Después de que el Tribunal Supremo decidiera investigar a la exdiputada de Podemos para esclarecer si favoreció judicialmente a un empresario que hacía negocios con su pareja, Carlos Sosa, Victoria Rosell ha decidido romper este martes su silencio y asegura que en caso de que la imputen, será ella quien se vaya. "Si me imputan, nadie me tendrá que decir que me vaya. Seré yo quien dé el paso. Estoy de acuerdo con los principios éticos de Podemos", apunta la juez en una entrevista en el diario El Mundo.
Y es que hace unas semanas la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo abrió causa contra la diputada de Podemos por los delitos de cochecho, prevaricación y retardo malicioso en la administración de justicia al admitir parte de la querella interpuesta contra ella por el exministro José Manuel Soria por irregulares en su forma de instruir un procedimiento abierto en las Palmas de Gran Canaria. Ante esto Rosell se defiende y niega que "beneficiera judicialmente al presidente de Las Palmas".
"Si me imputan, nadie me tendrá que decir que me vaya. Seré yo quien dé el paso. Estoy de acuerdo con los principios éticos de Podemos", apunta
"Ni yo ni los jueces, fiscales y abogados que conocen los hechos pensaban que la querella se admitiría a trámite. Ha sido contra pronóstico, pero respeto la decisión del Supremo, aunque no la comparta", explica. E insiste en que este proceso surge de un anónimo que tiene que ver directamente con Soria. "Esto surge de un anónimo que yo creo que tiene que ver con Soria. El CGPJ archivó la causa, el TSJ de Canarias declaró nula la investigación de la Fiscalía y le han admitido la querella a Soria con los mismos papeles. Se ha escuchado a un político que no tiene credibilidad", matiza.
José Manuel Soria
De esta forma la diputada de Podemos acusa al exministro de Industria, Jose Manuel Soria, que renunció a su cargo tras su implicación en los 'papeles de Panamá', de haber orquestado una operación en su contra por la mala relación que mantiene con su pareja. "Yo cuando empecé a salir con Carlos heredé ese odio que le tenía Soria. Y cuando decidí presentarme con Podemos me convertí en su rival político a batir", afirma.
Ante este proceso judicial, Rosell sopesó en dejar la política, pero al final se decantó por renunciar a su aforamiento, dejando la Diputación Permanente del Congreso, como vocal suplente de la misma. Según relata la diputada la intención era "lanzar un mensaje ejemplarizante a la ciudadanía". "Les parecía una decisión dura, pero al final me comprendieron. Yo fui quien decidió salir de la Diputación Permanente [del Congreso]. Nadie me lo insinuó", concluye.