Podemos advierte al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que solo aceptará enviar armas a Ucrania si lo hace toda la Unión Europea. Lo cierto es que la escalada bélica en el Este de Europa está pillando a los de Ione Belarra con el pie cambiado. El partido se está moviendo en un difícil equilibrio entre la condena al presidente ruso, Vladimir Putin, por la invasión de la exrepública soviética y el respaldo a uno de los deseos del mandatario ruso, la aniquilación de la OTAN de suelo europeo.
En verdad, desde antes de que estallara el conflicto entre Rusia y Ucrania, Podemos puso varias líneas rojas al PSOE ante la escalada bélica: 'no' al envío de tropas a Ucrania en el marco de la OTAN y 'no' al envío de armamento. Y todo porque ambas podrían suponer la ruptura de la coalición. Ambas opciones estaban lejos de concretarse hace un mes. Pero la crisis desatada por la invasión rusa del pasado jueves ha escalado hasta cotas insospechadas. Y Podemos se enfrenta a una situación complicada.
El propio presidente del Gobierno es consciente. Por eso, como adelantó Vozpópuli, Sánchez garantizó a Podemos que España no entrará en una carrera belicista precisamente para preservar la coalición. Es más, el propio líder socialista zanjó este lunes en una entrevista en TVE que no enviaría armamento directamente a Ucrania y evitó aclarar si era una imposición de Podemos. Y es que el electorado de izquierdas, según algunos estudios demoscópicos en manos de los morados, solo tolera una aventura militar bajo el paraguas de una misión de paz. Ese es el motivo por el que los de Ione Belarra tampoco armarán revuelo si la ONU interviene con cascos azules en la zona.
Recelo de Bruselas
Los morados sostienen que el anuncio de Bruselas de enviar material militar a Ucrania sufragado con el Fondo Europeo de Ayuda a la Paz no es un mandato para los 27 estados miembros, sino una forma de dejar la puerta abierta a que los países que lo consideren apoyen militarmente al país que preside Volodimir Zelensky. Alemania, Grecia, Bélgica, Luxemburgo, Polonia, Estonia o Letonia han decidido auxiliar militarmente a Ucrania.
En plata: España no podrá sumarse a los socios europeos que amparados por Bruselas envíen armas. En el cuartel general de Podemos no están cayendo muy bien algunas decisiones de Bruselas y, por eso, no solo se desmarcó este lunes de de la ayuda armamentística, sino de la censura a los medios de propaganda patrocinados por el Kremlin, como Rusia Today y Sputnik.
El propio alto representante europeo para la política exterior, Josep Borrell, mandó este lunes un recado a los partidos que mantienen una postura abiertamente contraria a la OTAN, como Unidas Podemos, a los que preguntó irónicamente "en qué momento viven". No obstante, los morados no se dan por aludidos y piensan más en Izquierda Unida en Madrid, el partido que el pasado viernes secundó una manifestación en la Puerta del Sol contra Putin y contra la OTAN a la vez.
En cualquier caso, la promesa de Sánchez de que España no participará activamente en la guerra es uno de los puntos a los que se agarran en Podemos cuando se les pregunta por el anuncio de la ministra de Defensa, Margarita Robles, de que reforzará la frontera Este de la OTAN en la que España tiene desplegados varios contingentes. Podemos asume que se trata de un compromiso que ata al Gobierno en el marco de su pertenencia a la OTAN, pero no temen que vaya más allá pese a que atribuyen a Robles una pulsión belicista que la estaría enfrentando al propio presidente del Gobierno.
El 'no' a la OTAN
La realidad es que la posición contraria a la Alianza Atlántica del socio de Gobierno del PSOE pone en un brete al jefe del Ejecutivo, anfitrión de la próxima cumbre que se celebrará en Madrid los próximos 29 y 30 de junio. Pero no solo a él, también a la líder del espacio de Unidas Podemos en el Gobierno. Yolanda Díaz sabe que es la líder de un espacio político y que, dado que pretende iniciar un proyecto de escucha en primavera para construir una candidatura, debe ser sensible a la postura antiOTAN de los suyos, que son su principal respaldo.
El problema es que España pertenece a la OTAN y, por tanto, debe tomar en consideración y responder a las peticiones que se produzcan por parte de sus aliados. Un incumplimiento de Madrid condenaría la imagen internacional del país y lo sumiría en la irrelevancia. Eso es algo que Díaz, empeñada en construir una imagen presidenciable, sabe a la perfección.
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