Los partidos políticos que se han entrevistado con Pedro Sánchez por videconferencia dudan. El presidente del Gobierno les ha planteado una mesa para la reconstrucción social y económica de España para afrontar las dificultades que aguardan al país el día después de la crisis del coronavirus. La propuesta no se ha sustanciado en medidas concretas ni formato. Los dirigentes que se han reunido con Sánchez no saben si se establecerán grupos de trabajo en las Cortes o si la negociación será al margen del Congreso.
"Todavía no sabemos si hay voluntad de pacto o es una interminable ronda de propaganda para ganar algo de tiempo", decían desde el entorno de un líder político que ha conversado con el jefe del Ejecutivo este jueves. "La sensación es que no está trabajado o que si tienen algo desde luego lo están guardando".
Buena disposición. Buenas palabras. Y poco más. El presidente ha estado conciliador, incluso con algunos de sus rivales más enconados hasta hace solo un mes. Pero nadie ha salido con una idea clara del plan de Sánchez y Pablo Iglesias para estos pactos de la Moncloa bis.
El Gobierno, entusiasta
El Gobierno ha vendido el primer día de contactos del presidente como un éxito. Sánchez ha atendido a los portavoces de Unidas Podemos, Pablo Echenique; Ciudadanos, Inés Arrimadas; Junts per Catalunya, Laura Borrás; Más País, Íñigo Errejón; Compromís, Joan Baldoví; BNG, Néstor Rego; y PNV, Aitor Esteban.
"Queremos agradecer que se hayan aparcado las diferencias y se haya antepuesto los intereses de la ciudadanía", ha dicho la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero. "El pacto avanza, estamos cada vez más cerca".
La oferta de Sánchez es desconocida. Y los partidos que han despachado con la Moncloa ni siquiera tienen todas consigo de que la mesa o mesas -otra con comunidades y una tercera al menos con sindicatos y empresarios- lleguen a reunirse. "¿Cuál será la agenda de la mesa? ¿En qué se va a trabajar? ¿Si viene Torra tenemos que debatir la independencia de Cataluña?", explican estas fuentes.
Montero ha desligado la negociación de unos nuevos Presupuestos de la mesa de reconstrucción, a pesar de la emergencia económica que el propio Ejecutivo reconoce. Lo que más irrita a algunos partidos es este formato de reuniones individuales de Sánchez. Los más suspicaces recuerdan que el jefe del Ejecutivo ya hizo algo parecido después de la investidura fallida de julio del año pasado. Decenas de reuniones solo pensadas para llevar el país a una repetición electoral.
"Se pasó el verano reunido con la sociedad civil y citó varias veces a los líderes de los grupos, pero no ofreció nada. Y nos fuimos a la repetición electoral de noviembre", explican. "Cuando Sánchez quiere pactar está el ejemplo del acuerdo de coalición con Iglesias. Lo cerraron en 24 horas".
A la espera de Casado
La clave de este intento de pacto está en el PP. La oposición de centro derecha ya no funciona como un bloque uniforme. Vox se ha desmarcado por completo del Gobierno, mientras que Ciudadanos ha tendido su mano al PSOE. Y está dispuesto a entrar en la negociación sin vetar a Podemos.
Sánchez aguarda a la reunión con Pablo Casado. El encuentro tendrá lugar probablemente la próxima semana. Hay quien piensa que el presidente solo está buscando una excusa para dar por enterrado el pacto por la negativa de Casado a aceptar determinadas condiciones.
Otros, que Sánchez está esperando a que el PP desvele sus cartas para hacer una u otra propuesta. Y otros sugieren que el PSOE busca a largo plazo deshacerse de ERC y sumar a los 10 diputados de Arrimadas a la mayoría de Gobierno.
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