Podemos excluye a los ucranianos de un acto por la paz que celebrará el próximo sábado y al que sí ha invitado a ERC y a Bildu. Los morados redoblan su ofensiva al PSOE en el Gobierno, en plena polémica por el 'sí es sí', y vuelven a ensalzar sus diferencias con sus socios sobre cómo abordar la invasión rusa de Ucrania justo cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario del inicio de las hostilidades por parte de Moscú.
Los de Ione Belarra participan en la III Conferencia Europea por la paz en Madrid, una iniciativa de la Izquierda en el Parlamento Europeo que organizan, además de los morados, Die Linke (Alemania) y el Parti du Travail de Bélgica (PTB)-, junto a Marc Botenga, eurodiputado del PTB, los diputados de Unidas Podemos Enrique Santiago y Gerardo Pisarello y el representante de Alianza Verde, Paco Pineda.
Lo llamativo del asunto es que en el acto no tendrá voz ni un solo ucraniano. Y así se lo han afeado algunas organizaciones proKiev, como Promote Ukraine, una ONG de medios, representación de la sociedad civil y defensa del europeísmo ucraniano que nació durante la Revolución del Euromaidán y que es Premio Ciudadano Europeo 2022. "¿Sabes quiénes desean más que nadie que se acabe el horror de la guerra? Los ucranianos.
Pero no habéis invitado ni a uno solo. ¿Quizás no os interesa lo que tenemos que decir?", reprocharon a la eurodiputada morada Idoia Villanueva desde su cuenta oficial de Twitter.
En el evento participarán también, Syriza (Grecia), Bloco de Esquerda (Portugal), La Francia Insumisa (Francia), Sinistra Italiana (Italia), Potere al Popolo (Italia), HDP (Partido Democrático de los Pueblos, Pueblo kurdo), Alianza de la Izquierda (Finlandia), Partido de la Izquierda (Suecia), Partido de la Izquierda Europea o Grupo de la Izquierda (Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa). Pero no lo hará ni un solo partido político ucraniano.
También intervendrán la diputada del BNG en el Parlamento de Galicia, Olalla Rodil y representantes de Izquierda Unida, ERC y Bildu. Aunque Podemos no aclara quiénes acudirán por parte independentista. Junto a ellos, el evento también contará con representantes de la sociedad civil y expertos, como el filósofo Raúl Sánchez Cedillo; María Villellas de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad; Sergio Bassoli, de la Confederación General Italiana del Trabajo; Katerina Anastasiou, deTransform! Europe, o Julio Rodríguez, ex Jefe Mayor de la Defensa.
Precisamente, la eurodiputada morada Idoia Villanueva es el ejemplo perfecto de cómo Podemos se está tomando la guerra en Ucrania: en su haber cuenta oponerse al envío de ayuda financiera a Kiev para asuntos humanitarios. Tampoco apoyó la votación de la Eurocámara para declarar a Rusia como estado patrocinador del terrorismo. Y respaldó una enmienda de su colega anticapitalista Miguel Urbán para investigar supuestos crímenes de guerra cometidos por Ucrania. La beligerancia de Podemos con la postura de ayuda de la OTAN se debe a su oposición total a la Alianza Atlántica, a la que quiere fuera del territorio europeo.
Para Podemos, la culpa es de la OTAN
Podemos ya engrasó la maquinaria de rechazo a la OTAN durante la cumbre del pasado verano en Madrid. Es más, desplantó a la cúpula de la Alianza en la ceremonia de bienvenida, ya que ni un solo ministro morado se dejó ver. Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, se han repetido los mensajes de los morados en contra de la OTAN. Sin ir más lejos, Héctor Illueca, vicepresidente segundo de la Generalitat Valenciana, arremetió contra la organización dirigida por Jens Stoltenberg y la responsabilizó del estallido de la guerra de Ucrania: "Si la OTAN no existiera la guerra jamás se habría producido", espetó entonces.
En verdad, la OTAN es un dolor de cabeza para la izquierda que gobierna en España. El PSOE y Unidas Podemos no se ponen de acuerdo sobre cómo relacionarse con una organización a la que la invasión rusa de Ucrania ha dado una nueva vida tras el derrumbe de la Unión Soviética y la disolución del Pacto de Varsovia. El siglo XXI, en su primer cuarto de vida, se está volviendo oscuro y peligroso. Esa última palabra es la que más repiten los mandatarios que forman parte de la Alianza. Y, aunque las dos tradiciones políticas que conviven en Moncloa lo comparten, difieren de lleno sobre un asunto clave: el papel preponderante de Estados Unidos, el ejército más poderoso de la Tierra.
Y es que mientras que la tradición socialdemócrata, a la que está adscrito el PSOE, antepone que se imponga la democracia pese a que se beneficie de ello el gran mercado de Estados Unidos, la izquierda a la izquierda del PSOE está por la labor de marcar distancias con Washington. Por eso, la izquierda europea aborrece cualquier aroma estadounidense en los asuntos europeos. En la socialdemocracia aún se ve a Estados Unidos como un faro. Pero en su izquierda se le percibe como una democracia averiada en claro retroceso.
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