El Simulium erytrocephalum, conocido popularmente como la mosca negra, es un insecto autóctono de menor tamaño que la mosca común, entre 2 mm y 6 mm, que siempre se ha podido encontrar en cerca de donde corre el agua, especialmente en charcos, ríos y embalses. Este último año han comenzado a expandirse a gran velocidad, muy probablemente debido a las altas temperaturas y la falta de lluvias que están habiendo en esta época del año. Estos animales necesitan del agua para reproducirse y la disminución de los caudales a causa del verano 'seco' que está pasando España ha resultado favorable a su expansión.
Aquellas provincias por donde viaje el Ebro y sus afluyentes son las más afectadas por la invasión de este insecto. Las grandes cantidades de agua de este río y las plantas acuáticas presentes facilitan la reproducción de la mosca negra. Esto sumado a los cambios de temperatura y los viajes en coche han hecho de su migración un proceso más rápido. Los zonas donde se ha podido notar este mayor repunte son Andalucía, Madrid, Aragón, Murcia, Cataluña y Valencia.
Varios hospitales por toda la Península han dado parte a las autoridades sanitarias de mordeduras de la mosca negra. Estos insectos son hematófagos. Esto significa que su alimentación se basa en la sangre de animales e incluso humanos. El problema de estas 'picaduras' es que la mosca negra no tiene aguijón, al contrario de los mosquitos o abejas, por lo que no pica sino muerde y rasguña.
Las hembras son las responsables de este acto sanguinario: rasgan la piel de las víctimas y añaden compuestos farmacológicamente activos, como los inmunomoduladores y los antiinflamatorios, que junto a los vasodilatadores y anticoagulantes, disponen del tiempo y del flujo de sangre suficiente para poder llenar sus estómagos; aproximadamente 5 minutos, de acuerdo con National Geographic. La mosca negra tiende a morder durante el día, sobre todo al amanecer y al atardecer.
Debido a la brutalidad y el tamaño de sus mordeduras es muy fácil que estas acaben infectándose o causando algún tipo de reacción alérgica. Lo recomendable en el caso de mordida de la mosca negra es, primero que nada, lavarse la mordedura con agua y jabón. Se ha de procurar no rascarse para no agravar la herida, echarse hielo y hacer uso de algún desinfectante o antiséptico. En el supuesto de ir a mayor, la mejor opción sería acudir a algún hospital.
Medidas preventivas para evitar la mordedura de la mosca negra
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza, una de las zonas afectadas por esta plaga, ha lanzado un aviso con precauciones a tomar si se quiere evitar una mordedura de la mosca negra. La primera medida preventiva que recomiendan es la más obvia: no realizar actividades cerca de aquellas zonas donde se crían, como son las orillas de los ríos con vegetación abundante.
Recomiendan el uso de repelentes, teniendo cuidado durante la aplicación de evitar las zonas cerca de la boca y los ojos y nunca superponerlo sobre heridas, cortes o zonas irritadas. El Colegio de Farmacéuticos recuerda que hay que lavarse las manos inmediatamente después de poner el repelente y para retirarlo del cuerpo una vez terminado el día basta con ducharse con agua y jabón. No se aconseja el uso de repelentes en los menores de dos años.
Respecto a la ropa, recomiendan que se cubra las zonas expuestas a picaduras, es decir, intentar usar pantalones y camisetas de manga larga. Subrayan además que lo mejor es usar prendas de colores claros.
Virginia Barrau, vocal de Dermofarmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza, hace hincapié en que es importante no echarse la crema solar y el repelente de insectos a la vez debido a que anula la efectividad. La farmacéutica aconseja que: "Primero hay que echarse la crema solar y luego esperar 30 minutos para aplicarse la loción antimosquitos".
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