El jefe superior de la Policía Nacional en Canarias, Rafael Martínez, ha asegurado este martes que Marruecos empieza a controlar "muchísimo más" la salida de pateras a Canarias. Rafael Martínez, en unas jornadas sobre inmigración organizadas por el Consejo General del Poder Judicial, ha comentado que Marruecos vigila con sus patrulleras la costa africana que se encuentra frente a las islas.
Según la Policía Nacional, a lo largo de este año ha ido bajando el número de inmigrantes que llegan en patera a Canarias: en enero 3.194, en febrero 2.302, y en marzo, tras el acuerdo con Marruecos, 375. El jefe superior de la Policía Nacional ha añadido que últimamente las cifras han subido, lo que cree que se debe que las personas que quieren viajar a Canarias están intentando salir, porque Marruecos ya empieza a controlar.
Si no fuera por el trabajo de control policial que lleva a cabo Marruecos desde origen, ha advertido de que se estaría hablando de "números totalmente exponenciales". Las malas relaciones entre España y Marruecos han hecho que se hayan producido "muchas" salidas desde Tarfaya, Dajla y El Aaiún, lo que provocó, por ejemplo, que a Fuerteventura pasaran de llegar 1.100 personas en 2020 a 4.364 en 2021.
En Lanzarote se pasó de 700 personas a 4.000 en el mismo periodo de tiempo, ha apostillado el jefe de la Policía Nacional, quien ha explicado que normalmente si salen de Marruecos lo más habitual es que lleguen a Lanzarote o Fuerteventura. La nacionalidad marroquí es la mayoritaria entre las personas que llegan a Canarias desde África en cayuco, a la que le sigue la argelina. Ha avisado de que la posición de España respecto al Sahara Occidental puede hacer cambiar la estrategia de la inmigración, al tiempo que se ha referido al muelle de Arguineguín, en Gran Canaria. "Ha desaparecido esa imagen brutal que teníamos de Arguineguín, pero sigue existiendo", ha manifestado, pues el 80 % de las embarcaciones que llegan a Gran Canaria van a este puerto.
Con el fin de que "no suceda lo que sucedió", ahora se moviliza a la hora que sea, sin casi margen de tiempo, policías, Cruz Roja, Guardia Civil y transportes para atender a las personas recién llegadas. Cuando llegó a su cargo, había 2.600 personas en este muelle y al ver lo que allí sucedía ha admitido que se le cayó el alma a los pies y se comprometió a buscar solución y alojamiento para todas las personas en un plazo de entre una semana y diez días.
"No podías tener a 2.600 personas hacinadas en unas condiciones indignas", ha lamentado el jefe superior de la Policía Nacional en Canarias, quien ha señalado que las fuerzas de seguridad del estado sufrieron por esta situación.
Asimismo, ha destacado que es terrible la cantidad de personas que se están dejando la vida en la travesía Atlántica, que, "sin duda, es la más difícil de todas", pues si se salen de las mareas, pueden acabar en el Caribe, donde llegan todos muertos. Ha abogado por solucionar los problemas en origen, pues cuando llegan a Canarias "ya es tarde", por ello es imprescindible, a su juicio, un Plan África de ayuda al desarrollo.
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