Podemos se enroca frente al PSOE y organiza un acto este domingo en defensa de la ministra de Igualdad, Irene Montero, y de su ley estrella, la del 'sí es sí', que los socialistas cambiarán con o sin su visto bueno. Los morados siguen arguyendo que su norma está bien hecha, algo que no se atreven a repetir el resto de sus aliados en el Consejo de Ministros. Ni Yolanda Díaz ni Izquierda Unida ni los 'comunes'. Mientras, se suceden las negociaciones entre Igualdad, Presidencia y Justicia, los ministerios implicados en lograr un pacto sobre cómo mantener el consentimiento en el centro de la ley y tapar al mismo tiempo el coladero de rebajas de penas a abusadores sexuales que ha supuesto la ley y que Moncloa considera una grave amenaza a sus intereses electorales.
Fuentes oficiales de Ferraz inciden en que no hay plazos para llegar un acuerdo, pese a que este lunes los socialistas salieron muy fuertes con el aviso de una proposición de ley que amagó con romper la coalición. Lo cierto es que los de Ione Belarra intentan 'tapar' la derrota que implica el retoque al que se han abierto, forzados por la realidad. Esa es la otra cara de la moneda. Irene Montero lleva dos meses negociando con el PSOE cómo cambiar la ley pese a que juró por activa y por pasiva que no se tocaría ni una coma porque las rebajas de penas a los abusadores eran cosa de jueces machistas que no interpretan la ley como deben.
En verdad, una fuente morada que conoce bien al equipo dirigente, señala que la auto reivindicación del domingo supone un cambio de marco. Es decir, que Podemos, consciente de que el cambio de la ley ya es en sí mismo una derrota política, intenta centrar su defensa ante la opinión pública en el consentimiento. Los morados quieren 'olvidar' el fallo de redacción de la norma para centrarse en el aspecto central de la ley, en el que el PSOE está de acuerdo. Lo difícil del asunto es que la propuesta de Justicia, que implica subir las penas y diferenciar de nuevo entre violencia e intimidación no es aceptable para Podemos porque la ve parecida a la del PP y porque volvería a poner el foco en cuánto se resiste o no la víctima y en si sufrió o no violencia.
Señalar al PSOE
Ese es el motivo por el que los morados saldrán el domingo con el cuchillo entre los dientes. El lema del acto es '¿Consentiste o no? Solo sí es sí'. Toda una declaración de intenciones. Podemos, tras hasta cuatro intercambios de propuestas, está dispuesto a aumentar las penas mínimas para los casos más graves (violación con violencia o intimidación). Pero eso, previsiblemente, no cortará el goteo. Y rechaza la idea del PSOE que, alegan, supone regresar al esquema de penas anterior a la ley cuando durante una violación haya violencia o intimidación. Una línea roja para Montero y su equipo que evidenciarán el domingo en ese intento de demostración de fuerza ante las presiones de los socialistas a quienes ven, además, víctimas de presiones de la derecha judicial, política y mediática.
Si los socios no llegaran a un pacto, Podemos ya avisa de que su voto en la proposición de ley socialista sería un ’no’. El PP, mientras, se ha ofrecido a auxiliar al PSOE. Pero Ferraz no quiere ayudas de Alberto Núñez Feijóo. El problema es que la relación entre morados y socialistas entraría en parada irreversible. En Ferraz, no obstante, aseguran que tienen medidas las consecuencias de desautorizar la acción política de Montero. El presidente, Pedro Sánchez, ha dicho se acabó. Lo advirtió el pasado 6 de diciembre, cuando se abrió a retoques legales en la ley. Eso sí, el PSOE evita aclarar quién debe asumir responsabilidades por este fallo que en última instancia apunta al jefe del Gobierno. Ferraz se limita a trasladar su intención de llegar a un acuerdo con Unidas Podemos para presentar esa proposición en el Congreso de forma conjunta.
La mano de Yolanda Díaz
Por mucho que Yolanda Díaz se erija en protectora de la coalición, a la que dice cuidar, los socialistas, según varias fuentes del partido consultadas por este diario, insinúan que es la vicepresidenta segunda quien ha abierto la veda contra la ministra de Igualdad, Irene Montero. En verdad, la 'número dos' de los morados está políticamente acorralada. Aunque su equipo no contempla su dimisión. El entorno de la ministra de Trabajo, no obstante, niega tener nada que ver en la filtración sobre la intención del Ejecutivo -adelantada por La Vanguardia- de tocar la ley para terminar con el goteo de rebajas de penas a los condenados por abuso sexual. Cabe recordar que al cierre de esta información se superan las 380.
Por la cabeza de varios dirigentes socialistas pasa la idea de que Yolanda Díaz busca debilitar a Irene Montero, que ha asumido un perfil de 'candidatable' morada en caso de que los de Ione Belarra no cierren un acuerdo electoral con la vicepresidenta. Ese supuesto interés de Yolanda Díaz encaja, además, con el hartazgo del núcleo duro de Moncloa con el Ministerio de Igualdad. Según ha sabido este diario, el cabreo en Ferraz con Montero y con su número dos, la secretaria de Estado, Ángela Rodríguez, es morrocotudo. El Gobierno ve un gran riesgo político seguir instalado en el inmovilismo mientras se suceden las rebajas de penas y, por eso, está dispuesto a actuar, ya que el asunto del 'sí es sí' es una bomba electoral que puede hacerle mucho daño cuando faltan cuatro meses para las elecciones municipales y autonómicas.
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