El resultado de las elecciones generales ha dejado una aritmética parlamentaria que requerirá complejas negociaciones entre las fuerzas representadas. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, asegura que no habrá repetición electoral y que hablará con todas las formaciones para conformar un nuevo Ejecutivo con el que mantenerse en la Moncloa. Entre ellos figuran fuerzas independentistas catalanas que deberán votar ‘sí’ a la propuesta del PSOE para alcanzar la mayoría necesaria. Y es en este escenario donde sobrevuela una inquietud que alcanza la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Vía Laietana, en Barcelona.
Porque el independentismo catalán exige la expulsión de los policías nacionales de su Jefatura ubicada en el corazón de Barcelona; más aún tras convertirse en un escenario clave en las algaradas tras el referéndum ilegal del 1 de octubre y de la sentencia del procés. La consejera de Justicia catalana, Gemma Ubasart, pretende cerrar las dependencias policiales en este mandato: alegan que en este espacio se cometieron torturas durante el franquismo y ahora quieren ‘resignificarlo’ como un espacio de memoria.
La iniciativa viene de lejos. En el año 2019, ERC presentó una moción en el Ayuntamiento de Barcelona para sacar a la Policía Nacional de Vía Laietana. Votaron a favor Barcelona en Comú, PSC y JxCat. La decisión no se ha ejecutado, toda vez que requiere el visto bueno del Ministerio del Interior, cuyo máximo representante, Fernando Grande-Marlaska, se ha manifestado siempre en contra de un hipotético traslado.
Pero las cuentas para formar un nuevo Gobierno son complejas. El PSOE necesita contar con el apoyo de casi todos los partidos con representación en el Congreso -a excepción, claro está, de PP y Vox-. Esto supone un cambio sustancial respecto a la legislatura que acaba de concluir, en la que Pedro Sánchez necesitó la abstención clave de ERC y Bildu para llegar a la Moncloa. Ahora, ambas formaciones tendrán que votar ‘sí’.
Inquietud en la Policía
El último actor que entra en escena es Junts. Votaron en contra la última vez que Sánchez presentó su candidatura como presidente del Gobierno. Y ahora, como ERC y Bildu, también tendrán que votar favorablemente. Es el único modo que encuentra Pedro Sánchez para conformar un nuevo Gobierno, si no quiere favorecer una repetición electoral.
Junts ya ha puesto sus cartas sobre la mesa: exige “amnistía” y “autodeterminación”; unas líneas rojas de complicado cumplimiento, si bien Pedro Sánchez ya ha trasladado a sus barones el mensaje de que bajo ningún concepto contempla unas nuevas elecciones. Así, las negociaciones entran en una fase determinante.
Los policías nacionales de Vía Laietana temen convertirse en moneda de cambio en este intercambio político. Fuentes policiales consultadas por Vozpópuli recuerdan que el nacionalismo catalán exige su expulsión del centro de Barcelona y el PSC, a tenor de lo votado en el Ayuntamiento de la ciudad, está a favor de la decisión. Cabe recordar que el PSOE ha aguantado el envite en las elecciones generales de este 23 de julio en buena medida gracias a los resultados cosechados en Cataluña.
El precedente del Ejército
Hay antecedentes similares en los últimos años, donde el nacionalismo ha alcanzado sus objetivos. El PNV arrancó al Gobierno de Pedro Sánchez el compromiso de sacar al Ejército de Tierra del cuartel de Loyola, en San Sebastián, atendiendo a un viejo anhelo de los jeltzales. Lo hizo en un momento clave, cuando el PSOE necesitaba el apoyo de los nacionalistas vascos para sacar adelante sus Presupuestos Generales.
La expulsión del Ejército de Tierra del cuartel de Loyola no fue un plato de agrado para Margarita Robles: la ministra de Defensa -al igual que ha hecho Marlaska con la Policía de Vía Laietana- había señalado anteriormente que la presencia de los militares en este emplazamiento era prioritaria.
Ahora, el Ministerio de Defensa trabaja en la búsqueda de un nuevo cuartel dentro de la misma ciudad. Presumiblemente acondicionará la Hípica militar para acoger al Tercio Viejo de Sicilia nº67. Los cuarteles de Loyola se convertirán en un nuevo espacio de viviendas, después de que el Ayutamiento de San Sebastián haya pagado 73 millones de euros por los terrenos.
Con esos antecedentes y las negociaciones encima de la mesa, el fantasma del desalojo sobrevuela por la Jefatura Superior de Policía, en Vía Laietana, Barcelona.
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