Con Yolanda Díaz ya anunciada como candidata a la presidencia del Gobierno bajo las siglas de Sumar, empiezan las amenazas de Podemos a quienes aún forman parte del gran círculo dirigido por Pablo Iglesias. Los morados han emprendido una campaña mediática en redes en la que recriminan la tibieza de la vicepresidenta segunda en los temas en los que Podemos es especialmente combativo, como el 'sí es sí' o el papel de la OTAN en la guerra de Ucrania. Pero el vídeo, que han compartido los principales rostros morados y se dirige abiertamente a los militantes, simpatizantes y cargos del partido, es en realidad una "amenaza", según relatan a este diario exmiembros relevantes de Podemos.
El objetivo de cúpula morada es evitar casos como el que protagonizó este miércoles la diputada autonómica en Oviedo Nuria Rodríguez, quien abandonó Podemos y brindó abiertamente su apoyo a la también ministra de Trabajo. "Ella abandona por dos cosas: por la política de expulsiones en Asturias y porque ella apoyó públicamente a Yolanda Díaz y le abrían consejos de guerra por ello", zanja una fuente que conoce bien el funcionamiento interno de la dirección estatal de Podemos. La situación de tensión es tal, que los morados han decidido excluir a las tres federaciones que han mostrado su apoyo a Yolanda Díaz de la gran fiesta de la primavera que celebran este fin de semana en Zaragoza. Ni los dirigentes de Asturias, de Navarra y de Extremadura tendrán silla en el mitin central.
El anuncio de precampaña morado fue toda una retahíla de daros velados a Yolanda Díaz, a quien acusan de compadrear en exceso con el PSOE. Por eso, puestos a segementar a los votantes de izquierdas entre leales escuderos y traidores que se pasan al bando de Sumar, la dirección morada se atrevió a dejar claro de Podemos es "el militante de toda la puñetera vida que alucina y se indigna cuando ve que sus ministros se ponen de perfil con la OTAN y la guerra de Ucrania". Cosa que Yolanda Díaz no ha hecho.
Nuria Rodríguez apoyó públicamente a Yolanda Díaz y le abrían consejos de guerra por elloUna fuente que conoce bien el funcionamiento interno de la dirección estatal de Podemos
Lo cierto es que la vicepresidenta segunda, consciente del lío interno que le está atormentando, se mostró este martes muy incómoda en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Es más, se le preguntó por su postura como líder de Unidas Podemos en Moncloa ante las enmiendas de Podemos, ERC y Bildu a la contrarreforma de la ley del 'solo sí es sí' elaborada por el PSOE, pero se limitó a echar balones fuera y a responsabilizar a los grupos parlamentarios. Incluso llegó a asegurar que acatará la decisión que tome la dirección del grupo cuando siga el trámite de la reforma de la norma estrella de Igualdad, demostrando que no tiene capacidad de mando.
De hecho, la ley del 'solo sí es sí' se ha convertido en otro ariete más de Podemos para atacar a Yolanda Díaz. Prueba de ello es la sinceridad con la que Irene Montero se refirió al papel de la ministra de Trabajo. Para la número dos morada, Yolanda Díaz se ha puesto "de perfil" en el asunto. Y eso, claro está, escuece en la sede de Francisco Villaespesa. "Muchas veces me habéis preguntado qué tengo que decir cuando se entiende que Yolanda [Díaz] se pone de perfil [...] Creo que eso lo tiene que valorar la gente", zanjó la la ministra Montero en una intervención en la televisión online que lidera Pablo Iglesias.
Y, para más inri, Montero se puso en valor de nuevo sobre Yolanda Díaz: "Lo que sí puedo hacer es hablar por mí y por mi formación política, que es Podemos. Desde luego lo que hacemos es estar ahí siempre, especialmente en los momentos difíciles, porque solamente así se puede transformar un país y se puede avanzar en derechos". Para Podemos, no obstante, la campaña iniciada por el partido para amarrar a los suyos y tenerles alerta no son más que "intentos de crear la unidad" en la izquierda.
Los grandes ausentes que impidieron la "unidad"
Los morados fueron los grandes ausentes de la anunciación de Yolanda Díaz. Solo ellos impidieron la foto de la unidad tan ansiada. Y, por eso, tienen encima toda la presión. Están contra las cuerdas. El electorado de izquierda es muy sensible a los conflictos fratricidas. Las batallas de sus líderes por el poder dejan a la gente en casa a la hora de votar. Ese es el gran riesgo de Sumar, que no seduzca, que mate la ilusión.
Podemos hace la lectura inversa. Puesto que ellos son el partido hegemónico de ese espacio -al menos por el momento-, consideran que sin ellos no hay posibilidad alguna de que la izquierda a la izquierda del PSOE tenga éxito y sea competitiva en las urnas. Se ven con la fuerza suficiente para plantear un pulso suicida a Yolanda Díaz, quien dejó claro que no quiere tutelas, porque ella no es de nadie por mucho que el exlíder de Podemos Pablo Iglesias le ofreciera la cartera de ministra de Trabajo que ha utilizado para catapultar su liderazgo. Tanto Yolanda Díaz como Podemos esperan el resultado del 28 de mayo.
Las cuentas que arrojen las urnas serán la prueba definitiva para calibrar el devenir del experimento de unidad que desarrolla la vicepresidenta en el laboratorio de Moncloa. Si Unidas Podemos, la coalición de Izquierda Unida y Podemos que concurre en los comicios municipales y autonómicos, sufre el duro revés que anticipan la mayoría de casas de encuestas, la posición negociadora de Ione Belarra y, por ende, de Pablo Iglesias, estará anulada. Si, por el contrario, el resultado es acepable y puede venderse como un éxito, será Yolanda Díaz quien sienta aún más la presión de los morados.
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