Pedro Sánchez ha llegado a la conclusión de que el perfil "técnico" de Nadia Calviño es insuficiente para frenar el creciente protagonismo de Yolanda Díaz a lomos de la reforma laboral y otros conflictos en el seno de la coalición PSOE - Podemos; por eso, ha encargado a las ministras de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, y Portavoz, Isabel Rodríguez, que la "neutralicen" y refuercen el discurso socialista en el Gobierno, aseguran a Vozpópuli distintas fuentes socialistas.
Alegría y Rodríguez tendrán más protagonismo mediático durante los próximos meses, y no solo con el objetivo primigenio de Sánchez cuando las nombró: potenciarlas como sucesoras de Javier Lambán y Emiliano García-Page en Aragón y Castilla-La Mancha en las elecciones de 2027, también para contrarrestar la pujanza de quien la que va a ser la candidata de Unidas Podemos, En Comú Podem y Compromis en las próximas elecciones generales.
En La Moncloa y en la sede socialista de Ferraz han sonado todas las alarmas este septiembre al comprobar que el PP supera al PSOE incluso en sus propios sondeos internos -según alguna fuente está tendencia ya se ha invertido en el último trabajo demoscópico tras el 40 Congreso- y ver cómo Yolanda Díaz les roba voto joven. Hasta el poco sospechoso Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dirigido por José Félix Tezanos, apunta tras el cambio de Gobierno que muchos ministros siguen siendo unos completos desconocidos, incluidas Alegría (78,5%) y la portavoz (76,2%).
Morant en la recámara
De los recién incorporados, el que mejor parado sale es el titular de Presidencia, Félix Bolaños -solo desconocido para el 56%-, pero la realidad es que el Gobierno más paritario de Europa no cala entre los españoles: un 90,1 por ciento de los encuestados confiesa que no conoce a la nueva ministra de Ciencia, Diana Morant, al 87,1 le pasa lo mismo con la responsable de Transportes, Raquel Sánchez, y al 83,2 con la ministra de Justicia y expresidenta del Senado, Pilar Llop.
El presidente tiene, no obstante, muy buena impresión de Morant y ha decidido "darle tiempo" hasta que se asiente en Ciencia y, sobre todo, en el Madrid político, porque su intención es incluirla en el pack de relanzamiento del PSOE en esta nueva etapa con Alegría y Rodríguez. Su nombre suena como sucesora de Ximo Puig como presidenta de la Comunidad Valenciana y líder del PSPV en 2027.
Calviño no se puede seguir quemando en esa pelea con Yolanda Díaz, de cara a su papel de interlocución con la Unión Europea, y además es poco política", coinciden varias fuentes tras ver cómo paseaban as dos por Trujillo sin apenas hablarse
En el caso de Isabel Rodríguez, la visibilidad ya va implícita en su condición de cara del Ejecutivo todos los martes tras el Consejo de Ministros, además responsable de Política Territorial y, por tanto, encargada de la delicada agenda catalana.
Sánchez decidió quitar esa agenda al muy conocido primer secretario del PSC, Miquel Iceta (solo uno de cada cuatro españoles no sabe quién es), a quien le nombró titular de Cultura precisamente para que el conflicto soberanista no protagonizará toda la actualidad. La Portavoz y ministra de Política Territorial ha logrado que se hable de otras cosas que no sean Cataluña pero La Moncloa quiere que marque y protagonice más los debates.
Respecto a la aragonesa Pilar Alegría, resulta novedoso su creciente protagonismo cuando en otra vida política estuvo enfrentada al hoy líder -fue portavoz de Susana Díaz en las primarias de 2017-. Desde que el 10 de julio el presidente decidió que sustituyera a Isabel Celáa al frente de Educación, su carrera ha experimentado un ascenso meteórico: la incluyó en la Comisión Delegada para Asuntos Económicos (CEDEGAE), esta en el núcleo decisorio de los Planes Estratégicos de Transformación (PERTEs) y ahora la ha colado junto a Calviño y los ministros de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y Hacienda, María Jesús Montero, en la comisión negociadora de la reforma laboral con Podemos.
