Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado están expectantes ante las consecuencias que pueden derivarse de la decisión de Argelia de suspender el tratado de amistad con España. Argelia es junto con Marruecos uno de los socios estratégicos en el franco sur. Ahora reina la incertidumbre de conocer qué repercusiones habrá en los dos principales temas en los que colabora con nuestro país: el control de los flujos migratorios y el antiterrorismo.
Las autoridades argelinas suspendieron este miércoles el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España, firmado el 8 de octubre de 2002, por su "injustificable" posición sobre el Sáhara Occidental, según ha anunciado la presidencia de la República. Una medida anunciada por Argel que tiene un efecto "inmediato".
Un "futuro incierto"
En principio esta decisión ha dejado a España sin el apoyo de uno de sus principales aliados más fiables. Marruecos es un socio más inestable pero Argelia siempre ha ofrecido una línea de continuidad en sus actuaciones. Su colaboración ha sido primordial en el control del flujo migratorio y en materia antiterrorista.
Marruecos y Argelia siempre han luchado por ser el país más dominante en el Norte de África, mientras que España ejercía como balanza para igualar las fuerzas de ambos mediante la diplomacia.
El control de los pasos del Sahel era uno de los puntos en los que más se trabajaba. La dejación de funciones en esta zona pueden suponer un aumento de las pateras y de los inmigrantes que intenten acceder a España, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. "Tenemos por delante un futuro incierto", aseguran.
Pateras en Mallorca y Formentera
Desde hace varias semana, se ha detectado un ligero incremento de las embarcaciones detectadas que pudieron alcanzar las costas españolas, pero de forma aislada hasta zonas como Almería o la costa del Levante. "Ahora si cambian su política podrían llegar de forma desmesurada", advierten estas fuentes. Estas mismas fuentes lamentan que este cambio podría suponer la creación de nuevas rutas migratorias aprovechando la coyuntura actual.
Según ha podido conocer Vozpópuli, en las últimas horas han llegado a nuestro país más de un centenar de inmigrantes en pateras. Hasta Mallorca han desembarcado 86 migrantes en cinco botes. La mayoría argelinos. En esta misma línea, en Formentera han tocado tierra 27 argelinos.
Otro de los factores que no se deben pasar por alto en estas relaciones diplomáticas son los 15.000 millones de metros cúbicos de gas al año que vende Argelia a España. Esta cifra es casi la mitad del total de este producto que se consume en nuestro país.
Operaciones antiterroristas
Uno de los puntos claves de la relación entre Argelia y España es el control en materia antiterrorista. Desde hace más de una década las fuerzas de seguridad de ambos países trabajan de forma conjuntan interrelacionando información sobre estos asuntos. Muchas de estas operaciones se llevan a cabo en nuestro país gracias a las pesquisas que se inician en el continente africano. También hay flujo de confianza entre ambas partes.
Lo cierto es que en los últimos meses los pasos del Gobierno de Pedro Sánchez han enfadado tanto a Argelia como a Marruecos. La llegada a España del secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, para recibir un tratamiento médico fue un guiño para satisfacer los requerimientos de Argelia.
Esta decisión fue un varapalo para los socios marroquíes que acusaron a España de tener la "voluntad de crear problemas". Todo ello dentro de unas relaciones que siempre han estado marcadas por la tensión. En un giro histórico de la postura española, Sánchez firmó una nueva "hoja de ruta" con el rey Mohamed VI sobre el plan de autonomía del Sáhara Occidental.
Justo antes de la cumbre de la OTAN
Esta decisión ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Argelia. El Gobierno de Pedro Sánchez ha lamentado la decisión argelina pero ha reafirmado su "compromiso pleno" con el contenido del pacto, especialmente en lo que atañe al respeto a los principios de la Carta de Naciones Unidas y el Derecho Internacional.
Todas estas incertidumbres se producen en un momento "clave" por la celebración en Madrid de la cumbre de la OTAN. La gran apuesta de España era defender sus intereses en la frontera del franco sur de Europa, precisamente en los temas relativos al terrorismo y a los flujos migratorios. Ahora tendrán más difícil esta iniciativa con el rechazo de uno de sus principales socios en la materia.
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