España

Podemos se despide de Sumar señalando su entrega al PSOE: "Seguro que pasaron a Exteriores su intervención"

Los morados dicen haber pasado página de Yolanda Díaz, a quien reprochan su sumisión a Pedro Sánchez. Y ya planean cobrar peajes al Ejecutivo

Podemos dijo esta semana adiós para siempre a Yolanda Díaz. Los morados, que ya se ausentaron en su día del acto de proclamación de la líder de Sumar como candidata a la presidencia del Gobierno, se despiden ella señalando su entrega al PSOE. Fuentes moradas de alto nivel aseguran que tienen la seguridad de que el "servilismo" de Sumar con los socialistas les llevó a entregar antes a Exteriores la intervención de su portavoz en el pleno sobre Gaza que abrió la caja de pandora. Toda una ofensa para Podemos.

"No boicotearemos la hoja de ruta progresista. Lo que busca nuestra decisión [de salir de Sumar] es ayudar al Gobierno a ser más valiente", explica la dirección del partido. Los morados siempre vieron a Yolanda Díaz trabajando para la vuelta del bipartidismo. Y lamentan que haya decidido por encabezar una opción con poca o nula capacidad de transformación. Con ese relato justifican su salida del grupo de Sumar. "Si viene de Podemos no se va a tramitar nada en el Congreso. Tampoco nos van a dejar hacer trabajo parlamentario. No vamos a estar calentando el sillón", arguye una fuente de la Ejecutiva morada.

Pese a los intentos de Yolanda Díaz de enterrar a Podemos, los morados no van a dejarse echar tierra encima. El partido liderado por Ione Belarra decidió nadar a contracorriente y enseñar los dientes a la líder de Sumar. Por eso, la cúpula del partido, va a iniciar una estrategia destinada a trasladar la idea de que no son ellos quienes se han corrompido y que es la propia vicepresidenta segunda quien está traicionando a la izquierda por "entregarse al PSOE".

Sabemos que la subalternización al PSOE acaba con la invisibilización Isabel Serra, portavoz de Podemos

La propia portavoz del partido, Isabel Serra, lo deslizó por escrito en una tribuna en El País, en la que acusó a Yolanda Díaz, de forma velada, de trabajar por reinstaurar el bipartidismo que tanto combatió Podemos desde su nacimiento, en 2014: "Sabemos que la subalternización al PSOE acaba con la invisibilización y la pérdida de acción política. Sabemos que las oportunidades de seguir avanzando en nuestro país no se han cerrado porque hay una crisis que sigue abierta (territorial, social, política, institucional). Como hace cuatro años, el camino sigue siendo el que planteó Podemos: reforzar las alianzas con las fuerzas progresistas, feministas y soberanistas, establecer la conversación sobre los avances pendientes y plantear para nuestro país un proyecto republicano como horizonte que vuelva a dejar atrás los intentos del bipartidismo de restablecerse".

El propio exportavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ya divagó al respecto en otro artículo en Canal Red: "Yo creo que esta preferencia absolutamente evidente —y militante— de la gran mayoría del poder mediático (y económico, y político) por el alma transaccional de la izquierda tiene que ver con que conocen perfectamente la poca o nula capacidad de transformación que ésta puede desplegar y la consideran, en última instancia, una pequeña molestia funcional al statu quo precisamente porque nunca va a conseguir cambiar nada estructural. Incluso estoy bastante seguro de que existen pactos explícitos, pero ocultos, de no agresión a este respecto".

Los morados lamentan que tanto Yolanda Díaz, como Íñigo Errejón y el resto de aliados de la vicepresidenta segunda dentro de Sumar se esfuercen en ser una suerte de marca blanca del PSOE, aceptable para la élite. En Podemos molesta que solo ellos sean el rostro enfadado, fuerte y duro que dice las cosas como piensan que son sin importar a quién pueden incomodar. Por eso consideran que hay una concertación entre Yolanda Díaz y el PSOE para destruirles. En plata; que la operación destrucción morada cuenta con el beneplácito de Pedro Sánchez.

La relación con Ferraz

El conflicto formal está claro. Yolanda Díaz parte de la premisa de que para construir mayorías, y sobre todo, para llegar al poder, toca mostrarse como una izquierda asumible y no confrontar en ciertos asuntos, porque son batallas perdidas de antemano que les descartan como opción transversal. El penúltimo ejemplo lo puso el propio Pablo Iglesias cuando quiso retratar a sus compañeros. "Todos los partidos del espacio comparten su rechazo a la OTAN. Pero solo escucharon a las ministras de Podemos atacarla".

La forma en la que la izquierda a la izquierda del PSOE debe relacionarse con Ferraz es clave. Es uno de los más agrios asuntos de discusión en la galaxia morada (ahora Sumar). Ya lo fue antes de que se formara el Gobierno de coalición, cuando hubo una parte importante, con Izquierda Unida a la cabeza, que quería un acuerdo programático con los socialistas y dejarles a ellos el desgaste de gobernar. Pero enfrente estuvo Iglesias, que nunca quiso despreciar la oportunidad de demostrar que la izquierda radical podía llegar a Moncloa y gobernar con sentido para transformar. Ahora, en Podemos vigilan con lupa los pasos de Yolanda Díaz y sus correligionarios fuera de sus filas.

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