España

La Policía cerca a los jefes de ETA por el asesinato de Querol: "Controlaban hasta sus relaciones sentimentales"

Un nuevo informe señala a Txapote, Anboto y a otros siete etarras detrás de la orden de asesinar al magistrado Querol en el año 2000 y desgrana el poder absoluto del comité ejecutivo en cada movimiento de la banda terrorista

Un nuevo informe policial aportado a la causa abierta en la Audiencia Nacional por el asesinato del magistrado José Francisco Querol Lombardero apunta a la cúpula de ETA como la verdadera responsable del atentado. Los agentes concluyen que el comité ejecutivo de la banda terrorista (conocido como Zuba) ejercía un control "férreo" sobre todos los movimientos de los militantes, llegando incluso a monitorizar sus relaciones sentimentales.

El informe, al que ha tenido acceso Vozpópuli, apunta a Ignacio Gracia Arregui (alias Iñaki de Rentería); Javier García Gaztelu (alias Txapote); Juan Antonio Olarra Guridi (Jon); Ainhoa Múgica (Olga); Asier Oyarzabal (alias Baltza); Miguel Albisu (Mikel Antza); Vicente Goiocoechea Barandiarán (Willy); Ramón Sagarzazu (Txango) y María Soledad Iparraguirre (Anboto), por su implicación en este atentado.

Al igual que ha hecho la Guardia Civil en recientes informes aportados a esta causa, la Comisaría General de Información de la Policía Nacional determina en su trabajo que el atentado el 30 de octubre del 2000 que acabó con la vida del magistrado del Tribunal Supremo no se le puede atribuir exclusivamente al comando Buruhauste, sino que la decisión la tomó la Zuba.

"Control férreo"

De esta manera, la Policía acorrala a los exjefes de ETA siguiendo la estela marcada en otras investigaciones de la Audiencia Nacional por los atentados más sangrientos. Así, se estrecha el cerco al comité ejecutivo por su autoría intelectual en los asesinatos de los concejales del PP Gregorio Ordóñez (enero de 1995), Miguel Ángel Blanco (julio de 1997), y Jesús María Pedrosa Urquiza (junio del 2000) o del atentado contra un cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola en agosto de 2002.

"El control de todo lo que sucede y cualquier actuación está en manos de los miembros del Comité Directivo o Zuba, que es el encargado de forma colegiada y solidaria de la toma de todas las decisiones", reza el informe policial, el cual precisa que mandaban en el ámbito estratégico, operativo y hasta en lo personal. Sobre esto último destacan que controlaban incluso las relaciones sentimentales entre militantes. "El control es férreo".

Nueve jefes de ETA

"Cuando alguien se integra en una organización terrorista como ETA, tan fuertemente jerarquizada y de estructura 'casi militar' asume y acepta una serie de condiciones que le hacen ser un mero instrumento en manos de la organización. Toda su actividad orgánica, e incluso algunos aspectos personales, está diseñada, dirigida y planificada por los integrantes del Comité Directivo, que son los que tienen pleno dominio sobre la militancia", reza el informe policial.

Así pues, entre las acciones que se le atribuyen a los jefes de ETA estaría la planificación de este atentado que investiga el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. En el ataque fallecieron, además del magistrado Querol, su chófer Armando Medina, su escolta Jesús Escudero y Jesús Sánchez, conductor de un autobús de línea.

Todos los miembros del comité ejecutivo participaron en el diseño de una estrategia como la de asesinar a miembros de las más altas instituciones del Estado, como es el caso del magistrado Querol LombarderoInforme de la Policía

En ese momento ETA estaba compuesta por los aparatos militar, político, logístico, financiero e internacional. De los documentos incautados en los diferentes operativos la Policía señala a nueve exjefes de ETA por su implicación en el asesinato de Querol Lombardero.

Así, sitúa a 'Txapote', Olarra Guridi (Jon) y Múgica Goñi (Olga) como máximos responsables del aparato militar; a Iñaki de Rentería y a Oyarzabal (Baltza) al frente del aparato logístico; a Mikel Antza y a Goiocoechea (alias Willy y mano derecha suya) en el aparato político; a Sagarzazu (Txango) en el aparato internacional y a Anboto como jefa del aparato de finanzas.

Además, el informe constata uno a uno el poder que tenían en la cúpula de ETA. De Iñaki de Rentería expone que de él dependía todo lo relativo a la compra de material o armas. Aunque el asesinato a Querol se produjo después de su detención en septiembre del 2000, la Policía le implica en los hechos porque fue quien suministró al comando Buruhauste todo el material para la comisión del atentado.

Mikel Antza a su llegada a la Audiencia Nacional

En relación a Txapote, la Policía se ampara en las confesiones (o cantadas) de etarras como José Ignacio Guridi, que dijo que fue el jefe que le captó, y en su agenda personal, que desvela un número importante de citas que mantuvo con los comandos operativos de ETA bajo su control. Los también jefes del aparato militar 'Jon' y 'Olga' fueron identificados por entregar a los comandos coches-bomba y localizar edificios en Andalucía y Cataluña para futuros atentados.

El informe dice que Oyarzabal era el encargado de repartir el dinero para la compra de material y que conocía los grandes zulos-depósitos de ETA. Mikel Antza -investigado también en la causa por el asesinato de Miguel Ángel Blanco- definió las principales líneas político-militares de ETA, de ahí que le atribuyan el rol de jefe del aparato logístico.

Comando Buruhauste

La Policía apunta que Anboto, considerada como una de las etarras más sanguinarias, desempeñó máxima responsabilidad al frente de los 'comandos legales' de ETA. Tras su detención en Francia en 2004 se encontraron las "pruebas definitivas" que la ubican en el control de la tesorería. "Era poseedora de las sumas resultantes de las operaciones de financiación de ETA procedentes de las extorsiones a empresarios", recoge el oficio policial.

Todos ellos ejecutaron el control sobre el comando Buruhauste, cuyos máximos responsables eran Txapote, Jon, Olga y Gorka Palacios. Gracias a la confesión de una de las integrantes se constató que, a través de un enlace, los integrantes del comando recibieron la orden de trasladarse a la localidad francesa de Argelès-sur-Mer en la época de este ataque.

El material explosivo utilizado en el mismo lo recibieron a principios de septiembre en un piso franco que el comando tenía en Salamanca. Un mes después, el 30 de octubre un coche bomba hizo explosión en la avenida Badajoz, al paso el vehículo oficial del magistrado Querol que falleció en el acto junto con otras tres personas.

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