España

Un triunvirato de Moncloa negocia con Carles Puigdemont y reporta directamente a Pedro Sánchez

El equipo del presidente del Gobierno en funciones reclama a Yolanda Díaz que se aparte y sea discreta. Y recuerda que es el núcleo duro del PSOE el que manda en las conversaciones

Pedro Sánchez tiene a tres personas de Moncloa -políticos y juristas- negociando con Carles Puigdemont y son las que le transmiten los avances en las conversaciones con el expresidente catalán. Según ha sabido este diario, el presidente del Gobierno en funciones está avanzando con los secesionistas. Y en ese marco hay que leer los guiños que Puigdemont y Sánchez se han hecho el uno al otro en las últimas horas. Primero se están despachando los puntos de acuerdo y se están dejando para el final los asuntos más difíciles, como la amnistía que, por el momento, el líder socialista se niega a mencionar.

No obstante, el entorno de Sánchez reconocen que se están explorando fórmulas legales para satisfacer la exigencia independentista de amnistía. Lo cierto es que aún no saben cómo se llamará ni qué alcance tendrá. Pero Moncloa está decidida a intentarlo. El propio Sánchez mostró este miércoles alguna de sus cartas. Y a él se ciñen casi todos los ministros cuando se les pregunta incluso fuera de cámara. Aunque alguno que otro reconoce que, por el momento y en aras de la prudencia, el presidente no puede decir más de lo que dijo en Nueva York.

El presidente advirtió que será coherente con lo hecho hasta ahora por su gabinete para normalizar la situación política en Cataluña. Es decir, en línea con los indultos y con los cambios en el código penal que reformaron la malversación y derogaron el delito de sedición: "Cuando digo eso, estoy diciendo mucho", dijo. Y zanjó: "El objetivo de mi Gobierno para los próximos cuatro años es el progreso y la convivencia. El método será el diálogo con los actores sociales en lo que tenga que ver con el progreso y con los actores territoriales todo lo que tenga que ver con la convivencia, y el marco es la Constitución".

No habrá expediente a Guerra y González

El Ejecutivo transmite tranquilidad, en cierta forma. Poco parece importarle la brutal paliza que las dos figuras más relevantes de la historia reciente del PSOE -Felipe González y Alfonso Guerra- propinaron este miércoles a Sánchez por la amnistía de marras. Ferraz no va a abrir expedientes disciplinarios y tampoco les ha contactado para bajen el tono.

Moncloa está a la espera de que fracase la investidura del líder del PP. Pero una vez ocurra, tampoco se lanzará a la piscina respecto a los pactos con Junts. Esperará la siguiente ronda de consultas del Rey. Y todo será tiempo para seguir negociando. No solo con los independentistas, también con el resto de partidos. Aunque Sánchez desea llegar a ese momento con un posible acuerdo bajo el brazo que le permita ser designado candidato a la presidencia. Mientras, las fuentes consultadas en Ferraz ya se sitúan en la consulta a la militancia que ratifique la política de Sánchez.

Estatutariamente, el PSOE está obligado a consultar a sus bases sobre el pacto de gobierno que suscriba con el partido que integre en Moncloa -Sumar en este caso-. Pero algunas fuentes deslizan que ese acuerdo incluirá, de forma velada, una alusión a la amnistía. De manera que Ferraz busca legitimar al secretario general si, tal y como parece, se produce una división interna por el coqueteo con los independentistas. Como ya publicó este diario, la amnistía será parte de la negociación con Yolanda Díaz.

El aviso a Yolanda Díaz

La vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones se ha convertido en las últimas semanas en un obstáculo para el PSOE. Pese a que tanto Sánchez como ella comparten objetivo y van relativamente coordinadas, en Moncloa ya se han cansado de sus salidas de tono. Primero fue la foto con Puigdemont en Bruselas y luego la pedagogía sobre los "tres tipos de amnistía". Fuentes próximas a Sánchez explican en conversación con este diario que lo mejor que puede hacer ahora Díaz es "ser discreta" y "callarse".

Estas mismas fuentes dejan claro que solo el presidente tiene la última palabra sobre el acuerdo que Moncloa cierre con Junts y con el resto de socios si es que se cierra. Cabe recordar que cuando Yolanda Díaz viajó a finales de agosto a Bruselas para reunirse con Puigdemont tenía un objetivo fundamental: marcar la agenda. La líder de Sumar se siente presa de la atención que reciben el PSOE y el PP. Y su charla con el expresidente catalán le permitió tener foco. Pero lo que no previó es que esa foto se le puede volver en contra si se hace realidad la carta de la repetición electoral.

Las fuentes consultadas en Sumar advierten de que si las manifestaciones contra la amnistía de las próximas semanas -este domingo 24 hay un gran acto del PP en la plaza de España de Madrid y el 8 de octubre otro en Barcelona- son un éxito político y mediático, la posibilidad de que Sánchez considere que se celebren nuevos comicios se multiplicará. Ferraz, entonces, se "abrazará de nuevo a la bandera de España" y usará la foto de marras para agrietar el casco del barco de la ministra de Trabajo en funciones. Es más, según ha sabido este diario, el PSOE calcula que le puede arañar hasta 15 escaños a Sumar. Aunque, en cualquier caso, la competición entre bloques seguirá estando muy reñida.

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