Pedro Sánchez ha despejado ya su núcleo duro en la presidencia del Gobierno. El líder socialista tiene intención de estrenar la legislatura con la ley de paridad que la convocatoria de elecciones del 23 de julio dejó en la nevera. Previsiblemente, este martes el Consejo de Ministros dará luz verde a la norma y la enviará al Congreso de los Diputados. El problema es que el presidente la incumplirá. En la presidencia hay ocho hombres y cuatro mujeres en los puestos de más alta responsabilidad. Para más inri, el presidente zanja en su nuevo libro: “En un panorama de aumento de desigualdades, la igualdad de género actúa a contracorriente”.
El BOE ha ido despejando estas semanas desde la investidura de Sánchez la composición del equipo más cercano del presidente. Su jefe de gabinete, Óscar López, sigue en su puesto. También el secretario de Estado de comunicación, el político del PSC Francesc Vallès. Ambos son sus más estrechos colaboradores. Por debajo de ellos se suceden el resto.
El director adjunto del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Antonio Hernando; el director de la Oficina de Asuntos Económicos y G20, Manuel de la Rocha; el secretario general de Planificación Política, Francisco José Salazar; el secretario general de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica, Diego Rubio; la secretaria general de Asuntos Exteriores, Emma Aparici; la directora del Departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Loreto Gutiérrez; el director del Departamento de Discurso y Mensaje del Gabinete de la Presidencia, Jesús Javier Perea; el director del Departamento de Planificación Política del Gabinete de la Presidencia, Antonio Hernández; la directora de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gabinete de la Presidencia, María Sara Baliña y la directora del Departamento de Asuntos Exteriores del Gabinete de la Presidencia, Pilar Sánchez-Bella Solís.
Una ley en el cajón
Sánchez anunció la ley de paridad el pasado mes de marzo, en plena jornada de reivindicación feminista por el 8-M. Fuentes gubernamentales precisan que la ley en este tiempo no ha necesitado ningún cambio más allá de lo estrictamente formal por el tiempo. La norma busca garantizar las mismas oportunidades a mujeres y niñas que a hombres y niños en materia de empleo, liderazgo y toma de decisiones. Y es la transposición de una directiva europea de noviembre de 2022.
La ley, que lleva la firma de la exministra Irene Montero, ya se aprobó en primera y segunda vuelta en el Consejo de Ministros el 7 de marzo y 23 de mayo de este año, respectivamente. Y exige la presencia equilibrada de mujeres y hombres en los consejos de administración de las sociedades cotizadas, así como en determinadas entidades de interés público. También en la alta dirección. Así, la ley establece "un porcentaje mínimo del cuarenta por ciento del sexo menos representado".
A la norma también deberá someterse el Tribunal Constitucional, el Consejo de Estado, el Consejo General del Poder Judicial, el Consejo Fiscal y el Tribunal de Cuentas. Lo más sangrante es que afecta al propio Gobierno, a la Administración Pública, a los Consejos Generales y Profesionales y a los militares. Pero no termina ahí, la ley también influirá en las elecciones. Y es que los partidos deberán someterse a las conocidas como listas 'cremallera'. En plata: mujeres y hombres de manera alterna.
Tampoco hay paridad en las secretarías de Estado
El Ministerio de Igualdad, que vuelve a estar en manos del PSOE tras la despedida de Irene Montero, será el gran firmante de la ley de paridad que tiene problemas para cumplirse en el Consejo de Ministros. Sánchez, presumió hace dos semanas, cuando anunció su nuevo gabinete, de tener más ministras que ministros (12 mujeres por 11 hombres). Pero sus nuevos ministros y ministras ya están cerrando los nombramientos de sus equipos de confianza, especialmente en las secretarías de Estado. Y tampoco hay paridad.
Hasta el momento, de los 30 secretarios de Estado nombrados o confirmados por el Gobierno, 20 son hombres y 10 son mujeres. Y según la Cadena Ser, el asunto ha levantado un gran malestar en los sectores feministas del PSOE. E incluso ha provocado que se hayan retrasado los nombramientos que quedan por hacer. En principio, quedan 7 secretarías por cubrir y para cumplir la ley, al menos 5 deberían ser ocupadas por mujeres para alcanzar el porcentaje mínimo de paridad del 40%.
Solo la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la nueva responsable de Sanidad, Mónica García han nombrado a más mujeres que hombres en sus puestos de máxima confianza. Eso sí, todavía hay ministerios que no han completado sus nombramientos: Igualdad, Transformación Digital, Industria, Ciencia y Universidades y Seguridad Social. De ellos depende que se termine cumpliendo la ley en toda La Moncloa que la propia Moncloa quiere aprobar.
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