La razón que se ha esgrimido para este despido ha sido la falta de recursos con los que el Grupo Parlamentario debe afrontar esta legislatura y la centralización que se está haciendo de todos los servicios desde la sede federal de la calle Ferraz. La noticia del despido del jefe de personal la conoció la ex ministra Carmen Chacón cuando le llamó para interesarse por la colocación como asistente de una antigua secretaria de la también ex ministra Leire Pajín.
No pudo hacer nada por ella porque estaba también en la lista de bajas. ¿Una refriega contra Chacón y los chaconistas? Esta es la impresión que ha quedado entre algunos diputados, aunque el argumento que se ha dado no ha pasado de las meras justificaciones económicas y de la falta de presupuesto. Benigno de la Fuente fue jefe de gabinete del ex presidente del Congreso Manuel Marín, que apoyó la candidatura de Chacón, al igual que la ex ministra Pajín.
En las filas socialistas se interpretan este y otros movimientos como la demostración de que el Grupo Parlamentario ha perdido autonomía frente al aparato central del partido, controlado férreamente por Alfredo Pérez Rubalcaba y por José Enrique Serrano, ex jefe de Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa. “Alfredo no quiere que se mueva una mosca en el PSOE sin su autorización”, resume un parlamentario al tanto de estas vibraciones.
El personal de Ferraz y el que trabaja a las órdenes del Grupo Parlamentario está a la espera de que la consultora contratada para hacer el ajuste laboral termine su trabajo y concrete a cuantos trabajadores afecta. En realidad, ha sido un ajuste que ha ido por etapas y está afectando a toda la estructura del partido.
Después de las elecciones autonómicas del pasado mayo, los socialistas perdieron casi 2.300 concejalías, más de medio centenar de escaños autonómicos, casi todas las diputaciones provinciales y la práctica totalidad de las empresas públicas regionales y locales. Con posterioridad, llegó la derrota de las elecciones generales con la pérdida de casi 60 diputados y 40 senadores, un revés que le ha reducido al PSOE de forma drástica las subvenciones estatales.