La política española ha celebrado este martes el día de la Constitución con sonadas ausencias y bajo la resaca del mar insultos que ha subido la marea del debate público. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha exigido al PP que "cumpla" con la ley fundamental, en referencia a la renovación del Poder Judicial. Pero el líder socialista ha estado menos arropado por los suyos que el popular, Alberto Núñez Feijóo. Quizá, porque la política de alianzas del Ejecutivo, girado a los independentistas -que también se han perdido el acto-, incomoda a una parte del PSOE.
Y es que los grandes barones socialistas a la par que presidentes autonómicos, Emiliano García-Page, Javier Lambán, Adrián Barbón, Francina Armengol, Ximo Puig y María Chivite se han ausentado en el cuadragésimo cuarto aniversario de la carta magna. Eso sí, en contraposición, cinco de los seis barones del PP, también jefes de gobierno en sus respectivas comunidades, Juanma Moreno, Isabel Díaz Ayuso, Fernando López Miras y Alfonso Fernández Mañueco, han apoyado a su jefe de filas.
La mayoría de faltas de asistencia en el PSOE, según las fuentes consultadas en los entornos de los barones, han estado excusadas en que se han celebrado actos autonómicos de conmemoración de la Constitución. Pero todo indica que el presidente Sánchez supone una suerte de barrera para con los intereses electorales de sus presidentes autonómicos ncuando falta algo menos de cinco meses para que se abran las urnas de las elecciones municipales y autonómicas de mayo del año que viene.
Guerra de relatos
El presidente del PP también ha acusado a Sánchez de incumplir la Constitución. Feijóo ha afirmado que siempre ha habido partidos en contra de ella y ha señalado que “lo novedoso y preocupante” es que ahora marquen la agenda y sean aliados del Gobierno. El marco de pelea entre Gobierno y PP, pues, son los aliados del Ejecutivo. Con la economía respondiendo mejor de lo previsto pese al duro contexto inflacionista, Sánchez ha sacado pecho de que al PP no le queda otra que atacar por un tema que, dicen en el PSOE, no preocupa a los españoles.
Lo cierto es que el PP prosigue en su estrategia de desgaste al Gobierno por sus alianzas: "Hay un antes y un después en el consenso constitucional que siempre inspiró a los dos grandes partidos. El PSOE se ha sometido a estos partidos [independendistas], pero millones de votantes socialistas no se van a someter. Y esos votantes y los millones del PP se darán la mano en las urnas y con un nuevo PSOE retomaremos los consensos que han guiado a España", ha aventurado Feijóo.
La guerra de relatos está abierta. ¿Quién está dentro y quién fuera de la ley de leyes? Para Sánchez son Vox, el otra gran ausente del día, y el PP quienes se han salido. El líder socialista ha defendido sus pactos "transversales" en el Congreso y se ha jactado, en conversación informal con periodistas, de su capacidad de forjar mayorías potentes frente a la del PP. El presidente se ve capaz de tejer "grandes consensos que benefician a la ciudadanía" y que buscan reforzar el estado del bienestar.
Sánchez, subido a la utilidad de los Presupuestos
La aprobación de los terceros Presupuestos, que supuso el refuerzo del llamado bloque de legislatura con ERC, PNV y Bildu, permite a Sánchez subirse a la ola de la "utilidad" de su política. Y es que el jefe del Ejecutivo ha tratado de poner en valor estos acuerdos "que trascienden las siglas de los distintos partidos que conforman el gobierno progresista, de Unidas Podemos y PSOE": "Los grandes consensos transversales benefician al conjunto de la ciudadanía y fortalecen el Estado de bienestar", ha espetado Sánchez.
"En un momento como el actual, con problemas como una guerra, una pandemia... España afronta la complejidad, pero es el país que más crece de la UE y el que tiene menos inflación. Salvo el ruido y la crispación [de la oposición], España está avanzado. Honrar la Constitución implica cumplir con todos los artículos. Tenemos una oposición ultraconservadora que no cumple. Llamo a la oposición para que cumpla", ha lanzado el presidente del Gobierno.
Mientras, la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, ha reclamado al resto de políticos que no utilicen la palabra para "herir" al adversario. La petición de Batet culmina varias semanas de crispación e insultos en el Congreso. El debate bronco ha vuelto a colarse en la Carrera de San Jerónimo, algo que la presidenta de la Cámara lamenta profundamente, ya que los ciudadanos, ha remachado, esperan que sus representantes usen la palabra "para construir". Pese a todo, el templo de la palabra ha vivido un día de reproches.
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