La Policía Nacional refuerza la vigilancia del área de Seguridad Ciudadana ante la amenaza de atentado terrorista. Los comisarios han elaborado sendas notas interiores en las que dan órdenes directas a sus subordinados para intentar vigilar cualquier atisbo que provenga de los círculos yihadistas. Más identificaciones en las calles y vigilancias de vehículos en las zonas peatonales son las claves para preservar la seguridad, según los documentos a los que ha tenido acceso Vozpópuli.
El Ministerio del Interior decidió hace días reforzar las medidas preventivas para el Nivel 4 antiterrorista. Un incremento de las actuaciones que tiene como uno de los pilares fundamentales el trabajo de los agentes de Información, que son los encargados de detectar los sujetos peligrosos.
De igual forma, desde las diferentes Jefaturas Superiores de la Policía Nacional se ha solicitado a los funcionarios que enfaticen sus medidas de "autoprotección". Una de las máximas es evitar que, a través de las redes sociales puedan ser identificados sin uniforme. También que pongan en riesgo a sus familiares.
A través de esta cadena de mando, las órdenes, que han comenzado a ser efectivas el 20 de octubre, han llegado a las comisarías de la Policía Nacional. Los jefes de las mismas están reforzando el área de Seguridad Ciudadana debido a los "acontecimientos internacionales" que obligan a incrementar la presencia del personal policial uniformado preferentemente en lugares y eventos en los que existe concentración de personas. Uno de estos refuerzos se está llevando ya a cabo en la Comisaría de Parla, como ha tenido conocimiento Vozpópuli.
Redes sociales y concentraciones
Este es el inicio de la 'Operación Bacala', que es como se denomina el operativo en Parla. El dispositivo de seguridad engloba a todas las unidades de las comisarías. Participación Ciudadana intensificará los contactos con asociaciones profesionales y ayuntamiento para recopilar información sobre lugares y eventos en los que concentre personas de manera habitual o extraordinaria, programadas o no programadas, que servirán de base para la planificación de las actuaciones y acciones policiales.
Las Brigadas Locales de Información monitorizarán las redes sociales para la captación de información que estén relacionadas con el desarrollo de eventos públicos o privados y cualquier otra que sea de interés para la planificación de las acciones y actuaciones policiales. Otros de los puntos de interés es que los agentes de RRHH realizarán un apoyo temporal a la Brigada de Seguridad Ciudadana.
La 'Operación Bacala' de la Policía
A modo general, la 'Operación Bacala' tiene como objetivo intensificar las identificaciones de personas y vehículos en zona peatonal y en lugares previamente establecidos se activarán Puntos de Identificación Selectiva (PIS) y Puntos Estáticos de Observación (PEO).
Desde los comisarios se pide a los funcionarios que en los días que se active este dispositivo de seguridad en los partes deberá figuras las palabras 'Operación Bacala'. Esta decisión tiene el objetivo de unificar los criterios y que los agentes encargados de las investigaciones tengan más fácil localizar las mismas a la hora de practicar las diligencias.
La presión de la Policía Nacional a los focos de radicalización yihadista se pudo comprobar la semana pasada. La Comisaría General de Información detuvo al mayor grupo detectado de adoctrinamiento que tenían en la mente un atentado.
La 'Madre de Satán'
Así, los investigadores decidieron actuar de forma inminente porque los integrantes de este grupo ya tenían en su poder los manuales para poder fabricar el explosivo conocido como 'la Madre de Satán'. Su nombre oficial es el Triperóxido de Triacetona (TATP) y su poder es devastador.
Desde Hamás hasta el ISIS son sus principales cocineros. Los artículos para su fabricación son tan habituales como el agua oxigenada, acetona y ácido sulfúrico. La primera vez que fue intervenido por la Guardia Civil fue en marzo de 2019.
No fue a un grupo terrorista. La 'Operación DAMAGE' dio por desarticulado un grupo criminal extremadamente peligroso, dedicado al robo en entidades bancarias mediante el uso de explosivos en sus cajeros automáticos. Los agentes consiguieron incautar 730 gramos de esta sustancia. Una pequeña cantidad que es capaz de provocar muchos daños en un posible atentado. Los últimos detenidos por la Policía no habían conseguido aún llegar a fabricarla.
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