Desde finales de los años 90, cuando se popularizó, no sin cierto tono peyorativo, el término 'PIGS' para referirse a Portugal, Italia, Grecia y España, hemos cargado con el prejuicio de los países del norte de que somos más desastrosos, más irreponsables e, incluso, inferiores. Aunque el término se empezó a utilizar a finales de los años noventa en los medios financieros anglosajones para resaltar los problemas de déficit y balanza de pagos de dichos países, a día de hoy esa idea de que somos unos 'cerdos' se ha extendido, inconscientemente, más allá de los meramente económicos. Y en la imagen colectiva de muchos países del norte, los 'PIGS' somos una especie de bárbaros exóticos que derrochamos y estamos siempre de fiesta.
Pero, entre tanto estigma, hay un dato en el que España sale muy bien parada y rebaja la carga de esa etiqueta: es el país de los 'PIGS' que más ha mejorado en cuento a datos de violencia armada se refiere, y ya es el octavo territorio más seguro de toda Europa. Solo le superan Irlanda del Norte, con una relación de 0,13 muertes violentas por cada 100.000 habitantes; Luxemburgo (0,16/100.000), muy alejados ambos países del resto; en una franja más parecida a España se encuentra Italia (0,56/100.000), Eslovenia (0,63/100.000), Suiza (0,65/100.000), Noruega (0,68/100.000) y Países Bajos (0,75/100.000). Por su parte España tiene una relación de 0,76 muertes violentas por cada 100.000 personas, uno de los mejores datos de Europa y, por lo tanto, del mundo.
Así se desprende de los datos de la organización suiza Small Arms Survey, dedicada al estudio de la violencia armada, en los que se descubre también la positiva evolución de España desde el año 2004, cuando los datos alcazaron 1,4 muertes por cada 100.000 habitantes. De hecho, es el país de los cuatro que forman parte del estigmatizado grupo de los PIGS que más ha mejorado en la última década, también una buena demostración del progreso.
Más allá de España
Estos datos, que reflejan cómo es la situación de la violencia armada en el mundo entero, son una muy buena señal para España. Tiene una realidad muchísimo más positiva en cuanto a seguridad se refiere que la de aquellos países del norte que miran con cierto recelo a nuestro país por esa etiqueta impuesta (aunque en ocasiones también confirmada por nosotros) de ser desastrosos, no solo en lo económico, sino también en lo social. Compite en la liga de los ocho países europeos que mejor seguridad tienen.
De hecho, sacamos una nota mucho mayor que aquellos que nos pusieron el mote: Inglaterra tiene una media de 1,39 muertes violentas por cada 100.000 habitantes. Francia, también tendente a mostrar distancia con España, tiene una tasa de 1,58-100.000; Alemania 1,12-100.000, y Bélgica, cuna del europeismo, 1,48-100.000. En nuestro continente, los dos peores territorios, desde muchísimo tiempo antes de que estallara la guerra, son Ucrania y Rusia. De hecho, en el 2004, Rusia registró una relación de 33,6 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, el récord de Europa desde que en ese mismo año comenzaron a recopilar los datos.
Al otro lado del charco, las Islas Vírgenes Británicas se llevan la palma en la relación muertes violentas-habitantes (76.07-100.000). Aunque si solo se tienen en cuenta las muertes, sin relacionarlas con los ciudadanos de cada país, Brasil, México y Estados Unidos son las que peor paradas salen: 50.446, 43.250 y 29.445 muertes violentas respectivamente.
A nivel mundial, el país más violento según esta organización es Afganistán, con una relación de 88,38 muertes violentas por cada 100.000 habitantes. Estos datos pertenecen al 2020, porque a partir de entonces se dejaron de recopilar los datos. Pero con la llegada de los talibanes, en verano del 2021, es probable que la cifra sea ahora mucho mayor.
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