La coalición de PSOE y Podemos al frente del Gobierno de España murió este lunes. Pedro Sánchez mató a su socio a golpes en la radio. El líder socialista arrancó la semana criticando a la ministra de Igualdad y mártir morada, Irene Montero, por su discurso feminista, que considera poco integrador. Sánchez lleva varios días intentando marcar distancias de las formas de Montero, consciente de que le está costando votos de hombres de mediana edad.
Sánchez reconoció en los micrófonos de 'Ondacero' sus "públicas y notorias discrepancias" con Montero. Y es que las políticas de Igualdad fueron 'casus belli' en la coalición. Hasta el punto de que acabaron dividiendo a los propios socialistas por mucho que Sánchez terminara cerrando filas con sus socios para evitar una salida abrupta del Ejecutivo. Ahora, en plena precampaña y con los "estudios demoscópicos" en la mano, Sánchez busca tapar a Montero para conectar con los votantes que se habrían sentido "incómodos".
La relación entre socialistas y morados es ya inexistente en Moncloa. Según ha sabido este diario por fuentes gubernamentales de un lado y otro "no hay coordinación en los consejos". Es más, las ministras moradas han perdido también el protagonismo en la rueda de prensa de cada semana, de la que les volvieron a excluir este martes pese a que el Ministerio de Derechos Sociales destinó 30 millones de euros para luchar contra la pobreza en Canarias. Pero, como lamentan en Podemos, la portavoz del Gobierno "ni lo mencionó".
El 'KO' del 'sí es sí'
Lo cierto es que no se ha producido una ruptura tradicional de la coalición, como la que se produjo en Andalucía cuando gobernaban los socialistas con Izquierda Unida o en Madrid cuando el PP tenía de compañero a Ciudadanos. Pero como explica a este diario una fuente que conoce muy bien los intríngulis del pacto que alumbró la coalición, de esta "solo sobrevive Yolanda Díaz". En parte, por el proceso de creación de Sumar, el partido de la vicepresidenta, que ha terminado diluyendo a los morados en Moncloa.
En verdad, no es casualidad que el presidente esté mandando el mensaje de que el Ministerio de Igualdad se ha pasado de frenada con las formas. La crisis del 'sí es sí' fue el principio del KO que llevó al presidente a adelantar las elecciones generales al 23-J. El goteo de rebajas de penas a los condenados por abuso sexual y agresión taladró las expectativas del PSOE de permanecer en Moncloa.
Sánchez, tras constatar el 'no' que le dieron los españolas en las urnas el 28 de mayo, activó el botón del adelanto para "revolucionar" lo que queda de legislatura e intentar recobrar el pulso. Pese a las continuas alusiones que hizo a que agotaría su mandato y que el Gobierno no se rompería, el hartazgo del presidente con Podemos era y es descomunal.
Un presidente noqueado
El presidente está noqueado. No ha sido capaz de rentabilizar haber sido capaz de suavizar los pésimos augurios económicos que se cernieron sobre España hace un año, cuando estalló la guerra de Ucrania y toda Europa cruzó el umbral de una espiral inflacionista y una crisis energética que han dejado los bolsillos de las familias tiritando. Quién le iba a decir que la mayor crisis de credibilidad de su Ejecutivo iba a ser una ley cocinada en el Ministerio de Igualdad. El 'sí es sí' fue el primer agujero por el que se escaparon las opciones del PSOE. Ya el pasado 8-M fue un termómetro. Y el 28-M solo corroboró el malestar de buena parte del país con el desempeño de Podemos.
El presidente ha decidido dar un giro de 180 grados a su estrategia respecto a las municipales y autonómicas del 28-M. Sánchez estará menos en la calle y más en los medios de comunicación, incluidos aquellos con una línea editorial más crítica con la acción del Ejecutivo. La idea es romper los mantras del PP que se amplifican, piensan, en estos medios. "El presidente es candidato ahora. Y se tiene que dirigir a los ciudadanos por distintos medios", zanjan fuentes del núcleo duro de Sánchez.
En previsión de que la ola del 28-M se lo lleve también por delante tras perder seis autonomías y 17 capitales de provincia, el presidente del Gobierno ha virado su mensaje sobre su izquierda. Ya no hay ticket con Sumar y Yolanda Díaz. Sánchez intenta minimizar el desgaste electoral del PSOE de dos formas diferentes. Con el adelanto, el presidente del Gobierno intenta evitar que la derecha tenga tiempo suficiente para planificar su asalto electoral a Palacio de La Moncloa.
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