España

El paupérrimo mapa de la salud mental: de los 4 psiquiatras de Murcia a los 13 del País Vasco

Un informe del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (Cgcof) pone de manifiesto la falta de psiquiatras en la sanidad pública española. Murcia es la CCAA con menos: 4 por cada 100.000 habitantes

El chico se tiró a las vías y nadie en Palencia supo muy bien por qué. Apenas tendría 19 años, tal vez 20. El único rumor que corrió por la ciudad es que dejó una nota a sus padres donde ponía: "Me voy con mi amigo Juanlu". Se refería a un chico famoso en el ecosistema juvenil de la ciudad. Tuvo un accidente de moto que le dejó en estado vegetal año y medio. Su funeral fue de lo más sui generis. Decenas de punks y sharperos -skinheads de izquierdas- en una iglesia románica. Nunca se llegó a saber muy bien por qué el amigo de Juanlu se quitó la vida tirándose a las vías del tren.

En aquella época se hablaba menos de salud mental. Lo que no ha cambiado, prácticamente, es la dotación de psiquiatras de la que goza la sanidad pública. Esta semana, el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos de España (Cgcof) publicaba un informe sobre salud mental donde se ponen de manifiesto dos factores: la infradotación psiquiátrica de nuestro país y la desigual la atención que se ofrece entre comunidades autónomas. Una vez más, la descentralización de la sanidad lleva a inequidades entre españoles. Según los datos del Ministerio de Sanidad recogidos por los farmacéuticos -año 2018-, mientras que en País Vasco cuentan con 13 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, en Murcia solo disponen de 4 para la misma población.

Precisamente este jueves se vota en el Congreso de los Diputados el cupo vasco, que tanto PSOE como el PP han acordado sin pasar por la Cámara Baja. Esta rebaja fiscal a la comunidad que gobierna el PNV se traduce, entre otras cosas, en la disposición de una mayor caja financiera para sus políticas públicas. Casualidad o no, lo cierto es que País Vasco está muy por delante del resto de CCAA en número de psiquiatras.

La media de psiquiatras en España se sitúa en 8 por cada 100.000 habitantes, 5 menos que en el País Vasco. Las regiones que peor están, es decir, que cuentan con menos psiquiatras que la media, son: Cantabria (7), Castilla La-Mancha (7), Galicia (7), Navarra (7), La Rioja (7), Andalucía (6), Canarias (6), Comunidad Valenciana (5), Extremadura (5) y la mencionada Murcia (4).

Como se puede comprobar, el color político influye poco en la dotación psiquiátrica de cada región. Hay CCAA gobernados por el PSOE (Comunidad Valenciana, Extremadura, Canarias, etc.), por el PP (Galicia, Andalucía) o partidos regionalistas (Cantabria).

Por encima de la media española si sitúan: Aragón (8), Baleares (9), Castilla y León (9), Madrid (10), Asturias (11), Cataluña (12) y País Vasco (13).

¿Más psiquiatras, mejor salud mental?

Es difícil cuantificar la salud mental de un país. Existen estadísticas sobre suicidios, depresión y consumo de psicolépticos que llevan a pensar que Occidente se ha convertido en un pozo de tristeza, en un desierto de sentido, eso sí, con arena sostenible. Lo cierto es que cuando hablamos de felicidad, hablamos de muchas cosas. No es fácil atender a un solo factor.

Que haya más psiquiatras ayudará a las personas con problemas mentales a recibir mejor atención, pero no significa que en dichas regiones la gente vaya a ser más feliz. Cantabria es la región con menor prevalencia de depresión en mayores de 15 años, solo el 3,6%, pese a ser de las CCAA con peor dotación de psiquiatras. Por el contrario -siempre según datos del Instituto Nacional de Estadística-, la autonomía con mayor porcentaje de personas que padecen depresión es Castilla y León, donde el 10% de los mayores de 15 años afirma haberla sufrido. Parece claro que el número de psiquiatras, per sé, no es indicativo de la salud mental de un territorio, aunque sin duda dará facilidades a quien ya padece la enfermedad.

El documento del Cgcof expone algunos de los determinantes estructurales de la salud mental, más allá de la historia familiar: género, edad, la condición socioeconómica, la violencia interpersonal, el estilo de vida sedentario o la dieta poco saludable, y el medio en el que vivimos. "Estos determinantes interactúan entre sí y con características individuales, generando un entramado complejo de interacciones dinámicas a lo largo de la vida".

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