La investigación ha sido compleja. El pasado mes de mayo se localizó en unas obras de Algeciras a un individuo completamente quemado, que moriría a los dos días en un hospital. No llevaba ninguna seña de identidad o elemento que sirviera para identificar de quién se podía tratar ni cómo había llegado hasta allí. La Policía Nacional se ha empleado a fondo en las pesquisas hasta aclarar el misterio: se trataba de un joven marroquí procedente de Madrid que llevaba botes de disolvente... y que sufrió un accidente o que murió por causas autolíticas.
"La dificultad de la investigación radicó en que el varón se encontraba sin efectos personales, sin identificar y en la ausencia de información del lugar donde se había producido el hecho", señala la Policía. Ocurrió el 2 de mayo. Un vigilante de seguridad de unas obras localizó al joven. Los agentes de seguridad ciudadana se desplazaron al lugar y comprobaron que el individuo se encontraba "completamente desnudo y presentaba quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo".
Inmediatamente se le trasladó a un hospital, pero no se pudo hacer nada por salvar su vida: murió dos días después de ser encontrado en las obras. La Policía activó el procedimiento de actuación ante delitos violentos, en el que tanto agentes de de Policía Judicial y de Policía Científica llevaron a cabo las primeras pesquisas, "en las se pudo comprobar que el joven carecía de documentación, de teléfono móvil y de pertenencia alguna".
Las pesquisas policiales
"Una inspección ocular llevada a cabo mediante el uso de drones y el helicóptero del Servicio de Medios Aéreos, que permitió la localización de una mochila del fallecido que contenía botes de disolvente, facilitó la labor de investigación", detalla la Policía. A partir de ese momento se barajaron todas las hipótesis, incluida el homicidio, y se abrió una nueva vía de investigación para reconstruir los pasos del individuo.
Primero se logró su identificación. Era un varón marroquí de 22 años. Los agentes determinaron que apenas llevaba unas horas en la localidad y había llegado desde Madrid, "donde previamente había sido atacado con un cuchillo y amenazado con ser quemado con un aerosol y un mechero".
Según las pesquisas de los agentes, el análisis de los efectos encontrados y del lugar donde aparecieron, así como la identificación del establecimiento donde había adquirido los botes de disolvente, fueron determinantes para descartar que se tratara de un homicidio. "Las pesquisas practicadas han sido puestas a disposición de la autoridad judicial, a la que se ha informado del supuesto carácter accidental o autolítico del fallecimiento", concluye la Policía.
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