La propuesta que ha lanzado el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, a las cúpulas de PP y PSOE para garantizar la estabilidad del país y la unidad de España, consistente en la creación de una mesa negociadora con representantes de Génova, Ferraz y de su propio partido ha tenido una acogida dispar por parte de sus destinatarios. A la espera de que Rivera se reúna el próximo lunes con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en La Moncloa, desde el PP coinciden con el líder naranja en que las conversaciones deben ir en esa línea, donde los protagonistas sean los partidos constitucionalistas. De hecho, los populares han avanzado que la segunda fase de las negociaciones tras una ronda inicial de contactos tendrá como actores a PP, PSOE y C’s.
Sin embargo, el PSOE ha dado un portazo a esta idea de Ciudadanos, con la que el partido de Rivera pretendía recuperar la iniciativa tras no alcanzar el 20-D las altas expectativas que se habían depositado en esta opción. El propio secretario general del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno de la Nación, Pedro Sánchez, ha contestado a C’s que “no es tiempo de frentes, sino de diálogo”. “Tenemos que dialogar entre todos, no es tiempo de líneas rojas, sino de tender puentes”, manifestó el líder socialista.
Los populares, en línea con la oferta de C's, contemplan una segunda fase de negociaciones entre PP, PSOE y Ciudadanos
Esta reacción negativa de Sánchez ha abonado el vaticino personal del presidente de Ciudadanos, que comenta a su círculo más próximo: Rivera cree que el secretario general del PSOE, pese a ceder ahora la iniciativa al partido más votado en las urnas, intentará luego formar gobierno 'a toda costa', emulando lo sucedido en Portugal. No obstante, el líder naranja ha afirmado públicamente estos días que Sánchez tiene “muy complicado” ser investido como jefe del Ejecutivo, ya que debería contar el beneplácito de “11 partidos políticos, los ochos de las plataformas de Podemos más el PNV, Esquerra Republicana y el PSOE”.
En realidad, tirando de aritmética parlamentaria, el líder del PSOE no salvaría la primera votación en el Congreso, que requiera mayoría absoluta, pero podría superar la segunda, ya con mayoría simple, gracias al voto favorable de Podemos y sus mareas (69 diputados), Izquierda Unida-Unidad Popular (2) y el PNV (6). Los tres sumarían 167 ‘síes’, frente a los 163 ‘noes’ de PP y Ciudadanos. Bastaría con que el resto de partidos, ERC (9 escaños), Democràcia i Llibertat (8 escaños), Bildu (2) y Coalición Canaria (1), se abstuvieran. “El PSOE va a explorar todas las posibilidades para que haya un Gobierno de cambio, una mayoría progresista”, ha señalado Pedro Sánchez.
C's no cierra la puerta a Podemos
Desde Ciudadanos responden al dirigente socialista que su propuesta de sentarse a negociar a tres bandas, que no busca crear un tripartito ni acuerdos de gobiernos, sino desatascar la ingobernabilidad del país y acabar con la incertidumbre política y económica, “no es un frente de partidos, sino una mesa negociadora integrada por fuerzas constitucionalistas”. El partido naranja, según fuentes de la dirección, no excluye a Podemos de participar en las reformas que puedan abordarse en dicha mesa (reforma de la ley electoral, medidas de lucha contra la corrupción, separación de poderes efectiva, etc.), pero siempre que la formación morada abandone su propósito de impulsar un referéndum de autodeterminación en Cataluña.
En este contexto, el plan de defensa de la unidad de España que presentará Rivera a Rajoy el próximo lunes estará basado en los cinco puntos del Pacto de Estado que ya le planteó el pasado octubre. El primer eje consiste en que el artículo 1 de la Constitución “no se toca”. “La soberanía no reside en los territorios, sino en los ciudadanos”, sostiene C’s. El segundo punto gira en torno a la unión territorial: “No queremos pasaportes distintos entre españoles”. La Constitución como único marco para debatir las reformas de España es el tercero de los ejes. En cuarto lugar, está el compromiso con “la integración europea” y finalmente, como quinto elemento, figura que los partidos firmantes de este acuerdo tendrían “prohibido gobernar de la mano de los que quieren romper España”.
Como posible escenario, aunque difícilmente viable ya tras el desencuentro de este miércoles entre Rajoy y Sánchez, la dirección de Ciudadanos no descarta una gran coalición entre los dos partidos más votados. En ese caso, si el partido naranja participara de las negociaciones y de las reformas consensuadas, las apoyarías y luego se abstendrían en la votación parlamentaria, según afirman las mismas fuentes.
'Libres e Iguales' Y la mayoría de 253 diputados
El movimiento cívico 'Libres e iguales' ha hecho un llamamiento a PP, PSOE y Ciudadanos para que lleguen a un acuerdo "desde la democracia y por la democracia" ante los resultados de las pasadas elecciones. Desde este colectivo, entre los que están Félix de Azúa, Albert Boadella, Arcadi Espada, José María Fidalgo y Mario Vargas Llosa, advierten del número de diputados "partidarios de acabar con el sistema de derechos" que la Constitución garantiza, una cifra que "ha crecido de manera notable" entre los 350 del Parlamento. Aquí, incluyen a Podemos y "sus aliados", ERC, IU, DiL y EH Bildu, que suman 90 escaños.
Estas fuerzas, según 'Libres e iguales', "apuestan por la revocación de la soberanía al conjunto de ciudadanos españoles con su iniciativa de convocar un referéndum limitado a Cataluña para decidir sobre la integridad y la continuidad del Estado", informó Efe. El movimiento cívico considera que, ante ello, los tres partidos constitucionalistas tienen en su mano conformar una nueva mayoría, cuyo apoyo parlamentario mínimo sería de 253 diputados. Esta mayoría, añaden, permitiría afrontar "con garantías democráticas el intento de sedición nacionalista en Cataluña, consolidar la incipiente recuperación económica y acordar la ejecución de un amplio programa de reformas".
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