Arriola y Rubalcaba se verán las caras esta noche por personas interpuestas. Ambos veteranos de la política, uno como asesor y el otro como responsable del PSOE, han ejercido de preparadores del debate televisivo que enfrenta a Rajoy y Sánchez. Ambos se conocen, ambos se respetan. Arriola huye de los focos, pero siempre está allí. Desde los tiempos de Aznar, es el fiel consultor de los dirigentes del PP, en especial en asuntos demoscópicos. Su cotización, sin embargo, ha perdido fuelle en los últimos tiempos debido a ciertos errores cometidos en algunos trances importantes, en especial por su desprecio público a Podemos, fuerza emergente a la que bautizó como 'grupo de frikis". También le achacan parte del revés sufrido por el PP en las autonómicas y municipales, abrazado a su teoría de que lo mejor es no moverse demasiado para no agitar las aguas de los rivales. Hace cuatro años ya asesoró a Rajoy en su debate frente a Rubalcaba en las generales.
Rubalcaba no ha dejado de pisar los despachos de Ferraz desde que abandonó su puesto de secretario general
Pérez Rubalcaba, alejado oficialmente de la política y dedicado a la docencia universitaria, no ha dejado de pisar los despachos de Ferraz desde que abandonó su puesto de secretario general. Sánchez le escucha casi siempre, aunque el actual líder del PSOE no es persona que atienda demasiado las sugerencias ajenas, según comenta alguno de sus asesores. Estos días ha ejercido de 'sparring' del candidato socialista, como buen conocedor de los puntos débiles de Rajoy, con quien se midió en un pulso similar en la campaña de 2011.
El único cara a cara posible
"Yo podría haber ganado... o no", respondió, muy a la gallega, Mariano Rajoy al ser preguntado hace unos días sobre el debate a cuatro que enfrentó a la vicepresidenta del Gobierno con los candidatos de las otras tres grandes fuerzas en disputa por las generales. Esta noche tendrá lugar el único cara a cara entre el líder del PP y el del PSOE en el único debate en que el participa Mariano Rajoy en toda la campaña de los comicios del 20D. El presidente del Gobierno ha insistido en estas últimas fechas en que Sánchez no debió acudir al 'encuentro a cuatro', puesto que siempre ha defendido que han de ser los dos grandes partidos quienes acudan a este tipo de pulsos televisivos.
El pulso de este lunes entre ambos candidatos será quizás la última oportunidad para movilizar a ese 40 por ciento de indecisos que apuntan las encuestas. Esta casi todo por decidir, en especial el futuro reparto de escaños ya que el PP aparece como favorito ganador en todos los sondeos. En el cuartel general de Génova se apunta que más de un millón de votantes aún sin decisión clara sobre el color de su papeleta pueden abandonar sus dudas y optar por una de las fuerzas en liza. El PP confía en atraer un millón de indecisos hacia sus posiciones. De ahí el esfuerzo que tanto Rajoy como Sánchez hayan hecho estos días para preparar la contienda. El líder del PP aconsejó en su día a Sáenz de Santamaría que no se esforzara mucho para ir a la televisión. Sin embargo, él mismo ha empleado un tiempo más que razonable en preparar esta comparecencia televisiva. Este domingo, después del mitin en Las Rozas, en el que su partido no logró 'reventar' la plaza de toros de la localidad madrileña, el candidato de los populares se encerró junto a su asesor electoral Pedro Arriola, veterano en estos menesteres desde hace veinte años, para ajustar la estrategia. Puntos débiles de Sánchez, líneas-fuerza de su discurso, argumentos, consignas, frases... También Sáenz de Santamaría ha participado en estas sesiones, tanto por su experiencia en el debate a cuatro como por sus conocimientos del día a día de la gestión de Gobierno durante esta legislatura.
El PP espera a un Sánchez decidido a volcar la caída que le señalan las encuestas
Pedro Sánchez ha contado con los sabios consejos de Alfredo Pérez Rubalcaba, viejo lobo del socialismo quien hace cuatro años pugnó en un debate similar con Mariano Rajoy, en el que, según muchos sondeos, el socialista resultó levemente perdedor. En aquella oportunidad, el cara a cara arrancó con un recuerdo de ambos participantes a la memoria de un sargento español fallecido en Afganistán. Ahora se trata de dos policías españoles los que acaban de ser asesinados en tierras afganas. Aquel mano a mano eludió tanto los casos de corrupción como el movimiento 15M, el movimiento de los indignados por entonces incipiente y que, a la larga, dio lugar al nacimiento de Podemos, el partido político que le disputa ahora una buena parte de su tarta electoral al PSOE. Fue aquél un debate farragoso, tedioso, rebosante de argumentos económicos, datos, cifras, planteamientos técnicos y muy poca política. El momento más distendido fue cuando el entonces aspirante del PP le espetó a su contrincante, empeñado en enlodar el diálogo: "Señor Rubalcaba, si a usted le está yendo bien el debate, déjeme hablar un poco". También se recuerda que el actual presidente del Gobierno se dirigió hacia su rival en un par de ocasiones llamándole "señor Rodri... perdón", una treta quizás involuntaria para llevar al plató la figura de Rodríguez Zapatero, el polémico presidente saliente.
El PP espera a un Sánchez bronco y rudo, decidido a volcar la caída que le señalan las encuestas, y dispuesto a aferrarse a esta última oportunidad para volcar el curso de la campaña. No se trata de arrasar con el candidato socialista, puesto que el PP precisa a un PSOE vencido pero fuerte, para evitar la fuga de votos hacia Ciudadanos, el verdadero rival del actual partido en el Gobierno.
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