España

Sánchez sopesa dar la patada a Podemos y adelantar las elecciones generales tras el 28-M

Fuentes del núcleo duro del presidente aseguran que no les extrañaría que el jefe del Ejecutivo tenga un plan para "revolucionar" lo que queda de legislatura e intentar recobrar el pulso tras el KO del 'sí es sí'

La cabeza de Pedro Sánchez es un misterio. Solo el presidente del Gobierno sabe qué va a hacer en los próximos meses. Pero hay una fecha clave: las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Fuentes del núcleo duro del presidente aseguran que no les extrañaría que el jefe del Ejecutivo tenga un plan para "revolucionar" lo que queda de legislatura e intentar recobrar el pulso tras el KO del 'sí es sí'. Y esos comicios son cruciales, porque le permitirán calibrar hasta dónde llegar. Pese a las continuas alusiones que hace a que agotará la legislatura y que el Gobierno no se romperá, el hartazgo del presidente con Podemos es descomunal.

Además, toca añadir otra clave: el desenlace de Sumar, el prepartido de Yolanda Díaz. El presidente sabe que la vicepresidenta segunda afronta un serio problema de liderazgo. Los enganchones de Irene Montero con el PSOE han quitado foco a Yolanda Díaz, la cabecilla del espacio morado en Moncloa. La también ministra de Trabajo, como lamentan fuentes gubernamentales socialistas, sufre porque no tiene capacidad para imponerse dentro de Podemos, donde manda un núcleo reducido del que forman parte, además de Montero, Ione Belarra, Pablo Echenique y Lilith Verstrynge bajo la supervisión del ex todopoderoso jefe Pablo Iglesias.

Lo cierto es que Sánchez parece noqueado. El presidente no es capaz de rentabilizar, haber sido capaz de suavizar los pésimos augurios económicos que se cernieron sobre España hace un año, cuando estalló la guerra de Ucrania y toda Europa cruzó el umbral de una espiral inflacionista y una crisis energética que ha dejado los bolsillos de las familias congelados. Quién le iba a decir que la mayor crisis de credibilidad de su Ejecutivo iba a ser una ley cocinada por el Ministerio de Igualdad. El 'sí es sí' es un agujero por el que se escapan las opciones de Sánchez de continuar en Moncloa. Y el pasado 8-M fue el termómetro.

8-M, ¿la sepultura?

Si el Día de la Mujer de hace cinco años fue la catapulta que utilizó Sánchez para aterrizar en Moncloa, el último va camino de ser la sepultura de la coalición con Podemos que encabeza el líder del PSOE. El feminismo, partido en dos, se olvidó de abarrotar las calles de España en una jornada menos multitudinaria de lo que fue otras veces. Y, aunque no es la primera vez que el movimiento llega dividido, este año, a diferencia de lo que ocurrió en 2018, la ola feminista ha ensangrentado a la izquierda tras una guerra a navajazo a limpio entre los socios de Gobierno. Los datos de la Delegación del Gobierno en Madrid hablan por sí solos: la marcha de la Comisión 8-M congregó a 17.000 personas frente a las 50.000 de 2022. Mientras que la del Movimiento Feminista de Madrid, contra ‘ley Trans’, citó a 10.000 personas frente a las 6.000 de hace un año.

El núcleo duro de Sánchez no es el único que huele un adelanto. Podemos sigue una vez más la estela de su exlíder Pablo Iglesias. La dirección del partido al más alto nivel tampoco descarta que el presidente del Gobierno apriete el botón del adelanto electoral antes de tiempo. Los morados repiten el mantra que el exvicepresidente ya soltó hace un par de meses en los micrófonos de Radio Euskadi.

El exlíder de Podemos Pablo IglesiasEP

Para Iglesias cabe la posibilidad de que el líder socialista, en previsión de una victoria de la derecha en las municipales y autonómicas de mayo, convoque a los españoles en abril. Aunque hay una cosa que está clara: el líder del PSOE no querrá perderse el semestre europeo de presidencia rotatoria del Consejo. El presidente lleva toda la legislatura trabajando su perfil de "actor global" para situarse con posibilidades de acceder a un puesto de relumbrón en las instituciones europeas.

El argumento al que se agarran en Podemos es que Sánchez ya jugó esa baza en 2019. Pero, en verdad, esos mensajes del partido son, por encima de todo, una estrategia de presión a Yolanda Díaz. La dirección morada sigue sin tener muy claro qué quiere hacer la vicepresidenta. Y es que ese adelanto vendría muy bien al partido que dirige Ione Belarra, porque dejaría a la Yolanda Díaz sin apenas margen para lanzar Sumar. Ese es el motivo por el que Iglesias, además, volvió a abrir la boca para calentar el espacio morado y pedirle a la ministra gallega primarias abiertas de todos para conformar listas. Y todo para situar a los suyos sin que ella tenga capacidad de decisión.

En el equipo electoral de Sumar molesta mucho la influencia de Pablo Iglesias, porque le consideran un estorbo para la reconfiguración de la izquierda a la izquierda del PSOE. El razonamiento que hacen es que si ahora el exlíder morado vive de análisis políticos en medios y en su pódcast, que se dedique a ellos y a no a la política pura y dura en actos de partido que, además, cierra como si aún fuera el máximo dirigente. Es más, le llegan a desafiar: "Si se dedica a la política, que vuelva".

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