP del barrio de Salamanca de Madrid le rinde un homenaje en un pequeño parque al que puso su nombre en la calle del Príncipe de Vergara. Este 22, la víspera del 19º aniversario de su muerte se realizó el homenaje. Aunque la asistencia ha sido mayor que otros años, en torno a 200 personas en una tarde lluviosa, el acto ha mostrado las divisiones internas en el Partido Popular.
Por un lado, quedó solo el PP de Madrid, que preside Esperanza Aguirre. En el acto únicamente hablaron el presidente del PP del distrito de Salamanca, Íñigo Henríquez de Luna, Aguirre y la hermana de Ordóñez, Consuelo, presidenta de COVITE. Ésta pronunció un discurso emotivo, en el que expresó que se sentía abandonada desde hace año y medio por la política del Gobierno del PP y reclamó ganar la “batalla semántica” de llamar a “asesinos” a los asesinos que había librado su hemano.
Henríquez de Luna, que no mencionó en ningún momento a ETA y que incluso puso como modelo de “urbanismo sostenible” el pequeño parque, dio los nombres de las personalidades asistentes y ausentes. Entre los ausentes, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, la viuda de Ordóñez, Ana Iríbar, y la hermana de Miguel Ángel Blanco, Marimar Blanco. Tampoco asistió ningún alto cargo del Gobierno actual.
Jaime Mayor Oreja no dijo ni una palabra
Entre los escasos asistentes reconocibles, el portavoz del PP español en el Parlamento Europeo y compañero de Ordóñez en el PP vasco, Jaime Mayor Oreja, que no dijo ni una palabra para recordar a su pupilo. Como tampoco se ha pronunciado sobre la reforma del aborto promovida por Alberto Ruiz-Gallardón y la liberación de terroristas a cuenta de la antelación de la ‘doctrina Parot’.
Otros rostros reconocibles fueron Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT; Pedro Núñez Morgades, ex delegado del Gobierno en Madrid nombrado por Mayor Oreja y actual parlamentario en la Asamblea Regional; Javier Fernández Lasquetty, consejero de Sanidad; y Ángel Carromero, asesor en el Ayuntamiento de Madrid y presidente de las Nuevas Generaciones del distrito de Salamanca.
También estuvo María San Gil, que, pese a haber estado junto a Gregorio Ordóñez cuando el etarra Valentín Lasarte le mató en un restaurante y haber presidido el PP vasco, la organización del acto no consideró adecuado subirla en el estrado. Quizás debido a sus choques con los actuales dirigentes del PP nacional.
Dos invitados inesperados fueron Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros, promotores del nuevo partido Vox. Abascal, ex miembro del PP vasco, recibió cálidos saludos de los asistentes, sobre todo de los que carecían de cargo oficial (alcaldes, parlamentarios regionales, concejales de Madrid…). Éstos prefirieron no acercarse a él o hacer como si no le veían; incluso hubo frases en susurros contra su marcha del PP y la fundación de Vox. Después de depositar una corona de flores y rezar una oración por Ordóñez, el acto se disolvió.
En resumen, un homenaje de una de las más conocidas víctimas del terrorismo etarra ha mostrado los enfrentamientos internos en el partido que ha tratado de erigirse en su portavoz y defensor. Como dijo el poeta, ¡qué solos se quedan los muertos!
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