España

Podemos asume que Sánchez tendrá que sacar con el PP el acuerdo con EEUU

Biden puso precio a su foto con el presidente español: dos nuevos destructores en Rota que, además, implicarán más militares estadounidenses en la base gaditana

Si Podemos es coherente, el acuerdo que selló este martes el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para "ampliar su cooperación en defensa [...] mediante el estacionamiento de buques de guerra estadounidenses adicionales en Rota" tendrá que recibir el visto bueno del PP en el Congreso. Es más, entre los morados asumen que será la única salida y que, además, provocará marejada en las turbulentas aguas de la coalición que habita Moncloa.

Ese es el precio que puso el mandatario estadounidense a Sánchez para otorgarle su ansiada foto con él. Pero también a España para que las relaciones bilaterales sean fuertes, cercanas y estables. "Ayudará", espetó Biden. El primer gran problema para Sánchez es Podemos, su socio en el Consejo de Ministros, que es contrario a ampliar la presencia militar estadounidense en España. Biden, cuyo equipo es consciente de la situación política del dirigente socialista, espera que los dos destructores estén atracados en Rota "más pronto que tarde".

Eso sí, fuentes gubernamentales precisan a este diario que "está todo trabajado" pese a que el Gobierno, según ha sabido Vozpópuli, no ha comentado la petición estadounidense ni con sus socios en Moncloa ni en el Congreso. El requerimiento de Washington implica enmendar el Convenio de Cooperación para la Defensa entre Estados Unidos y España que se firmó en 1988.

Más gasto

Y ese es el motivo por el que primero debe recibir el visto bueno del Gobierno y después del Congreso. Toda una gincana porque aunque es Sánchez quien tiene la última palabra en Exteriores, como se comprobó en el giro sobre el Sáhara, el 'sí' de la Cámara Baja es otro cantar, donde el Gobierno se apoya en partidos de izquierda independentistas, como ERC o EH Bildu, con posiciones beligerantes hacia la presencia militar estadounidense en suelo español.

El convencimiento de los aliados del Ejecutivo es que ampliar el gasto en Defensa, el otro melón por abrir dentro de la coalición, y ampliar el destacamento estadounidense en Rota, que además de los buques supone elevar el número de efectivos, no será bien recibido por el electorado de izquierdas. Por eso, elucubran con que Sánchez, como contrapartida, convierta su agenda legislativa de lo que queda de Legislatura en un "festival social", en referencia a todas los decretos enterrados en un cajón parlamentario a la espera de iniciar su tramitación.

En Podemos, además, recelan de la petición de Estados Unidos porque consideran que el coste económico lo asumirá España. Y eso choca contra la postura oficial del partido, que lleva varias semanas insistiendo que lejos de incrementar el gasto militar, hay que esforzarse en lograr la paz. Es más, los morados están adscritos a un foro por la paz junto a otros partidos de izquierda europeos.

Objetivo: no romper

Pese a todo, Podemos sabe que no se puede permitir romper la coalición y abandonar Moncloa. La misma secretaria general y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, lo puso negro sobre blanco en una tribuna en eldiario.es. "Es posible que el Gobierno de coalición se enfrente ahora a su mayor reto, frenar la inflación y dejar de posponer las reformas estructurales. Para ello es fundamental apostar por más Gobierno y más coalición, demostrar que queremos seguir gobernando juntos y fortalecer el bloque democrático de la investidura, que es la única vía de gobernabilidad estable frente al PP y Vox".

Todo parece indicar que la primera potencia del planeta irrumpirá con la misma fuerza en el Consejo de Ministros que en Moncloa. El equipo de Sánchez dio la máxima relevancia a la reunión entre Sánchez y Biden. El Gobierno vendió que la declaración conjunta que sellaron Madrid y Washington supone el hito bilateral más importante en dos décadas.

El documento, difundido por Moncloa, renueva el anterior sellado por el entonces ministro de Exteriores, Josep Piqué, y por la exsecretaria de Estado de EEUU, Madeleine Albright. Y en él, Estados Unidos se compromete a ayudar a España en el control migratorio tras el giro promarroquí de Madrid respecto a la postura sobre el Sáhara Occidental. Todo un guiño tras el salto de migrantes en Melilla en el que murieron 37 personas y que fue "bien resuelto" para el líder socialista por las fuerzas marroquíes. Sánchez necesitaba un golpe de efecto en un momento político adverso para él tras la debacle del PSOE y del resto de la izquierda en las urnas andaluzas, que dieron por primera vez en cuatro décadas la mayoría absoluta al PP en un feudo histórico para los socialistas. La foto es un balón de oxígeno, pero el precio le dará dolor de cabeza.

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