Esta vez es posible que la sangre llegue al río. La definición de la ley de Vivienda, en la que Podemos quiere incluir mecanismos de regulación del alquiler, ha generado una tensión inédita en forma y fondo en la coalición de gobierno. Los morados sostienen que el PSOE no ha cumplido con lo pactado el pasado mes de octubre, y señalan directamente a Pedro Sánchez como el autor de una iniciativa que, sostienen, amenaza con resquebrajar toda la mayoría de investidura. Además, la crisis estalla en un momento muy delicado por la inminente salida de Pablo Iglesias de la vicepresidencia.
A lo largo de los últimos días, en efecto, desde ERC y Bildu podía apreciarse un endurecimiento de su postura con respecto al gobierno de coalición. Sobre todo los de Gabriel Rufián hacían caer que la cuestión de la vivienda era esencial para mantener el diálogo con Sánchez, y que si el PSOE se desentendía del pacto sellado a lo largo de los últimos meses durante la votación presupuestaria, no habrían tardado las represalias parlamentarias. “Ni siquiera hace falta que sea en la ley de Vivienda, puede ser en cualquier otra iniciativa en el Congreso”, advierten.
Podemos teme que el PSOE esté mareando la perdiz desde hace dos meses. Como desveló este diario, en plena precampaña electoral en Cataluña se interrumpieron los contactos directos entre el equipo del ministro José Luis Ábalos y la secretaria de Estado Ione Belarra. Los técnicos de Ábalos empezaron a elaborar un documento a espaldas de Podemos, hasta que el pasado miércoles ofrecieron algunos detalles y los morados entraron en cólera.
"Establecer un índice de precios"
La propuesta normativa del PSOE excluye cualquier tipo de intervención del mercado de la vivienda, lo que según Podemos incumple el pacto de octubre. El documento que firmaron tanto Sánchez como Iglesias para desbloquear el anuncio presupuestario hablaba de “habilitar a las comunidades autónomas y/o ayuntamientos para que a partir del Sistema de Índices de Referencia de Precios del Alquiler de Vivienda desarrollado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana puedan establecer su índice de precios de acuerdo a una metodología objetiva y sujeto a revisión periódica”. Y fijaba un horizonte temporal de hasta cuatro meses para elevar el asunto al Congreso.
Para Podemos no se cumple nada del pacto. Y a las quejas de los morados se suman las de ERC y Bildu, con los que Sánchez hasta ahora ha contado para aprobar sus medidas en el Congreso. El pasado jueves, el propio Iglesias adevertía al PSOE: “Cuando se firma un acuerdo de Gobierno, el acuerdo está para cumplirse, porque no cumplir un acuerdo que se firmó ante los ciudadanos, es faltar el respeto a los ciudadanos, y Unidas Podemos no va a consentir que se falte el respeto a los ciudadanos de este país”.
Iglesias se mantiene en el pacta sunt servanda que exhibe cada dos por tres, pero esta vez desde una posición que debería preocupar a los estrategas de la Moncloa. Su salida del Ejecutivo, de hecho, debilita la solidez del Gobierno de coalición, según afirman varias fuentes de Podemos. En opinión de estas fuentes, el grupo de ministros morados pierde su guía y Sánchez deja de tener “enjaulado” a su principal rival de la izquierda. Es decir, que si Iglesias considera que se puede dinamitar el Gobierno, lo hará sin ambages.
¿Mercado negro o más dinero?
De hecho, según ha podido saber este diario, el propio ministro Ábalos manifiesta cierta apertura para poder regular el mercado de la vivienda. Pero se enfrenta a la negativa de las ministras económicas Nadia Calviño y María Jesús Montero. Las titulares de Economía y Hacienda son las que defienden con más contundencia que el mercado del alquiler no se puede regular, so pena de disparar el mercado negro y la evasión fiscal. Para Podemos, en cambio, las arcas públicas no sufrirán con esa medida y hasta se recaudará más dinero para evitar recortes en pensiones.
El enfrentamiento está al rojo vivo, y en Podemos empieza a comentarse que si el PSOE no retoca su enfoque se abren escenarios desconocidos. No está sobre la mesa, de momento, dinamitar la coalición, pero las fuentes consultadas admiten que la tensión va in crescendo. Sobre todo, advierten al PSOE de que los socios de la mayoría de investidura muestran cansancio. Y si Sánchez rompe esos puentes, solo le quedará un pacto con el PP para agotar la legislatura, que, de momento, parece más que improbable.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación