¿Seguirán los jubilados catalanes recibiendo su paga en el caso de una Cataluña independiente? Esta es la pregunta que ha calado en forma notable en buena parte de la sociedad catalana, que tiene 1,6 millones de pensionistas envueltos ahora entre la inquietud y la duda. Desde la Seguridad Social española ya se ha advertido que España no tendría obligación alguna para mantener esos pagos en una Cataluña independiente. El conseller de Economía de la Generalitat saltó como una furia para recordar que se trata de tabajadores que han cotizado durante años a las arcas del Estado y que nadie puede hurtarle sus derechos. Artur Mas, incluso, se vio forzado a escribir una carta a los pensionsitas, que incluía la firma de sus compañeros de candidatura, Raül Romeva y Oriol Junqueras, en la que intentaba tranquilizar a ese importante segmento de la sociedad catalana, de enorme peso en las urnas. El voto de la gente mayor de cincuenta años suele ser decisivo en el resultado de unos comicios. Sociedad Civil Catalana, por ejemplo, hizo público un escrito en el que rcuerda que los pensionistas perderían casi un 20 por ciento de sus ingresos en caso del triunfo de las tesis secesionistas. "La Seguridad Social no tendría obligación de seguir pagando las pensiones de Cataluña y se recalcularían las pagas". También recordaba que al ser "un Estado nacido de forma ilegal, los catalanes perderían el derecho a la atención sanitaria en el resto de España y de Europa".
La alerta de las encuestas
Las encuestas publicadas el pasado fin de semana, fecha límite para difundir estudios demoscópicos, evidenciaban, de media, que más de un 60 por ciento de los catalanes desean mantener la nacionalidad española en el caso de que un futuro gobierno de la Generalitat pretendiera proclamar unilateralmente la independencia. Incluso votantes de la CUP, el grupo de la izquierda radical antisistema, también se mostraban mayoritariamente partidarios de no perder su españolidad.
El debate sobre la nacionalidad ha hecho que muchos pensionistas se muestren poco receptivos a apoyar las opciones rupturistas
Este asunto ha sido un elemento muy manoseado por candidatos de todos los colores en los últimos mítines. Incluso se convirtió en cuestión estrella en la entrevista de Rajoy en Onda Cero, donde no se pudo despejar decididamente la duda. García-Margallo, ya aleccionado al respecto, subrayó en su debate con el líder de ERC algo evidente: ¿Cómo se apela a la Constitución si la secesión es precisamente romper con ella? Por lo tanto, lo que la Carta Magna protege como el derecho a la nacionalidad de origen, saltaría por los aires en el momento mismo en que alguien pretendiera actuar en su contra.
Disquisiciones que no conducen a ninguna parte, vino a sentenciar el presidente del Gobierno. "Un vaso, es un vaso y un plato es un plato", corroboró en la televisión de Gerona. Este debate tan intenso ha hecho que muchos de los pensionistas de Cataluña, que hasta ahora no tenían claro su futuro, se muestren ahora poco receptivos a apoyar con su voto a las opciones rupturistas.
El PP cierra este viernes su campaña en Barcelona con un mitin central al que asistirá Nicolas Sarkozy, fiero defensor de un Estado férreo, unido y centalista, como buen dirigente conservador francés. Rajoy insistirá en los riesgos económicos, políticos y sociales de una Cataluña fuera de la UE y se recordarán asuntos de importancia, entre ellos, el del pago de las pensiones.
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