Pedro Sánchez prepara su 'adiós' a Europa. A día de hoy no hay encuestas que sitúen al presidente del Gobierno con probabilidades de permanecer en Moncloa más allá del 23 de julio, día en que se celebrarán las elecciones generales. Y este domingo, un día después del arranque oficial del semestre de presidencia española del Consejo Europeo, el líder socialista comparecerá en Moncloa con el presidente del Consejo, el belga Charles Michel, según fuentes gubernamentales. El núcleo duro de Presidencia reitera, no obstante, que el adelanto de los comicios no trastocará la agenda del Ejecutivo los próximos meses.
Es más, solo se canceló -y a petición del PP europeo- la Conferencia de Presidentes de la Eurocámara, que se iba a celebrar en Madrid entre el 26 y el 27 de junio con el Rey y el propio Sánchez. Este órgano, compuesto por la presidenta del Parlamento y los presidentes de los grupos políticos se encarga de organizar el trabajo de la Cámara, las relaciones con otras instituciones y la agenda de los plenos. Pero el ambiente electoral en España no se considera propicio para orgnaizar ese acto.
Lo mismo ocurrió con el discurso de Sánchez ante el pleno del Parlamento en Estrasburgo, que estaba previsto para el 13 de julio, en plena vorágine electoral. Por eso se decidió mover a septiembre. Pero nada garantiza que sea Sánchez quien lo pronuncie. En cualquier caso, fuentes gubernamentales explican que no se va a tocar ni una sola del plan, trabajado en el último año. De manera que una previsible victoria del PP y el consecuente desembarco de Alberto Núñez Feijóo en Moncloa será el bautismo internacional del líder de los populares.
Encuentro con la Comisión
En cualquier caso, ya el próximo lunes Sánchez recibirá en Madrid a la presidenta de la Comisión Europea, la conservadora alemana Ursula Von der Leyen. El Gobierno español y el Ejecutivo comunitario celebrarán en la recién inaugurada Galería de Colecciones Reales, en el Palacio Real, un encuentro. Después, sobre las 14.45, se celebrará una rueda de prensa del presidente del Gobierno y de la Comisión. Lo cierto es que las elecciones generales en España acaparan la máxima atención en Bruselas.
El presidente ha intentado labrarse estos años una buena imagen comunitaria ante una previsible salida del Ejecutivo con rumbo a las instituciones europeas. De hecho, su equipo ha preparado una puesta en escena sin parangón para recibir a los líderes europeos. Y es que los ministros más relevantes de la Unión, de una y otra ideología, tienen agendado hacerse una foto con Sánchez y su Gobierno por toda la geografía española. Sánchez les ha convocado a un total de 25 consejos informales. Y solo una se celebrará en Madrid. Los otros 24 se harán en ciudades como Cáceres y Toledo.
Pero en el corazón de Bruselas no hay preocupación por el previsible cambio de Gobierno. Como ya contó este diario, el sentimiento es de asombro. Aunque se deja claro que el impacto para los trabajos del Consejo de la Unión Europea será mínimo, como también lo fue en 2022 cuando Francia celebró elecciones a la presidencia de la República durante su semestre.
Según las fuentes consultadas, el principal objetivo del semestre español será desatascar el mayor número de expedientes legislativos a base de diálogos tripartitos con la Comisión y el Parlamento, de reuniones informales de negociación y de reuniones del Comité de Conciliación, un órgano que busca crear consensos legislativos. Es de reseñar que la presidencia rotatoria de la Unión representa al Consejo Europeo en las relaciones con otras instituciones de la UE, en particular con la Comisión y el Parlamento Europeo.
Pero el Ejecutivo se ha puesto otras metas más golosas desde el punto de vista político: la gran cumbre de los líderes europeos y latinoamericanos, que lleva sin celebrarse desde 2015. Ese encuentro, que se celebrará al auspicio de la presidencia española, tendrá como gran objetivo impulsar el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur. Y se celebrará en plena semana electoral. El convenio entre ambas regiones creará una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo, ya que abarcará a 800 millones de personas. Y, claro está, el presidente del Gobierno está dispuesto a colgarse esa medalla.
El voto que una cumbre no moviliza
Sin embargo, el núcleo del presidente no se atreve a fijar el acuerdo comercial como el gran hito de la presidencia española. En todas las citas de Sánchez con los mandatarios europeos se tratarán los grandes temas que preocupan en el Viejo Continente: economía, migración, energía y, por supuesto, Ucrania. A los países a los que no pueda llegar el presidente, irá el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. La siguiente tanda de países será Irlanda, Dinamarca y Finlandia.
Lo cierto es que Sánchez, según reconocen las fuentes consultadas en Moncloa, está mucho mejor valorado fuera de España que dentro. Pero el presidente del Gobierno tiene difícil rentabilizar electoralmente su papel dorado en la escena internacional, porque las cumbres no resuelven las cosas del comer.
El líder socialista, como ya adelantó este diario, tiene en mente una salida en caso de batacazo electoral. El líder del PSOE concurrirá en las próximas elecciones generales. Pero no parece probable que Sánchez se quede en la oposición en caso de que los socialistas y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no logren el respaldo suficiente para formar otra coalición. Por eso, Sánchez se plantea dar el salto.
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