La coalición que habita Moncloa está casi rota. El PSOE volvió a retrasar este martes el aterrizaje en el consejo de ministros de la ley de Familias, bandera de Podemos en el Gobierno. La ley impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales fue un compromiso entre los socios que permitió dar luz verde a los Presupuestos, pero el lado socialista está empeñado en aparcarla, según explican las fuentes consultadas, porque se hicieron objeciones el pasado jueves en la comisión de subsecretarios. Aunque no se explican cuáles son. "Cuando haya acuerdo llegará", zanjan. Pero en Podemos el cabreo es total. Los morados aseguran que los socialistas tiraron la ley este lunes por la noche.
Y tras el rifirrafe, según lamentan los morados, solo se esconde la "verdadera cara" del PSOE. El análisis de la dirección de Podemos es que el PSOE, con los presupuestos aprobados, no quiere avanzar en nada que suponga un "avance social". Y menos aún si este lleva la firma de los de Ione Belarra. No es la primera vez que el socio mayor del Gobierno le quita a Podemos el desembarco de esta norma que tendría que haberse alumbrado antes de que terminara el mes de octubre. Las medallas ya solo para Ferraz a medida que se acercan las elecciones.
Pero ya en el último cónclave de Moncloa, antes de noviembre, la ley brilló por su ausencia. Según fuentes gubernamentales socialistas, porque no había pasado ni por la Comisión Delegada para Asuntos Económicos ni por Comisión de Secretarios y Subsecretarios. Entonces, los socios de Podemos les culparon de ello, porque son los socialistas quienes controlan esos órganos previos a la deliberación del consejo de ministros.
En el Ministerio de Derechos Sociales se muestran preocupados por los retrasos
"La ley ha pasado ya por todos los trámites formales previos al Consejo de Ministros, es un hito del plan de recuperación y forma parte del acuerdo de presupuestos para el año 2023. En el Ministerio de Derechos Sociales se muestran preocupados por los constantes retrasos a esta norma por parte del ala socialista, ya que consideran que es muy urgente para las familias españolas, que actualmente no reciben todo el apoyo que necesitan ni a la conciliación, ni a la crianza", zanjan fuentes del ministerio de Belarra.
Podemos ya puso el grito en el cielo cuando señaló las "resistencias del Ministerio de Hacienda", capitaneado por María Jesús Montero, como gran obstáculo para que la norma cobrara forma definitiva. El incumplimiento trae cola, porque fuentes de Hacienda consultadas por este diario apuntaron durante todo el mes de octubre a que la ley estaría lista antes de que la ministra Ione Belarra estuviera de permiso por maternidad.
La ley contempla el compromiso de la coalición de alumbrar una renta crianza de 100 euros por hijo que pretende "avanzar en la universalización", ya que alrededor de 250.000 mujeres más, según el Ministerio de Derechos Sociales, se beneficiarán de esa extensión fiscal. Porque es importante señala que ese 'cheque crianza' no deja de ser una ampliación de un recurso que ya existe vía deducción de IRPF. Por tanto, no es una nueva prestación.
"Avanzar en la universalización"
Esa extensión está destinada a madres con algún tipo de relación contributiva, es decir, que estén cobrando el paro o que hayan trabajado al menos un mes al año. Como ya contó este diario, la deducción por maternidad en el IRPF vigente se presupuestó en 1.005 millones de euros para 2022 y en el presupuesto de beneficios fiscales del proyecto de Presupuestos de 2023 se prevén 953 millones para el año que viene, un 5,2% menos.
No es ningún secreto a voces que un amplio sector del PSOE tiene urticaria por compartir el salón de mandos de Moncloa con Unidas Podemos. El núcleo duro del presidente confía en que su adversaria íntima, Yolanda Díaz, saque músculo electoral para ser competitiva cuando se abran las urnas pese a la guerra que mantiene con Podemos. Por eso, el presidente del Gobierno mima a su número tres frente al núcleo duro morado.
Fuentes que conocen muy bien a Sánchez consultadas por este diario tienen claro que el presidente tiene en mente como opción dar un golpe en la mesa que aparte 'Garzones y Belarras' del consejo de ministros e incluso que eche a Yolanda Díaz, su gran adversaria, a la arena para pelearse con los suyos. Porque Unidas Podemos sigue desconectado de su líder. Esa sería la mejor manera de jugar al voto útil y arrastrar a la izquierda a la izquierda del PSOE a optar por Ferraz para acampar cuando toque votar. Aunque muchos consideren esa sede un vertedero moral. Con Moncloa para él, el presidente podría terminar la legislatura como empezó su presidencia: con un Ejecutivo "bonito" que vuelva a servir de escaparate para acudir a las urnas.
Salidas y entradas
Hasta ahora, en el búnker monclovita, solo el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se ha mantenido como gran partidario de la alianza con Podemos. Bolaños es consciente de que abrazando a la izquierda el PSOE puede movilizar a los votantes progresistas que les llevaron al poder y que el radar demoscópico de Moncloa, capitaneado por la ex del colectivo 'Politikon' María Ramos, detecta desesperanzados y dispuestos a quedarse en casa en una nueva cita electoral.
La candidatura de la ministra socialista de Industria, Reyes Maroto, a la alcaldía de Madrid abre la ventana de una crisis en el Ejecutivo que también pondrá la etiqueta de salida a la titular de Sanidad, Carolina Darias, para hacerse con las riendas de la lista en Las Palmas de Gran Canaria. Pero hay más candidatables para abandonar Moncloa. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, está en una posición política complicada tras la difusión de los vídeos que muestran el alcance de la tragedia en Melilla y el varapalo del informe del Defensor del Pueblo negando la versión de Interior sobre la actuación de la Guardia Civil en el salto, que saldó con decenas de muertos, algunos en territorio español.
Por todo ello, algunas fuentes consultadas en el seno del PSOE no dudan en señalar al juez Marlaska como ministro con papeletas de verse afectado en una crisis. Su plaza, además, tiene un aspirante claro: el director adjunto del gabinete del presidente, Antonio Hernando. No obstante, según inciden fuentes oficiales de Ferraz, solo Sánchez sabe cuándo, cómo y a quién afectará una remodelación del gabinete que dirige en Moncloa.
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