Podemos no se rinde. El partido capitaneado por Ione Belarra redobla la ofensiva que ha emprendido contra Sumar, la coalición liderada por Yolanda Díaz. Los morados presionan para mantener un ministerio en un hipotético gobierno de coalición con el PSOE -preferiblemente el de Igualdad, en manos de Irene Montero-. Por eso, amagan con 'romper' su alianza con la formación de la vicepresidenta segunda y concurrir por separado en próximas elecciones.
El cofundador Juan Carlos Monedero, alejado de la primera línea pero conectado a la cúpula, lo ha apuntado este lunes en un artículo en Público, en el que ha defendido la posibilidad de presentarse a las elecciones europeas del año que viene al margen de Sumar para calibrar sus respectivas fuerzas. Y fuentes del núcleo duro del partido, en conversación con este diario, redoblan el pulso: "Veremos si ir con Yolanda Díaz si hay repetición electoral".
Podemos ha iniciado un proceso de movilización de sus inscritos. "La gente de Podemos tenemos una enorme responsabilidad. La responsabilidad de cuidar nuestra forma de hacer política, en equipo; porque las cosas importantes nunca se consiguen dejando caer a quien se pone en primera línea y, sobre todo, se consiguen siempre juntas, en común. Por todo esto, hemos iniciado un proceso de reflexión y debate colectivo con el objetivo de fijar nuestra nueva hoja de ruta para esta etapa que comienza. A lo largo del proceso, mediante el diálogo en innumerables asambleas por todo el país, queremos que esta propuesta inicial evolucione y mejore, recogiendo toda la inteligencia colectiva de las bases de Podemos y que culminará en una gran conferencia política el próximo sábado 4 de noviembre", zanja la secretaría de organización del partido.
"Preocupación" en Sumar
Mientras, en Sumar crece la "preocupación" por la deriva reaccionaria de Podemos, según reconoce una fuente de peso en el equipo de Yolanda Díaz. Aunque las fuentes consultadas en el núcleo duro de la vicepresidenta segunda en funciones reconocen que no han hablado del asunto con los morados a la espera de que la investidura de Pedro Sánchez se concrete. "Es un escenario que han dejado claro", sintentizan.
El problema de fondo sigue siendo el veto a Irene Montero. El objetivo de la cúpula es mantenerse en el Gobierno. Pero todo parece indicar que ni Montero ni Belarra repetirán en el Consejo de Ministros.
Es más, en la sede morada prevén que la cuota de poder que Sumar les puede dar en el Consejo de Ministros se la llevarían rostros de Podemos asimilados por el 'yolandismo', como el secretario de Estado de Agenda 2030, Nacho Álvarez, o la portavoz de Vivienda de Sumar y excandidata de Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto. Ese, en verdad, es uno de los escenarios más plausibles en tanto en cuanto ni Irene Montero ni Ione Belarra son especialmente bien valoradas por Yolanda Díaz.
Cabe recordar que será la vicepresidenta segunda en funciones quien designe a los ministros y ministras de su espacio en una hipotética segunda coalición de Sánchez. Y Díaz no va a ceder, porque considera que Irene Montero está amortizada tras el lío del 'sí es sí'. Es más, la reciente rebaja de la pena a uno de los condenados de La Manada en aplicación de la ley impulsada por el Ministerio de Igualdad ha vuelto a poner el foco en los fallos de la norma que la propia Montero no ha llegado a reconocer pese a haber beneficiado a centenares de delincuentes sexuales.
Un partido en quiebra técnica
Pese a los intentos de Yolanda Díaz de enterrar a Podemos, los morados no van a dejarse echar tierra encima. Y han decidido nadar a contracorriente y enseñar los dientes a la líder de Sumar. Por eso, la cúpula del partido, en vistas de la conformación de un nuevo gobierno de coalición con el PSOE, está decidida a dejar claro a sus votantes que no son ellos quienes se han corrompido y que es la propia vicepresidenta segunda en funciones quien está traicionando a la izquierda por "entregarse al PSOE", según cuentan a este diario fuentes moradas de peso.
Las fuentes consultadas en Podemos temen que la dinámica que se instale dentro del grupo parlamentario de Sumar sea la misma que llevó a Yolanda Díaz a despachar con el Rey sin consultar con nadie más dentro de la plataforma de Díaz, ni ofrecer al resto de fuerzas conversar con el Monarca, como sí hizo Pablo Iglesias hace cuatro años. En plata, que sea ella quien decida todo. "Creo que es una muestra de cómo se va a funcionar. Cero pluralidad", lamentaron.
Podemos intenta reflotar pese a ser un partido en quiebra téctnica. El partido sufrirá mermas de ingresos del 90% a nivel estatal y del 70% en las federaciones por su pérdida de apoyo electoral el 28 de mayo. Los morados están en liquidación tras activar este verano un ERE que afecta a la mitad de su plantilla. Por eso, la formación tendrá que tirar de sus ahorros y destinar sus depósitos para devolver 1.150.000 euros que los simpatizantes les prestaron a través de microcréditos.
Más de la mitad de esa deuda (731.000 euros) proviene de territorios en los que los morados se quedaron sin representación y, por tanto, sin un solo euro de subvención electoral. El partido vive con el agua al cuello. Además, tendrá que hacer frente a las indemnizaciones por despido de los trabajadores afectados por el ERE, aunque eso sí, el partido puede negociar esa cifra con los trabajadores. El golpe del 28 de mayo destrozó el despliegue territorial que impulsó el partido en su última convención municipal. El plan, dirigido por la secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, era afianzarse en aquellos lugares donde poder competir con otras fuerzas de su espacio, como Izquierda Unida. Pero la realidad les ha dado un baño. En 2015, apenas un año después de su irrupción, el partido tenía 170 diputados autonómicos por todo el país. Ocho años después tienen apenas 34.
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