El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, mueve ficha este lunes tras unos días fuera del foco. Tras el cruce de cartas con el líder del PP, el jefe de los socialistas se ha atribuido la representación de "la mayoría social" surgida de las urnas el pasado 23 de julio y ha asegurado que intentará gobernar "cuatro años más". Sánchez desdeñó el ofrecimiento del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para verse y le emplazó a reunirse con él una vez comiencen las rondas de contactos entre grupos parlamentarios.
"Estoy convencido de que existe una amplia mayoría social para seguir avanzando. Es más, estoy persuadido de que esta mayoría puede ampliarse hasta incorporar también a personas que se fueron distanciando del gobierno progresista por la fatiga de estos años tan duros o como consecuencia de la intensa propaganda desplegada por el dúo PP y Vox. Toca ahora traducir esa mayoría social en una mayoría parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Y es lo que vamos a hacer en cuanto se constituyan las Cortes: trabajar para lograr una investidura que nos permita seguir avanzando cuatro años más", ha espetado Sánchez en un mensaje a la militancia grabado desde la sede del partido.
Lo cierto es que el PSOE espera paciente su momento. El recuento del voto CERA, es decir, el de los españoles en el exterior, dio un escaño más al PP en detrimento de los socialistas. Ese movimiento complicó aún más la investidura de Sánchez, quien depende de que al menos un diputado de Junts vote a favor. Ya no vale la abstención de la derecha radical independentista catalana comandada por Carles Puigdemont. Pero este mismo lunes, Coalición Canaria se ha abierto a negociar una posible investidura de Sánchez, lo que devuelve a Junts al terreno de la abstención. Mientras, ERC ha ofrecido a Junts un frente común en la negociación con el PSOE para favorecer a Cataluña.
Las negociaciones
En Moncloa guardan con celo las negociaciones con los partidos. No quieren que nada ni nadie torpedee sus planes. Las conversaciones formales no arrancarán antes de que se constituyan las Cortes, el próximo 17 de agosto. Pero nadie niega que los socios de la coalición ya están sondeando a Junts, cuyos 7 escaños son imprescindibles para que la coalición repita en Moncloa y siga en el poder. Es más, en Sumar ya hay intermediario oficial: Jaume Asens.
Y en el PSOE se ha repescado al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, tras tenerle apartado por el lío de la tribuna de la Puerta del Sol el pasado 2 de mayo. Y es que el presidente sabe que el ministro de Presidencia tiene callo negociador y, por eso, será una de las voces para conversar con Junts junto al PSC. Su entorno ni confirma ni desmiente que vaya a tener ese rol. Pero las fuentes consultadas en Moncloa le señalan.
Lo cierto es que Bolaños lleva casi toda la legislatura negociando con los grupos parlamentarios decenas de leyes. Él, junto a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, forma parte del núcleo negociador del Ejecutivo. Por eso, no sorprende que Coalición Canaria anunciara una llamada de Bolaños. Incluso desde EH Bildu, que ya ha dado su 'si' a Sánchez, insinuaron también haber hablado con el titular de Presidencia. En el PSOE saben que las alianzas de Sánchez con los partidos independentistas y separatistas no le han hecho daño. Más bien al revés, en Ferraz se cuelgan la medalla por haber reducido el voto nacionalista e independentista a su mínima expresión en décadas gracias a los trasvases que llevaron al PSC en Cataluña y al PSE-EE en el País Vasco a ganar las elecciones.
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