Podemos y Sumar, el prepartido de Yolanda Díaz, tienen diez días para lograr un acuerdo con el que concurrir juntos en las elecciones generales del 23 de julio. Las fuentes consultadas en el entorno de la vicepresidenta segunda no esconden que el adelanto de los comicios decretado por el presidente del Gobierno obliga a la izquierda a la izquierda del PSOE a "deshojar la margarita" cuanto antes. Lo más probable es que haya acuerdo. Pero no lo dan por seguro. En Podemos tampoco ocultan que llevaban tiempo avisando a los partidos de su coalición de que esta circunstancia era altamente probable. Pero algunos dirigentes admiten en privado que la convocatoria de comicios, pese a "poner las pilas a todos los partidos", les quita algo de presión.
Y es que parte del análisis que se hace en la sede morada, en la calle de Francisco Villaespesa, es que parten con ventaja en las conversaciones con Yolanda Díaz, que capitanean Lilith Verstrynge y Josep Vendrell. La negociación entre ambas fuerzas se ha acelerado en las últimas horas, según fuentes de ambos lados. Pero tanto Yolanda Díaz como Ione Belarra evitaron explayarse este lunes en el asunto. Díaz reconoció en Twitter que le toca otra forma de hacer las cosas y Belarra, que están dispuestos a pelear hasta el final por un acuerdo justo. Pero las condiciones han cambiado. Los morados, que pedian primarias abiertas para decidir la composición de las listas y los lugares de salida de cada uno, admiten que con tante premura será cosa de los fontaneros de los partidos cerrar acuerdos provincia a provincia. No hay tiempo para organizar unas primarias. Díaz, mientras, insiste en que no quiere acuerdos bilaterales.
El problema, en efecto, lo tiene Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda, según fuentes de Moncloa consultadas por este diario, se enteró del adelanto electoral "minutos antes" de que el presidente, Pedro Sánchez, anunciara a los españoles la fecha veraniega para acudir a las urnas. En menos de dos meses, Yolanda Díaz no dispone de tiempo material, como recuerdan en Podemos, para desplegar una estructura territorial sólida. Y el plan de Sumar de atraer tras el 28-M a los cargos orgánicos del partido en algunos territorios parece predispuesto al fracaso toda vez que los caballos 'ganadores' de Yolanda Díaz ajenos a Podemos, como Más Madrid o En Comú Podem, no solo no han ampliado su base de apoyo electoral, sino que han retrocedido con la excepción de Mónica García en la Asamblea de Madrid. Y ese es un mensaje nada atractivo para los morados que estén dispuestos a cambiar de barco.
La estructura de Podemos, el arma
Por contra, es Podemos quien recuerda que tiene estructura territorial, aunque esta haya sufrido también un fuerte correctivo el domingo. De hecho, los morados son quienes más han sufrido el golpe. Pero lo cierto es que el partido sí cuenta con cargos y organización en casi toda España que Yolanda Díaz, si quiere, no tendrá más remedio que utilizar. Podemos circunscribe la fuerza de Más Madrid o Compromís al ámbito local. Y recuerda que a nivel nacional ellos son el partido dominante. El órdago de Podemos solo busca una posición más relevante que la del resto de fuerzas. En plata: que todos los suyos, desde Irene Montero e Ione Belarra, hasta Lilith Verstrynge o Ángela Rodríguez, tengan un puesto de salida. Aunque el resultado de las elecciones del 28-M se lo pone difícil.
Fuentes moradas aseguran que llevan avisando por activa y por pasiva al resto de aliados del espacio político de que Pedro Sánchez podía convocar elecciones y zanjan que Podemos, como partido, está "preparado" porque goza de la estructura y los equipos necesarios. Todo un órdago a Yolanda Díaz, cuya fuerza radica en organizaciones sin implantación a nivel nacional.
Los partidos con los que quiere Sumar en las próximas elecciones generales sufrieron este domingo un correctivo en las urnas. Ni Unidas Podemos ni Más Madrid ni Compromís tuvieron éxitos reseñables. Es más, en la ciudad de Madrid, por ejemplo, Rita Maestre perdió apoyos -de primera fuerza a segunda-. Y, en la Comunidad, los 'morados' desparecieron de la Asamblea madrileña. En la Comunidad Valenciana, Compromís perdió escaños y Unidas Podemos no logró entrar en las Cortes, lo que reventó el pacto del Botánico y sacó a la izquierda del poder. Lo mismo sucedió en la capital. El todavía alcalde, Joan Ribó, perdió un escaño que facilitó el asedio del PP. Pero el mayor fiasco es Barcelona. Ada Colau perdió la alcaldía catalana, su gran feudo, tras dos legislaturas.
O Sánchez o nada
El balance final a nivel autonómico supone una verdadera escabechina que deja a Podemos con poco más de diez diputados regionales en las Comunidades donde se celebraban comicios. Si algo ha dejado claro esta campaña, según fuentes del partido de Ione Belarra, es que la vicepresidenta segunda ha tenido que hacer "difíciles equilibrios" por la negativa de fuerzas como Más Madrid o Compromís candidaturas conjuntas con Unidas Podemos. Y eso, piensan en Francisco Villaespesa, le ha quitado "frescura y coherencia". Lo que está claro es que el próximo 23 de julio los españoles decidirán con su voto qué gobierno quieren. Y la precipitación de los acontecimientos da a los aliados del presidente en Moncloa un margen estrecho. El presidente lo juega todo a él o nada tras comprobar que su izquierda no carbura.
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