Podemos enfrenta un problema de coherencia. El partido de Ione Belarra ha sido adalid de la regeneración democrática desde su irrupción como fuerza política hace siete años. Por eso, la orden de votar a favor de Enrique Arnaldo, un candidato propuesto por el PP para renovar el Tribunal Constitucional con un perfil profesional plagado de incompatibilidades, ha generado una gran controversia entre más de una decena de diputados de la formación, según explican fuentes parlamentarias moradas a Vozpópuli.
La tensión ha llegado a tal punto que al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no le ha quedado más remedio que advertir a sus socios: toca cumplir con el pacto por mucho que no guste el perfil de Arnaldo. Sánchez lanzaba su aviso desde la tribuna del Congreso después de que dos parlamentarias moradas —Gloria Elizo y Meri Pita— se rebelaran contra el sapo que tendrán que comerse y animaran a sus colegas a no apoyar al candidato del PP en un artículo en El Periódico de España: "Cada voto afirmativo es una ignorancia deliberada".
Ambas parlamentarias, conscientes del impacto en la credibilidad que sufrirá Podemos, advierten a su compañeros de escaño: "El precio a pagar en términos políticos de regeneración democrática y sociales, de construcción de ciudadanía, es sencillamente inasumible". Eso sí, algunos diputados consultados conceden que pese a sus ganas de votar en contra, "no hay otra que tragar": "Hagamos lo que hagamos, estamos en la cuerda floja", sintetizan. La sensación es que se vota "el mal menor".
No hay otra que tragar
El partido sabe que no le queda más remedio que aceptar al candidato del PP. Y no teme para nada que la llamada al motín de dos de sus diputadas con menos peso tenga éxito. Aunque las fuentes consultadas dentro del espacio confederal dan por hecho que es "muy posible" que Elizo, Pita y "algún otro diputado" se decante por el 'no' en una votación telemática y secreta cuyo resultado será anunciado por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, una vez termine el pleno de este jueves.
Tanto Arnau como los otros tres candidatos necesitan el respaldo de 210 diputados. El PSOE cuenta con 120, Podemos con 35 —34 mientras el escaño de Alberto Rodríguez siga sin sustituto— y el PP con 88. Los tres partidos que cerraron el pacto suman 242 votos. De manera que para que la designación de Arnaldo saltara por los aires se tendrían que producir, al menos, 33 deserciones. Y ni PSOE ni PP pueden mirar a otros partidos, pues difícilmente encontrarán en ellos respaldo alguno.
Podemos está convencido de que el perfil de Arnaldo saldría sin sus 'síes'. El problema es que teme que un 'no' genere un efecto dominó que reviente el acuerdo de renovación del Gobierno con el PP. Y que, a su vez, los de Pablo Casado se nieguen a aupar a su candidato para el Constitucional, Juan Ramón Sáez . Además, los miembros del partido consultadas se afanan en aclarar que es preferible que entren sus afines y cumplir con el mandato de renovación a que se prolongue el bloqueo.
El foco en el PP
Los morados ponen el foco en el PP. Y dicen que el sapo de su menú es culpa únicamente de los populares por proponer a alguien como Arnaldo. ¿Pero cómo casa ese 'sí' al candidato de Casado con el discurso de regeneración del partido? "Pues explicando que con 35 diputados es lo máximo que podemos hacer. No tenemos capacidad para que se hagan las cosas como nos gustaría. Esta es una de las contradicciones a las que tenemos que enfrentarnos por gobernar", arguye una fuente parlamentaria morada de peso.
El PSOE, que también anda revuelto por tener que votar a favor del jurista afín al PP, también apunta a los de Casado: "Cada uno es responsable de los candidatos que propone", apostilla una fuente gubernamental socialista. Entre los de Pedro Sánchez, el diputado más crítico es Odón Elorza, quien ya alertó del vergonzante perfil de Arnaldo en la comisión de nombramientos del Congreso, como ha recordado en Twitter.
La Comisión avaló el 2 de noviembre la idoneidad de los cuatro aspirantes propuestos por PP y PSOE para ocupar asiento en el Constitucional con los 242 votos a favor de los tres partidos, también de Unidas Podemos. Entonces se registraron 12 abstenciones y cero votos en contra. Este jueves será un incógnita. Fuentes moradas aseguran que la dirección parlamentaria lleva días tratando de convencer a los díscolos para evitar otra crisis política. El resultado de este jueves no está cerrado.
Y es que el presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, cuenta con la posibilidad de que se rompa la disciplina de voto. Pese a que ha intentado justificar la postura de los suyos, el diputado de En Comú Podem ha dicho que darle el 'sí' al jurista afín al PP es un "conflicto ético" que les dejará "con mal cuerpo".
El portavoz parlamentario de los morados, Pablo Echenique, será quien defienda el acuerdo, pese a que llegó a decir que su grupo ha tenido que tragar sapos en la negociación. Además, tendrá enfrente posiciones muy críticas del resto de grupos que conforman la mayoría del Gobierno. ERC, Compromís y Más País ya han señalado lo feo del asunto, mientras que Ciudadanos lamenta el "reparto" de poder entre PSOE y PP.
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