El objetivo indisimulado es "neutralizar" a Yolanda Díaz rodeándola e impedir que use la imagen de La Moncloa a modo de plataforma electoral. Una fuente gubernamental sostiene que "Calviño no puede seguir quemándose en esa pelea, de cara a su papel de interlocución con Europa y además es poco política", como se pudo ver este jueves en Trujillo (Cáceres), durante la cumbre hispano-portuguesa. A pesar de que La Moncloa organizó un paseo entre ambas por la localidad para aliviar la tensión, la frialdad de Calviño con Díaz se palpaba; una actitud que contrastó con la del propio Pedro Sánchez, que buscó la complicidad con su vicepresidenta segunda para desmentir los rumores de ruptura.
Pilar Alegría asistirá a esas reuniones por expreso deseo de Sánchez e irá cobrando protagonismo con la excusa de que la ministra de Educación es la responsable de Formación Profesional y "tiene mucho que decir en esa reforma".
Igual hemos dejado erróneamente que se pudra el falso debate de la derogación de la reforma laboral", admite a Vozpópuli una fuente ministerial socialista que reconoce que "ese es un ‘relato’ más propicio para Podemos que para el PSOE"
Lo cierto es que la creciente desconfianza entre los dos socios de gobierno por la posibilidad de que tanto uno como otro esté buscando la excusa para romper el gabinete de coalición e ir a elecciones está "envenenando mucho" las relaciones y habrá que ver si la intervención personal del propio Sánchez en la reunión que el próximo martes va a mantener con Díaz, Calviño, Escrivá, Montero y Alegría logra apaciguar los ánimos.
El problema es que se acerca el fin del plazo para una toma de decisiones en asuntos como la vuelta a primar los convenios sectoriales frente a los de empresa en materia salarial -como piden CC.OO y UGT, y apoya Unidas Podemos- o la vuelta a ultraactividad del convenio -mantenerlo mientras empresa y trabajadores no lo sustituyan por otro- . En diciembre, el Ejecutivo tiene que remitir a Bruselas los detalles concretos del llamado Componente 23 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que ya envió a la Comisión Europea.
Y Pedro Sánchez no quiere escorarse excesivamente hacia las tesis sindicales porque la patronal CEOE no firmará el acuerdo. "Igual hemos dejado erróneamente que se pudra el falso debate de la derogación de la reforma laboral del PP en 2012", admite a Vozpópuli una fuente ministerial socialista que reconoce que ese "es un relato más propicio para Podemos que para el PSOE".
De "reequilibrar" la imagen prosindical que ha venido dando el Gobierno de la mano de Yolanda Díaz va la crisis de esta semana entre ambas formaciones. La Moncloa quiere que la UE perciba que está haciendo todo lo posible por atraerse a la CEOE y a Antonio Garamendi al texto que se envíe a Bruselas en diciembre, porque están en juego los siguientes 10.000 millones de euros a fondo perdido para financiar el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia hispano.
En Podemos sostienen que ellos no romperán el Gobierno por la reforma laboral: "Hubo más peligro hace un año con Pablo Iglesias, cuando Sánchez se puso a ‘coquetear’ con Ciudadanos y Arrimadas para presionarnos en los presupuestos 2021"
En Unidas Podemos ven a los socialistas con "nervios" por la pujanza de Yolanda Díaz; es más, creen que el lío político organizado a raíz de los correos que envió Nadia Calviño a Díaz arrogándose la coordinación en la negociación de la reforma laboral tiene más que ver con esa preocupación del PSOE por la eclosión política de la vicepresidenta segunda, y por controlar el relato ante una hipotética ruptura, que con el contenido de la negociación
Llegados a este punto los morados no tienen "ninguna intención" de dejar caer al "primer ejecutivo de coalición de izquierda" en democracia. "¿Para qué? ¿Para llevar al país a elecciones generales y que gobiernen luego el PP y Vox?", aseguran a Vozpópuli fuentes de toda solvencia. "Hubo más peligro de ruptura hace ahora justo un año, con Pablo Iglesias al frente de la formación, cuando Pedro Sánchez se puso a coquetear con Ciudadanos e Inés Arrimadas para presionar a Podemos en la negociación de los Presupuestos 2021".
La propia Yolanda Díaz lo dejó claro este martes en Roma cuando advirtió que, pese a las discusiones en el seno del gabinete entre socialistas y morados, "no hay alternativa". Dos días después, este jueves, se esforzó en protagonizar ante los fotógrafos gestos de distensión con Pedro Sánchez.
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