Podemos explota la polémica del Rey, quien se quedó sentado en Bogotá al paso de la espada de Simón Bolívar durante la investidura del primer presidente colombiano de izquierdas, Gustavo Petro. Los morados atacan con fuerza a Felipe VI, a quien acusan de humillar a Colombia en nombre del pueblo español. Pero también a los ministros del PSOE, a quienes hacen cómplices del acto del monarca. Objetivo: el 'régimen' del 78; la Corona, el puño y la rosa.
El partido de Ione Belarra, que no envió a ni un ministro a la toma de posesión del mandatario, incendia la coalición apenas una semana después de que su líder en Moncloa, Yolanda Díaz, tuviera una reunión "positiva y fructífera" para "fortalecerla". Es más, la 'dama roja' ha eludido criticar al Rey en contraposición a los principales rostros del partido morado, que se han lanzado a degüello contra Felipe VI, azuzados por el exvicepresidente segundo y exlíder de Podemos Pablo Iglesias. Díaz se ha limitado a dar la enhorabuena a Petro pese a que ella también es abiertamente republicana y, según su entorno, comparte el fondo pero no las formas de las críticas a Felipe VI.
En Moncloa, el lado socialista acepta que sus socios discrepen respecto a la cuestión monárquica. Pero lleva muy mal los ataques furibundos en un momento en el que toda pelea interna perjudica gravemente las opciones de la coalición de seguir en el poder. El PSOE restó importancia al gesto del Rey en línea con la Casa Real, que no quiere entrar en polémica alguna porque la considera "generada".
Polémica "generada"
Lo cierto es que el 'lío' de la inconcreción del protocolo está siendo utilizado para atizar al Rey. Podemos asegura que se ha faltado el respeto al pueblo colombiano y a "la libertad latinoamericana", pero la repercusión en mediática en Colombia ha sido prácticamente nula. En verdad, el rey no supo cómo actuar cuando vio aparecer la espada, porque esta llegó de forma improvisada al acto de toma de posesión. Petro, nada más recibir el poder, ordenó que se la enviaran después de que el expresidente Iván Duque le negara la posibilidad de tomar el poder con ella.
En plata: se trata de una cuestión interna de la política colombiana. No solo el Rey se quedó sentado. También el presidente argentino, Alberto Fernández. Pero Podemos y sus aliados independentistas, abiertamente republicanos, maniobran para perjudicar a Felipe VI en el enésimo intento de derribar la Corona. El mismo Pablo Iglesias llegó en un hilo de Twitter a poner al Rey por debajo de su padre, Juan Carlos I. Y a considerarle mucho más peligroso.
La tesis de Iglesias, quien dirige la estrategia morada, es que no admite discusión que el gesto de Felipe VI fue político y que él no es nadie para "dar mensajes políticos en nombre de España": "Felipe VI no me parece un botarate preocupado por aventuras amorosas, ni creo que sea un tipo obsesionado con enriquecerse ilícitamente, ni con matar a tiros animales drogados. Creo que tiene plena conciencia de ser un operador político crucial y de ser también la figura política más respetada por buena parte de las élites judiciales, militares e incluso empresariales que viven en Madrid. Por todo eso es una figura política mucho más peligrosa para el futuro de la maltrecha democracia española que su patético progenitor".
Pero el Rey, como reiteran a este diario fuentes de Zarzuela, respetó los símbolos constitucionales de Colombia: la bandera y el himno, porque la espada de Bolívar, que estuvo en posesión del M-19 -un grupo guerrillero que buscó imponer sus ideas de democracia y justicia social mediante las armas y al que perteneció Petro en su juventud- no es ningún símbolo salvo para algunos colombianos.
La guerra Díaz-Podemos
Cabe recordar que Podemos y Yolanda Díaz viven una guerra cada vez más caliente. Si los morados han decidido pelear contra el Rey por su cuenta es por el convencimiento de que Podemos y la ministra de Trabajo son cosas diferentes, sujetas a lógicas e intereses diferentes. Muestra de ello es que los de Ione Belarra hayan decidido no integrarse formalmente en la futura plataforma de Yolanda Díaz.
Pese a ello, la ministra de Trabajo no va a perder ni un solo segundo en juegos con los morados, a quienes desdeña por su intención de no diluir sus siglas en el proyecto político que está cocinando. En la sede de Francisco Villaespesa van a jugar fuerte y reclamarán a la titular de Trabajo una relación de igual a igual entre Podemos y todo lo que surja del proceso de escucha para ser "aliados electorales".
Yolanda Díaz persigue superar la marca de Unidas Podemos, consciente de que el ciclo político morado ha llegado a su fin tras su entrada en el Gobierno. La 'dama roja', mientras, ya ha dejado claro que el proyecto que impulsa no estará listo para presentarse al test de las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo. Hasta entonces, sus amigos de Podemos, no la dejarán volar en solitario y la marcarán todo lo que puedan.
El mantra de la República plurinacional
Podemos quiere meter en la cabeza de los españoles de izquierda que la única alternativa a un Gobierno de PP y Vox es una República plurinacional y social. Los morados están empeñados en atacar a la monarquía, porque saben que sólo apelando a una “identidad republicana” pueden conformar una mayoría con EH Bildu y ERC que impida a Alberto Núñez Feijóo y a Santiago Abascal sentarse juntos en La Moncloa en caso de que las cuentas del PP no les de la mayoría absoluta.
Por eso, los morados tratan por todos los medios de amplificar los apuros de la corona. Y meter en un brete al PSOE, al que quiere atar a ese bloque de dirección de Estado con la izquierda independentista. Una vez archivada la causa contra Juan Carlos I, Podemos pone en el punto de mira al actual jefe del Estado. Los de Belarra quieren atraer a los secesionistas al timón del Estado para que se olviden de independencias soñadas. El problema para Zarzuela es que la monarquía está siendo politizada.
Si partidos independentistas y de izquierda más allá del PSOE, arquitecto del pacto constitucional que reinstauró la monarquía en la Transición, usan el nombre de Felipe VI para hacer política, los partidos de derecha no se quedan atrás. En los últimos tiempos, los españoles han visto una instrumentalización de la corona también por parte de los partidos que dicen defenderla. La presión al Rey sube.
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