Era 13 agosto de 2019 cuando la agencia estadounidense Associated Press publicaba un reportaje donde recogía las declaraciones de nueve mujeres -ocho cantantes y una bailarina- que acusaban al tenor español Plácido Domingo de haberlas acosado en la década de los ochenta. Días después, se sumarían otras once mujeres más hasta completar la veintena.
Desde entonces, y hasta la emisión el pasado fin de semana de un especial de Salvados, Plácido Domingo lleva tres años caminando por el fino alambre de la cancelación, el reconocimiento y la destrucción de un legado profesional de más de seis décadas. Todo ello sin un juicio o sentencia que lo condene en firme. Al menos hasta hoy.
Un día después de conocerse las acusaciones, la Royal Opera House y la Ópera de Viena salieron en defensa del cantante madrileño, manteniendo las actuaciones que tenía pactadas en Reino Unido y Austria. Del mismo modo, el Teatro Real de Madrid confirmó también la presencia de Plácido Domingo en la obra La Traviata, que iba a representarse en mayo de 2020. Finalmente, y como es sabido por todos, la pandemia acabó dando al traste con todos estos conciertos.
Ese mismo mes de agosto, Plácido conoció que la Ópera de Los Ángeles, de la cual era director general, abriría una investigación independiente y exhaustiva sobre las acusaciones vertidas contra él. Dos meses después, Plácido dimitió de su puesto en el coliseo angelino. Estados Unidos fue muy duro y tajante con el tenor desde el primer día, cancelando actuaciones por todo el territorio estadounidense como Filadelfia, Dallas o San Francisco.
Un comportamiento opuesto al de Europa, que siguió contando con él por la sencilla razón de que no había tenido lugar ningún juicio, y, por tanto, ninguna sentencia contraria al tenor que pudiera condenarle oficialmente. EEUU, sumido en la cultura de la cancelación que tantas picas está llenando con cabezas ajenas, no dio pie a la duda o a la oficialidad de un futuro proceso judicial y exterminó a Domingo.
Todo lo que tiene en sus manos el país americano, al margen de las acusaciones que inicialmente recogió Associated Press, es un informe del Sindicato de Músicos de Ópera de Estados Unidos (AGMA) que concluye de forma independiente y sin hechuras probadas que dichas acusaciones eran verdaderas y que iban desde “el flirteo hasta proposiciones sexuales, dentro y fuera del ámbito de trabajo”. En palabras de Samuel Schulz, exvicepresidente de AGMA, "hemos probado que, durante 20 años, 27 mujeres hablaron de haber sufrido insinuaciones sexuales, flirteo, abuso de poder y conductas inapropiadas".
Un informe, por cierto, que nunca ha visto la luz. El Sindicato alega que no lo hizo en su momento por proteger a las víctimas, pese a que hasta el propio Teatro Real solicitó leerlo para saber si tomaba alguna medida disciplinar contra el tenor en vísperas del estreno de la Traviata. Plácido eludió ambos posibles castigos retirándose antes de los diferentes elencos representativos.
Mientras tanto, ciudades como Berlín, Salzburgo, Zúrich, Milán o Moscú ovacionaban al tenor sin complejos. En España también tuvo un fuerte apoyo por parte de las instituciones, pues en diciembre de 2019 sintió el calor de Valencia en una actuación en el Palau de les Arts. Él negó en los primeros meses posteriores al escándalo autoría alguna de esos hechos en varias entrevistas concedidas a medios españoles. Dijo que había sido "galante en los límites de la caballerosidad".
Plácido Domingo asume sus actos
Entre medias de cancelaciones, ovaciones y críticas dispares en los medios de comunicación y la opinión pública, Plácido Domingo emitió un comunicado el 25 de febrero de 2021 donde aceptaba "toda la responsabilidad" de sus acciones. El tenor dijo que llevaba varios meses de reflexión interna y que pedía "perdón por todo el dolor causado" a las mujeres que lo habían acusado de un comportamiento abusivo rodeado de insinuaciones sexuales.
Los hechos expuestos, en palabras de las denunciantes, iban desde besos a tocamientos inapropiados o amenazas por parte del propio Plácido Domingo de truncar sus carreras. De hecho, fue el cantante el que puntualizó en su comunicado que asumir la "responsabilidad" de estas acciones no iba ligado a un sentimiento de "culpa" porque consideraba que eran los modos de actuar de la época.
Persecución mediática en España
Con el mundo de la ópera tan polarizado con Plácido Domingo, quedaba ver cómo España, tanto a nivel público como de medios de comunicación, reaccionaba al caso basándonos en los hechos que hemos puesto en contexto líneas atrás. Europa había decidido dar la cara por él, mientras que Estados Unidos lo había abandonado a su suerte basándose únicamente en el citado informe del sindicato.
Los medios españoles no han dado tregua a Plácido Domingo, aun sin tener acceso al informe de la AGMA que verificaba las acusaciones. El último ha sido Salvados, cuyo especial del pasado fin de semana contra Plácido Domingo contaba con mujeres presuntamente acosadas de una forma u otra por Domingo. Y decimos presuntamente por qué no deja de ser la palabra del programa y las damnificadas contra él.
No ha existido ningún proceso judicial pasado ni presente que haya podido confirmar estas actitudes del tenor. Lo que sí hay es una disculpa pública de él, donde ya expresó su pesar por haber tenido un comportamiento inadecuado con algunas personas, pero esto, sin un sumario y un juez que lo confirme, es agua de borrajas.
Plácido Domingo lleva tres años de juicio paralelo, seguramente penando de forma interna por una conducta a todas luces reprobable. Sin embargo, el público parece no haberle dado la espalda, ya que sigue llenando los teatros y óperas allí por donde pasa. Todos son emotivos para el tenor, pero pocos llegan al regreso triunfal del 9 de junio de 2021 en el Auditorio Nacional de Madrid.
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